Los aranceles europeos golpean a las marcas chinas

Junio fue un mes en el que despuntaron las ventas de coches eléctricos provenientes de China, dado que los aranceles que impuso la Comisión Europea después de su investigación todavía no habían entrado en vigor y los concesionarios aprovecharon para deshacerse de su stock antes de que se encarecieran. Ahora, julio ha demostrado que las tasas impuestas –en algunos casos de hasta el 47%– han surtido efecto y las ventas de este tipo de vehículos se ha reducido en un 45% en comparación con el mismo mes de 2023. Según los analistas de Dataforce, que revisaron los datos de 16 marcas que decalrarón sus cifras de ventas en julio, este desplome tiene que ver tanto por los aranceles como por el efecto comercial de los concesionarios. «Hemos visto un gran impulso por parte de los fabricantes chinos para vaciar sus inventarios en junio, lo que debe haber generado problemas de aprovisionamiento», afirmó Matthias Schmidt, un analista independiente. Las tasas arancelarias que impuso la Comisión Europea son un intento de «equilibrar la balanza» para que los fabricantes comunitarios puedan competir en igualdad de condiciones con los chinos, que, en algunos casos, contaban con la participación de su Gobierno para poder vender vehículos por debajo del precio de coste. Esto ha permitido que algunas de ellas, como BYD, mostrasen el triple de ventas en julio que hace un año. En total, los emblemas chinos suponen un 8,5% de la cuota de mercado cero emisiones en la Unión Europea, un indicador que solo irá en aumento a medida que los vehículos de combustión son penalizados. Bruselas decidió que, en el caso más extremo (SAIC, que importa la marca MG), impondría tasas de hasta un 47%. Dentro de la lista de fabricantes penalizados se encuentran algunos occidentales que fabrican en el país, como BMW, Stellantis o Tesla. Desde Pekín han amenazado con tomar medidas de retaliación antes de que los aranceles se consoliden de manera definitiva el próximo noviembre. Aunque el efecto en el precio de los vehículos es notable –puede suponer entre 2.000 y 5.000 euros más–, algunas de las marcas, como BYD, no han cambiado su política de precios después de que entrasen en vigor los aranceles el pasado 4 de julio. Para esquivarlos, sin embargo, muchas marcas se han planteado construir fábricas en Europa. Es el caso del Grupo Chery en Barcelona, de BYD en Hungría o de Zeekr, que está buscando una localización.