Mijaín López: El histórico titán cubano tuvo un adiós ‘de película’ en los Juegos Olímpicos
Mijaín López es un gigante, más por su épica que por su contextura física. El luchador grecorromano de Cuba se convirtió el 6 de agosto en el único deportista de la historia en haber ganado una medalla de oro individual en cinco ediciones distintas de los Juegos Olímpicos. Lo hizo en Beijing 2008, Londres 2012, Rio 2016, Tokio 2020 y ahora en París 2024.
“Es algo grande que uno lleva en su corazón. He trabajado mucho y creo que he tenido una mente muy positiva. No voy a decir que no me duele el cuerpo entero, porque me duele el cuerpo entero. Los jóvenes son jóvenes y los viejos son viejos. Pero contento porque demostramos que nosotros los viejos tenemos mente para seguir continuando hacia adelante”, comentó el atleta de 41 años, tras lograr este hito.
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Aquel titán de casi dos metros y más de 130 kilos de peso, llegó a París con su sonrisa y mirada de bonachón a imponer su marca. Esto lo hizo en un camino inmejorable, casi como sacado del guion de una película.
En cada uno de los cuatro combates que enfrentó el cubano iba tumbando las dudas de si concretaría la hazaña jamás lograda por un deportista. Pero López no es como los demás. Ya hay quienes lo catalogan como el mejor deportista olímpico de todos los tiempos.
Al vencer a Sabah Shariati de Azerbaiyán en la semifinal, se abrieron las puertas a un cierre perfecto. En la otra llave se encontraba su amigo y compatriota Yasmani Acosta, de 36 años, quien compite en la misma categoría representando a Chile.
“Mijaín Lopez es mi ídolo del deporte. Conozco toda su historia, sé por lo que ha pasado, todo el esfuerzo que hay detrás de sus logros. Es mi amigo, mi hermano y es una final bonita. De hecho, todo lo que sé o muchas de las cosas que sé hoy ha sido por él. Incluso cinco minutos antes de pelear la semifinal me estaba dando consejos”, declaró a los medios en París, tras vencer en la semifinal al luchador chino Meng Lingzhe.
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Literalmente era una película. Dos hermanos de la vida cara a cara. Dos luchadores cubanos enfrentándose en una final sin precedentes. López, residente de la isla y Acosta, acogido en Chile. La duda estaba en el aire ¿lograría Mijaín romper el récord histórico o vería deshacerse su sueño mientras Yasmani conseguía su ansiada presea de oro?
Una vez más, Mijaín López demostró que el destino lo construye él con su fuerza, habilidad, inteligencia y convicción.
“Fue raro porque sentí mucha alegría y a la vez tristeza. Alegría porque logré alcanzar una meta tan difícil que me había propuesto hace muchos años atrás y también me puso triste por eso, porque sacrifiqué mucho”, dijo Acosta.
Como si aquel escenario no fuera ya lo suficientemente mítico, López, sabedor de su récord, selló con un simbolismo mágico su retiro de la lucha grecorromana. Caminó hasta el centro del mat, se desató sus zapatos y los dejó ahí, demostrando al mundo que colgaba las botas un hombre que más que hombre, es un titán histórico.
“Es el transcurso de la vida y el esfuerzo que se hace cada día en todas las metas que uno se traza con la ayuda de todos los seguidores y tu familia. Con el esfuerzo y mente que tiene que depositar uno en cada cosa”, explicó el héroe originario de Pinar del Río.
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Tema aparte y caso de estudio lo de Cuba. Es increíble que de una isla en el Caribe, controlada por un gobierno de facto durante décadas y afectada por un embargo económico de parte de Estados Unidos, salgan tantos atletas de élite.
El dato es inapelable: Cuba es el país iberoamericano con más medallas olímpicas en la historia, acumulando un total de 235 preseas. Tiene 66 más que España, y 85 más que Brasil, los dos países del grupo que siguen a la isla en el ranking.