Editorial: Ejecución apresurada de la vía a Limón
El Eximbank de China extendió el período de desembolsos del préstamo otorgado para construir la ampliación de 107 kilómetros de la ruta 32, entre el cruce de Río Frío y el centro de Limón, pero fijó el 10 de abril del 2025 como fecha límite para concluir los trabajos. El plazo original venció hace cuatro meses y la trascendental obra quedó pendiente de la buena voluntad del banco.
Ese hecho, en sí mismo, es motivo de honda preocupación. No es una carretera cualquiera, sino la arteria por donde circula el grueso de las exportaciones y buena parte de las importaciones. La ampliación de la principal vía de acceso a la costa atlántica merecía, desde el principio, una ejecución esmerada, pero no la tuvo. A partir del convulso proceso de aprobación del préstamo en la Asamblea Legislativa, la cadena de desaciertos ha sido exasperante.
Con vista en la historia, no es fácil creer en la finalización de la obra antes del vencimiento de la última ampliación del plazo de los desembolsos, dentro de nueve meses. Según la unidad ejecutora del proyecto, junio cerró con un 89,4% de avance de la construcción. Está prácticamente lista, podríamos decir con optimismo, pero desde enero apenas se ha avanzado un 3%. El ritmo de 0,5 mensual es con toda claridad insuficiente para concluir la obra el 10 de abril del 2025.
Es indispensable acelerar el paso, pero los constantes desencuentros entre el Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT) y la constructora China Harbour Engineering Company (CHEC) hacen temer más demoras. Falta ejecutar $39 millones de los $465 millones del crédito original, además de la contrapartida costarricense, unos $23 millones a cargo del Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).
La obra debió estar lista en octubre del 2020, pero las cinco prórrogas aprobadas hasta ahora añaden más de 1.700 días a la estimación inicial. La última de ellas fijó el 28 de mayo del 2025 como fecha de entrega de la obra, es decir, mes y medio después del límite establecido por el Eximbank para los desembolsos.
Si todo sale bien y el MOPT logra evitar el desfinanciamiento de los trabajos mediante el cumplimiento del plazo fijado por el Eximbank, la ampliación de todas formas no cumplirá las expectativas del proyecto inicial. Una de las medidas tomadas para prescindir de trámites de expropiación y acelerar la construcción es el polémico reemplazo de una decena de pasos a desnivel por rotondas.
La medida, criticada por expertos y alcaldes de las comunidades afectadas, responde directamente a los retrasos de la obra y el peligro de quedar sin financiamiento, no al diseño más favorable para la circulación por una carretera tan importante y transitada. La premura está exigiendo un precio.
Pero hay otros motivos para temer por la calidad de la obra. Un reciente informe del Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme) señaló el uso de materiales deficientes y prácticas constructivas inadecuadas en los puentes instalados a lo largo de la vía. El informe señala, por ejemplo, que el puente sobre el río Chirripó, uno de los más importantes de la ruta, cumple un 73% de los requerimientos de diseño estructural según la normativa aplicable. Una auditoría anterior del Lanamme criticó la colocación de una capa delgada de mezcla conocida como traba durante el asfaltado, entre otros cuestionamientos.
Si la ampliación de la vital carretera concluye antes de la fecha fijada por el Eximbank, se lo deberemos a sacrificios de diseño y ejecución a lo largo del proceso constructivo. Las consecuencias apenas comenzarán a verse a partir de la entrega de la obra con poco menos de cinco años de retraso.