Nuevo ataque en Barakaldo a la placa de Modesto Carriegas, víctima de ETA
No es la primera vez en este año que la placa en memoria de Modesto Carriegas, asesinado por ETA hace 45 años resulta atacada.
Este martes, el cineasta Íñaki Arteta daba la voz de alarma al encontrarse la placa “vandalizada” en Barakaldo. Según relata, en los últimos años la placa ha sido ensuciada hasta en siete u ocho ocasiones. Concretamente, en lo que llevamos de año ya es la tercera vez la que los vecinos se encuentran la placa tapada con pintura negra, con el dibujo de una cruz gamada sobre ella o, incluso, con huevos estampados sobre ella o con basura, según lamenta. Una placa de la que el ayuntamiento se encarga de restaurar o, incluso, los vecinos, como en esta ocasión ha limpiado el propio Arteta, según explica en conversación con LA RAZÓN.
“Hoy, de nuevo, mi homenaje a Modesto Carriegas asesinado por ETA y cuya placa ha vuelto a ser atacada. En Baracaldo. Cuando oigan hablar de convivencia, recuerden esto”, ha lamentado Arteta en sus redes sociales.
Seis meses antes, en febrero, ya habían pintado una esvástica en la placa. El PP también ha denunciado esta acción vandálica a través de sus redes sociales. El diputado vasco del PP en el Congreso, Carmelo Barrio, ha reproducido en sus redes una fotografía en la que se aprecia el ataque realizado y ha denunciado que “nadie ha pagado por ese horror de hace 45 años, y persiguen hasta su recuerdo”. “Nuestro compromiso siempre es con las víctimas y con su memoria”, ha afirmado el diputado.
Modesto Carriegas Pérez, natural de Arcentales (Vizcaya), cumplió 47 años la víspera de su asesinato. Casado y con cinco hijos, era director de una sucursal del Banco Hispano Americano. En las elecciones generales fue número dos en la lista del partido Unión Foral, formación política federada a Alianza Popular.
El 27 de enero de 1979 ya había sufrido un atraco y había sido secuestrado por ETA en el banco donde trabajaba. Los terroristas robaron diez millones de pesetas y se llevaron a Modesto como rehén desde Barakaldo hasta Bilbao. Posteriormente fue liberado en un bar, donde le indicaron que permaneciera hasta las 9 horas.
Ocho meses más tarde, el 13 de septiembre de 1979, dos etarras le esperaron escondidos en la escalera que bajaba hasta el sótano de su casa, en el número 3 de la plaza 18 de Julio de Barakaldo. Eran las 8 de la mañana cuando, al llegar al portal, le dispararon cuatro veces, hiriéndole en la cabeza y en el estómago. Los terroristas huyeron en un coche que fue encontrado por la Policía Nacional en Portugalete. Tras el asesinato, la familia recibió una carta de ETA en la que se les instaba a irse de Barakaldo.