Balonmano: Los Hispanos forjan un bronce épico (23-22)
El balonmano español ha vuelto a brillar. La Selección masculina se ha colgado la medalla de bronce en un partido al límite, el enésimo, frente a Eslovenia (23-22). Otro encuentro donde los jugadores tiraron de alma. Donde volvió a latir el corazón rojo de un equipo que ha ido ganando batalla tras batalla al límite, como si de un thriller deportivo se tratase. Una vez más, los Hispanos no fallaron.
Y es que España ha sido, durante todo este torneo, un equipo abonado a la épica. Al clavo ardiendo. Un equipo que ha basado su paso por los Juegos de París en resistir hasta el último momento para acabar ganando. Como en los cuartos de final frente a Egipto. O la remontada frente a Alemania en semifinales, aunque al final no fuese suficiente. También ha sido, a veces, ganar en el último suspiro justo antes de terminar con el agua al cuello. Porque la clasificación frente a Croacia (32-31) después de ir cuatro arriba hizo tirarse de los pelos a más de uno.
Pero la seña de identidad de este equipo, que no contaba entre los grandes favoritos a medalla después de haber caído en fase de grupos en el último Europeo de enero, ha sido siempre la fe. Y con esas ganas de creer han conseguido sacar los cinco partidos por la medalla de bronce que han disputado en los Juegos. Atlanta, Sidney, Pekín, Tokio y ahora París.
Y, como no podía ser de otra manera, para sacar el bronce había que sufrir. El equipo español marchó por detrás en el marcador durante los 20 primeros minutos, hasta que endosó un parcial de 3-0 a Eslovenia pese a estar en inferioridad numérica por una exclusión de Alex Dujshebaev. Y ahí se empezó a dislocar el partido, hasta entonces marcado por unas defensas muy ajustadas. Llegó a estar dos arriba en el tramo final de la primera parte, pero alguna decisión rara de los árbitros daneses que incluyó un penalti en el último segundo, mandó el marcador en empate al descanso (12-12).
Salió mandando España en la segunda mitad, aunque sin poder despegarse del todo. Tanto fue así que durante un cuarto de hora el tanteo fue un puro intercambio de goles. Hasta que, pasado el minuto 50, los Hispanos encajaron un 0-2 para ponerse, por primera vez, por debajo. Justo al revés que en el primer acto. Dos goles seguidos de Aleix Gómez devolvieron a España por encima... y los árbitros pitaron un penalti más que dudoso en contra. Luego vino una exclusión -esta sí, bien señalada- que dejó al equipo español en inferioridad numérica a sólo tres minutos del final.
Y fue precisamente con uno menos cuando España logró irse por dos en el electrónico, enterando al último minuto ya con siete jugadores y uno arriba. En ese minuto, los colegiados no dejaron subir un gol de Dujshebaev y se tragaron un penalti que tenía poca discusión -tanto, que Aleix Gómez tuvo que retirarse lesionado- a 20 segundos del final, dando la última bola a Eslovenia. Pero Gonzalo Pérez de Vargas daba el bronce, el quinto, a los Hispanos. Otra vez con épica. Otra vez remando hasta el final.