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Август
2024

Gabino Palomares: “Con el mismo grado de marginación que nosotros, hoy la canción política la están haciendo los raperos”

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Fue en el año 1983. Por entonces, las guerras civiles y las dictaduras eran parte de la realidad de una buena fracción del continente latinoamericano, incluido Chile. En ese contexto, y motivados por la agresión de Estados Unidos a Nicaragua tras el triunfo del Frente Sandinista de Liberación Nacional, varios de los músicos más importantes de la nueva canción se convocaron en la Plaza de la Revolución de Managua para protagonizar el “Concierto por la paz en Centroamérica“.

Chico Buarque, Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa y Gabino Palomares -uno de los más importantes íconos de la música popular mexicana-, fueron algunos de los invitados, cuyo registro pasó a la historia como uno de los grandes hitos de la canción protesta en América Latina. El trovador chileno Francisco Villa todavía era un estudiante secundario cuando una copia clandestina en VHS llegó a sus manos.

“Mi primer acercamiento a Gabino, como artista, fue a través de la gran Amparo Ochoa y de la que quizás es la canción más conocida y más célebre Gabino, que es ‘La maldición de Malinche‘”, recordó el músico en conversación con Radio y Diario Universidad de Chile. “Cuando ya tenía mis primeros años de militancia y de canto, en la adolescencia, me encontré con unos vídeos que llegaban clandestinos, que se veían re mal, y que mostraban un festival muy importante que se había hecho en Nicaragua. Esa fue la primera vez que vi a Gabino”.

“Era primera vez que escuchaba la canción no cantada por Amparo. Y me conmovió verlo porque no lo conocía físicamente. Pero además porque tenía una actitud en el escenario que proyectaba la imagen de un ser absolutamente honesto con lo que estaba haciendo. No era un tipo que estaba cantando artificialmente. Lo que estaba haciendo, diciendo, interpretando, y físicamente mostrando, era una convicción profunda. Ahí me di cuenta de que Gabino no era puramente un cantor un compositor, que ya era una gran cosa, sino que además era un hombre que tenía una profundidad de reflexión, y a partir de la reflexión, un compromiso con algo que iba más allá de la canción”, afirmó el chileno.

A 41 años de ese importante recital, Villa se encuentra acompañando a Palomares en su primera visita a Chile, en el marco de una gira por el mundo que lo ha llevado a múltiples países, y que este viernes 9 de agosto lo tendrá dando un íntimo recital en el centro de eventos Kahuin.

Una visita que, según contó el mismo Palomares, lo mantiene muy emocionado. “Después de tres intentos, por distintas razones no había podido embarcarme. La cuestión es que, para mí, estar en Chile ha sido una impresión muy fuerte, porque durante el exilio de los chilenos en México conocí a varios, con quienes luego nos integramos a un lugar que se llamaba la ‘Casa de Chile‘, donde se reunían todos los exiliados”, compartió el compositor sobre sus lazos con nuestro país, que lo unieron a la figura del expresidente Salvador Allende a través de su viuda, Hortensia Bussi. “Los fines de semana cantábamos, comíamos y bailábamos, pero desde ahí también se planeaba toda la actividad de solidaridad, no solo en la Ciudad de México sino que en muchos estados de la República”.

Las imágenes que yo tengo de Chile son las del golpe. El Estadio Nacional, La Moneda bombardeada, los crímenes, las torturas, todas desgarradoras para nosotros, de ver lo que estaba haciendo el ejército. En México seguimos casi día con día todo lo que aquí ocurría. Y ahora venir y visitar La Moneda es desgarrador para mí. Ayer estuve en el Estadio Nacional, en lo sótanos, donde detuvieron a todos los compañeros, y es muy fuerte. Es un encuentro con la historia”, detalló sobre su visita a uno de los sitios de memoria más emblemáticos del país.

Pancho Villa y Gabino Palomares en Sala Master de Radio U. de Chile. Foto Tito Carreño

Para que nunca más

Por toda esta experiencia vital, Gabino Palomares está convencido de la importancia de que el ejercicio de memoria persista. “Estos lugares que ustedes dejaron y siguen dejando intactos son para que los jóvenes entiendan que esto no se puede volver a repetir, para que vean los estragos de las dictaduras”, reflexionó el artista.

