El anti-éxito: ahora los jóvenes le escapan a ser líderes de las empresas
En el mundo de los recursos humanos de muchas empresas ya es conocida la creciente tendencia llamada "quiet ambition" o "ambición silenciosa", que describe a aquellos integrantes de las nuevas generaciones que buscan evitar asumir roles de liderazgo o subirse a la escalera corporativa para lograr ser "exitosos".
Esa deserción de los objetivos más ambiciosos se puede encontrar detrás del deseo de las personas de no querer trabajar de cualquier manera para lograr metas organizacionales, y por el contrario buscan roles más relajados y de menor responsabilidad, priorizando la salud psico-física, emocional y relacional, cambiando así el sentido de la realización.
Las nuevas aspiraciones de esta tendencia son la prioridad de vivir a bajos niveles de estrés y priorizar la salud mental, trabajar para algo que trascienda o se conecte con el propósito y el significado del trabajo para la persona atraídos por empresas con valores sociales y ambientales sólidos, y valorar las oportunidades de formación y desarrollo profesional que fomenten la creatividad, pensamiento lateral y la innovación.
Un posible cambio de paradigma
Analía Tarasiewicz, consultora organizacional y psicóloga del trabajo explicó que se está ante una nueva perspectiva de "líderes conscientes, conectados consigo mismos y con los demás, que puedan autoobservarse, ser reales e inspirar, empatizar, respetar, incluir y desarrollar a los equipos".
Esto que puede derivar en un incipiente cambio de paradigma se explica en "décadas de desoír los deseos vocacionales y laborales profundos por contentar deseos ajenos, respetar mandatos, pertenecer a un espacio social y tener bienes mientras se sostenía el mercado laboral, perdiendo así la vida y la salud psico-física, emocional y relacional".
La idea de que el trabajo es como la casa y familia propias, y que es importante dejarlo todo allí empieza a desvanecerse. "Los jóvenes que vieron a estos padres y abuelos sufrir, e incluso muchos adultos de esa generación post pandemia, hicieron un clic de alto impacto. Por lo tanto, el trabajo ya no tiene el mismo significado", agregó la especialista.
"Las aspiraciones ahora están dirigidas a otros aspectos personales y ante esta situación el mundo organizacional en su mayoría no está entendiendo bien qué hacer", advirtió Tarasiewicz, en referencia a la complejidad del abordaje de estas situaciones para el mundo corporativo.
El comentario "no quiero terminar como mis padres" es una referencia del nuevo imaginario laboral para muchos jóvenes convencidos de la importancia de "no vivir full time para el trabajo, y tener tiempo para disfrutar de la familia, los amigos o viajar, en lugar de someterse a las empresas y sus formatos que ahogan".
Cómo entender esta disrupción tiene dos grandes alternativos, según Tarasiewicz: "Algunos llaman a estas personas sensibles, frágiles, erráticos, cortoplacistas, perdidos y otros los llamamos emocionalmente conscientes, conectados, rompedores de mandatos inútiles y humanos, pero como todo, también requiere de un equilibrio para no pasarse al otro lado, estas generaciones necesitan ayuda para lograr ese punto exacto de desarrollo laboral y gestión psico emocional para crecer profesionalmente".
El equilibrio laboral y personal
Maximiliano Schellhas, director de Operational de Randstad para Argentina y Chile, destacó la "tendencia global que hay hacia una reconfiguración del significado del éxito profesional, y lo que las personas están dispuestas o no a resignar por alcanzar sus metas en sus carreras laborales".
Los resultados de la última encuesta de Workmonitor, realizada a 27.000 trabajadores en 34 mercados de Europa, Asia Pacífico y América, muestra que los trabajadores están priorizando el equilibrio entre la vida laboral y personal, la flexibilidad y el bienestar por sobre el crecimiento en la carrera profesional.
"Vemos que prácticamente la mitad de los trabajadores a nivel mundial (47%) está dispuesto a permanecer en un rol que le gusta, incluso si no hay espacio para progresar o desarrollarse. Asimismo, un poco más de un tercio (34%) no desea asumir ningún puesto directivo, también priorizando un mejor equilibrio entre vida personal y trabajo", señaló Schellhas.
Sin dudas, para el directivo de Randstad, "el concepto de ambición de carrera y las expectativas de desarrollo vienen evolucionando en los últimos años, de la mano de un cambio de prioridades y la reconsideración de lo que las personas quieren y esperan de sus trabajos".
Es así que la búsqueda de "un mejor equilibrio entre vida profesional y personal y la flexibilidad como condición innegociable" están hoy en el centro de las decisiones de carrera.