Formar juicio
Me sabe mal el descrédito sobrevenido al referéndum como instrumento alternativo de solución de conflictos o legitimación de disposiciones legales, disuelto en cuestiones de constitucionalidad.
Según Hannah Arendt, lo que ocurre en el espacio público se comprende mejor a una saludable distancia. Lo ilustró diciendo que no hay nadie mejor para marcar las fronteras de un terreno que quien camina a su alrededor desde fuera.
Es una observación de sentido común. Mal interpretada, sirve para justificar el alejamiento de los acontecimientos públicos apoyado en la idea de que todos los problemas le vienen al ser humano por no saber quedarse en casa.
No es el retraimiento cívico a lo que Arendt se refería ni lo que se espera de nosotros como miembros por derecho propio de una república democrática; tampoco lo que están llamados a propiciar los actores del acontecer público mejor dotados de alguna clase de poder, sea que ese poder tenga como fuente de legitimación la voluntad popular y se manifieste mediante potestades públicas, o, en el caso de otros actores desprovistos de esa clase de potestades, se origine en la práctica de ciertas libertades y derechos fundamentales que sin duda les reconocemos.
Recuerda, se cuenta que dijo la madre espartana a su hijo cuando él se quejó de que su espada era demasiado corta: Acércate. No eludas, no evadas, no te abstengas, acércate al espacio público y participa. Pero en todo momento esfuérzate por formar un juicio informado.
Se ha dicho que los nazis no temían la publicidad negativa, antes bien, querían que sus peores actos se difundieran para que así todos, hasta sus leales, tuvieran miedo. Hoy, al norte y al sur del continente algunos tienen esta lección bien aprendida. Meten miedo. En el drama venezolano, por ejemplo, desconfío de las posibilidades de la concertación. Michael Ignatieff predicaba de su propia experiencia que el compromiso es imposible a menos que los adversarios estén abiertos a la persuasión.
Pero vuelvo a nuestro referéndum. Es una lástima convertirlo en el convidado de piedra de un asunto que al principio parecía admitir soluciones concertadas. Carlos Dada, director de El Faro, cita a su padre para decir que “una democracia es certeza en las reglas e incertidumbre en los resultados”. Puesto a prueba, nuestro referéndum se resiente de reglas insuficientes o inciertas, vean con qué ingratos resultados.
Carlos Arguedas Ramírez fue asesor de la presidencia (1986-1990), magistrado de la Sala Constitucional (1992-2004), diputado (2014-2018) y presidente de la Comisión de Asuntos de Constitucionalidad de la Asamblea Legislativa (2015-2018). Es consultor de organismos internacionales y socio del bufete DPI Legal.