Walz acepta la nominación demócrata a la vicepresidencia: «Es hora de pasar página con Trump»
0
Tim Walz, gobernador de Minnesota, compareció este miércoles por la noche ante la convención demócrata para aceptar la nominación del partido a la vicepresidencia de EE.UU. «Es el honor de mi vida», dijo nada más salir al escenario, entre una gran ovación de los delegados y altos cargos demócratas. Walz dejó claro en su discurso por qué fue fichado por Kamala Harris, la nominada demócrata, para el 'ticket presidencial' demócrata: en un partido dominado por las élites de las costas, con gran peso de las cuestiones identitarias, cada vez más alejado de las clases medias y de las otras 'américas' –la rural, la de la industria en ciris–, Walz busca ser un puente con el estadounidense común . Walz no se presentó como gobernador ni como candidato al segundo escalón de la presidencia. Se esforzó en ser el hombre normal , el hijo de las llanuras rurales de Nebraska –»en mi clase éramos 24 y ninguno fuimos a Yale», dijo en un ataque a su rival por el mismo cargo en el bando republicano, el senador J.D. Vance–, el voluntario de la Guardia Nacional que visitó el uniforme durante 24 años, el aficionado a las armas y a la caza, el profesor de un instituto de Minnesota, el entrenador del equipo de fútbol americano ese colegio. Entre los delegados, en especial entre los de Minnesota, algunos vestían camisas de franela de cuadros y gorras de camuflaje, parte del vestuario de Walz que se ha convertido en su marca personal de hombre corriente . «Es uno de los nuestros y parece uno de los nuestros», decía a este periódico con satisfacción Larry Smith, uno de los delegados. Walz llenó su discurso de referencias al deporte rey de EE.UU., encantado de presentarse al país como el 'entrenador de América'. El partido es el de la elección de noviembre y el equipo que hay que derrotar es el de Donald Trump y los republicanos. «Mis jugadores me inspiraron para ir al Congreso», dijo sobre su carrera política, empezada ya en la cuarentena , cuando consiguió ganar un escaño a la Cámara de Representantes en un distrito republicano de Minnesota. «Ellos vieron en mí lo mismo que yo traté de inculcarles: el compromiso con el bien común, la conciencia de que tenemos que estar juntos y la creencia de que cada uno de nosotros podemos cambiar a mejor la vida de nuestros vecinos». Después, Walz defendió sus mandatos como gobernador de Minnesota, donde impuso una agenda muy progresista , incluidos una ampliación abundante del gasto público, los desayunos y almuerzos gratis para todos los estudiantes o la protección del aborto y de los derechos LGBTQ. «En Minnesota, respetamos a nuestros vecinos y sus elecciones personales, incluso si no son las mismas elecciones que haríamos nosotros. Tenemos una regla de oro: dedícate a tus malditos asuntos», clamó entre los aplausos del público. El discurso ante la convención ha marcado un ascenso vertiginoso de Walz en la política nacional estadounidense. El gobernador solo empezó a tener cierta relevancia más allá de Minnesota a mediados del mes pasado, cuando Joe Biden todavía seguía al frente de la candidatura demócrata. Una curiosa línea de ataque de Walz a los republicanos –»son raros»– causó sensación y explotó en memes y redes sociales. Cuando Harris se convirtió en candidata, su perfil de hombre común y progresista al mismo tiempo le convenció , a pesar de las críticas de que el gobernador había implementado políticas demasiado izquierdistas en Minnesota. Pese a las tres semanas que lleva como elegido para la vicepresidencia, Walz todavía tiene que darse a conocer al gran público y este miércoles fue su mejor oportunidad. Además de las referencias a su vida de hombre común y al fútbol americano –»hay que bajar al barro y hacer bloqueos y placajes», dijo sobre la necesidad de que todos los demócratas se involucren en la campaña–, demostró que uno de sus papeles será morder a Trump y a Vance . «No solo son raros», dijo en referencia al ataque de su propia cosecha. «También están equivocados y son peligrosos», defendió sobre la agenda extremista que les acusó de buscar desde la Casa Blanca. «No sé vosotros, pero yo estoy listo para pasar de página con Trump», aseguró antes de corear con el público «¡no iremos hacia atrás!». Walz glosó la figura de Harris . Dijo que es «top», que es «experimentada» y que está «lista». Prometió que hará muchas cosas por el estadounidense corriente –bajar impuestos, reducir el precio de los medicamentos, facilitar el acceso a la vivienda– como si la vicepresidenta no llevara tres años y medio en el Gobierno de EE.UU. Y acabó, de nuevo, con la camiseta de entrenador: «No he dado muchos discursos como este, pero sí muchas arengas de vestuario, Así que dejadme que termine con esto, equipo», dijo a los demócratas, entregados a su discurso, sobre lo que queda de campaña. «Estamos en el último cuarto. Vamos por debajo, pero estamos en la ofensiva, controlamos la pelota y tenemos al mejor equipo», relató antes de insistir que «vamos a darlo todo en el campo y pasar página con Trump». El 5 de noviembre se sabrá cómo acaba el partido.