Aboubacar Bassinga, de la patera a debutar en Primera división con Las Palmas
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Corría el minuto 87 de la primera jornada de la Liga que el pasado viernes enfrentaba a la UD Las Palmas frente al Sevilla . En ese instante, el sueño del joven de 19 años Aboubacar Bassinga se hacía realidad. Luis Carrión le daba las últimas instrucciones y Abou, como lo llaman sus compañeros, saltaba al terreno de juego en lo que suponía su debut con el primer primer equipo de la Unión Deportiva Las Palmas , un estreno lleno de emociones y recuerdos. Cuatro años antes, el 13 de febrero de 2020, cuando con 14 años llegaba en una vieja patera al muelle de Arguineguín (Gran Canaria) después de partir de Costa de Marfil en busca de un futuro, ni se imaginaba que acabaría jugando en la máxima categoría del fútbol español. « Ante el Sevilla me quedé en shock , Verme delante de toda la afición… fue justo como lo había empezado a soñar después de llegar a la isla», recuerda el centrocampista, aún emocionado por lo que vivió el viernes en el primer partido de su equipo en la Liga 2024-25 . Un encuentro que también supuso su estreno en la élite del fútbol. Un camino con curvas y que no ha sido fácil para un jugador que convertido ahora en la imagen del reto conseguido. «Es un ejemplo para todos», apuntan a ABC desde UD Play (los medios del club amarillo). Nacido el 13 de julio de 2005, Abou llegó a la isla como menor extranjero no acompañado. Su objetivo cuando se embarcó en la mortífera Ruta Canaria era llegar a Francia, donde residía su tío, pero sus intenciones pronto se vieron frustradas. El destino tenía algo diferente preparado para él. En una 'pachanga' entre amigos en el parque Juan Pablo II , en Siete Palmas , un taxista le vio jugar y, ante la destreza de aquel joven jugador, no dudó en llamar a Manuel Rodríguez ' Tonono ', director de formación y captación de la UD Las Palmas , que se acercó a verle en directo. «No creo que cualquier persona hubiera hecho lo que él. Escuchar a un amigo, desplazarse hasta un parque para ver a un chico al que no conocía de nada para verle jugar» y, sobre todo, apunta Abou agradecido. «apostar finalmente por él». Su creatividad como centrocampista y su destreza con la zurda llamaron la atención de Tonono , que desde ese día se convirtió en su particular ángel de la guarda. No ha sido el único. Abou ha tenido a varias personas a su lado que le han acompañado en el viaje que le ha permitido cumplir su gran sueño. La jueza Reyes Martel , titular del Juzgado de Menores Nº1 de Las Palmas de Gran Canaria , y directora del proyecto Up2U para la reinserción de menores y jóvenes en situación de vulnerabilidad, fue el empuje definitivo para que entrara en Las Palmas D , un equipo comprometido con la integración e inclusión de los jóvenes. Desde allí acabó dando el salto al juvenil amarillo. El pasado viernes cerraba el círculo estrenándose con el primer equipo. Un trayecto que no resultado fácil. La jueza Reyes Martel recuerda la desesperación de Abou con las trabas burocráticas que le impedían jugar cuando ya estaba cerca de cumplir los 18 años, una larga pelea administrativa hasta que por fin pudo conseguir la ficha federativa con la UD Las Palmas D . El empuje de la magistrada ayudó a lograr esa primera licencia y saldar así la « doble discriminación » que sufren los jóvenes migrantes. Porque, para Reyes Martel, detrás de Abou hay cientos de historias de superación, que van más allá del fútbol. Ella, casualmente, no le conoció jugando, sino cuando realizaba sus prácticas en una cafetería después de terminar su formación en cocina. «Dormirse con el balón y despertarse con los libros». Es una de las frases favoritas del director de formación de la UD las Palmas y que Abou sigue ahora a rajatabla en su vida. Una máxima que le ha hecho crecer poco a poco, con mucho esfuerzo, y que ha ayudado a que ese niño de 14 años que se jugó la vida en un cayuco se sienta más orgulloso que nunca: «Estoy muy feliz, cumpliendo un sueño, ahora toca seguir trabajando». Tras el debut, Abou fue recibido por sus compañeros con la misma ilusión que mostraba él por jugar en el primer equipo. «Fue una gran satisfacción para el chico, pero también para sus compañeros del club», asegura Tonono . Siguiendo la tradición del debutante, ya ha llevado su tarta a la Casa Amarilla , la sede de la UD. Más allá del dulce, su alegría es contagiosa. «La perseverancia y la constancia son dos de los aspectos que más destacan en Abou», añade el responsable del conjunto amarillo, que destaca que el centrocampista estuvo siempre decidido a trabajar por su sueño y se alegra de que finalmente haya podido cumplirlo. «Nos ha enseñado a todos a valorar lo que tenemos. Es una bellísima persona», afirma. La camiseta de su debut en la Copa del Rey , que se produjo la pasada temporada, se la regaló a su madre, y la del estreno en Primera, según afirma, será para una persona muy especial. Abou no escatima en sueños, y ya va a por el siguiente: el mismo, pero más grande. «Solo quiero seguir mejorando, creciendo, disfrutando y aprendiendo de los jugadores del primer equipo, porque tengo la suerte de tenerles y «de poder desarrollarme al lado de ellos como profesional». La exigencia no le asusta, «vamos a por más», bromea.