Vieron un negocio en el alquiler de autos para conductores de apps y ahora tienen lista de espera
Con la idea de abrirse a nuevos rubros, Julián Mizrahi decidió poner un pie en el segmento automotriz.
El dueño de Enchulame, la empresa que alquila equipos audiovisuales y que está expandiéndose a Chile, sumó a su proyecto el alquiler de autos. "Consideramos que estamos en el negocio del alquiler y queremos abrirnos a nuevos rubros", cuenta.
Para eso invirtieron alrededor de 75.000 dólares y una flota de 25 autos destinada a conductores de aplicaciones móviles, como Cabify, Uber y Didi, que no cuentan con auto propio.
"Enchulame empezó como una empresa audiovisual y hoy la estamos llevando a una empresa de alquiler más general. Queremos armar una plataforma central de alquileres, donde un usuario pueda venir y alquilar lo que necesite", explica.
Entre sus proyectos está, además, llegar al alquiler de servicios de equipos para la construcción, para el turismo y el alquiler de camionetas para empresas mineras.
Cómo alquilar un auto
"En Argentina hay cerca de 300.000 choferes de aplicaciones, y entre un 30 y un 40 por ciento alquilan el vehículo. Es un rubro muy grande, informal, en donde hay mucho por hacer y por crecer. Es un mercado inagotable", dice.
El servicio funciona de la siguiente manera: el conductor alquila el auto por una semana -se lo queda las 24 horas del día- y lo lleva una vez a la oficina central de Enchulame para revisión y control. Como a los conductores de las aplicaciones no se les permite manejar más de 12 horas, la empresa estableció un límite de 1500 kilómetros semanales para su uso.
El costo del servicio es de aproximadamente $ 220.000 por semana. Si el negocio está bien organizado y los autos facturan bien, señala Mizrahi, en un año y dos meses, un auto bien administrado compra otro auto. Sin embargo, hace hincapié en que "no todo es color de rosas" y que detrás de cada auto hay mucho trabajo que se pone en juego.
El boca en boca fue clave para ganar terreno en el mercado y, si bien la idea es expandir el negocio, actualmente mantienen la misma dinámica y se manejan por recomendación debido a la alta demanda que tienen.
Hoy, cuenta, están "a tope" y tienen una lista de espera para los nuevos conductores que se quieren sumar al servicio: "En tasas de ocupación de autos estamos al 100 por ciento. Tenemos mucha más demanda de la que podemos abastecer".
A pesar de las advertencias de sus conocidos y allegados sobre lo riesgoso del proyecto, el emprendedor decidió no escuchar y seguir adelante. "Es un rubro que funciona bien, da ganancia, la flota va creciendo sola, es muy orgánico. Pero a los ojos de mucha gente es un negocio muy riesgoso cuando en la realidad no es tan así", destaca.
Para minimizar los riesgos, los autos tienen un mantenimiento semanal, seguimiento satelital, chequeo constante de kilometraje y una selección de conductores con quienes mantienen dos o tres reuniones antes de firmar el contrato.
"Proyectamos cada dos años duplicar flota y queremos ingresar en otros subrubros de alquiler. Nuestro plan, al tener una red de distribución armada con locales de Enchulame en distintas partes del país, es utilizar esas bases para abrir el rubro de alquiler de autos para turismo. Hay mucho por crecer y por hacer bien", concluye.