“Me llevaron a la parte donde estuvieron detenidas las mujeres, donde hay una cinta que dice ‘nunca más’. Y me parece que para eso sirve la memoria. para que no se repita semejante atrocidad, ni en Chile ni en ningún país del mundo. Porque lo que ustedes vivieron es un ejemplo de la aberración de la humanidad y creo que la gente lo tiene que saber. Los jóvenes sobre todo tienen que saber qué pasó”, sumó sobre su visita al estadio.

Ejercicio que, además, considera que adquiere una importancia mucho más urgente en el contexto actual, donde la extrema derecha y el negacionismo surgen con cada vez más fuerza. “Por supuesto que los gobiernos neoliberales y los Estados Unidos quisieran acabarnos, destruirnos la memoria para que nosotros seamos más manipulables. Esto, aunado con una permanente propaganda estadounidense en nuestros países. Y entonces, la memoria cumple un papel súper importante, y el arte, la cultura en general, cumple también un papel”.

Hay una frase que a mí me gusta mucho de Benedetti, que dice que las canciones no hacen las revoluciones, pero las revoluciones se hacen cantando. Me parece una frase tan bella porque eso es. Nosotros, con nuestras canciones, nuestras películas, o lo que sea que hagamos, acompañamos la revolución como artistas. Quizás haya otra parte mucho más comprometida, que es ser parte como ser humano, físicamente, de los movimientos revolucionarios, pero nuestra aportación como cantantes siempre acompaña. Y sostiene algo que a mí me parece fundamental para la lucha política: la mística”, desarrolló el músico sobre el rol del arte.

Eso último es lo que define como la característica indispensable para aportar a la trascendencia de la memoria: “Somos parte de ella. Víctor Jara, los Quila, el Inti, el Pato Manns, toda esta gente nos hace recordar permanentemente lo que pasó en nuestros pueblos. Nosotros somos eso, estamos contribuyendo a esa mística y a conservar nuestros valores como país. Es un acto de resistencia ante la penetración cultural del imperialismo y ahí está nuestro aporte. Y a las nuevas generaciones de artistas también necesitamos acercarlos a la memoria”.

En ese sentido, valoró también la trayectoria de Allende y Jara, dos figuras emblemáticas de nuestra cultura popular que calaron hondo en el resto del mundo. “Salvador Allende es un ícono de la lucha, latinoamericano y mundial. Y creo que está en la memoria de todos nosotros. Los artistas de mi tipo estamos siempre hablando de Salvador Allende. También Víctor Jara. En todo el mundo se cantan sus canciones, y para mí es un ejemplo a seguir. No solamente he cantado a Víctor, sino que he leído mucho sobre su vida porque es un ejemplo a seguir. Y el compañero presidente también lo es, no solamente en el arte, sino en la política. Gran parte de lo que está pasando en México ahorita está inspirado en él. Para el presidente Andrés Manuel López Obrador, y lo sé por él, Salvador Allende es un guía“, confidenció.

Otra clave que aporta el mexicano tiene que ver con la importancia de la preservación de las raíces de cada país. “La estrategia del imperialismo es la unificación de la cultura, que todos tengamos la misma. ¿Cuál? La de ellos, el ‘american way of life’. Que nosotros integremos dentro de nuestra cultura los productos que ellos hacen, la música y todo lo que ellos hacen, porque ellos son los dueños del negocio. Y hay una permanente propaganda en todos los niveles para que nosotros seamos iguales a ellos. Lamentablemente cada vez lo somos más, y esto sólo busca desplazar todo lo que es nuestro para que vayamos olvidando la raíz. Solamente vamos a morir cuando ésta se acabe, por eso hay que defenderla y seguir inculcando en los muchachos nuestras costumbres, nuestras tradiciones, nuestras culturas”, aseguró el artista.

“Defender la cultura propia en este momento de la humanidad es un acto de resistencia. Y tenemos que resistir“, sumó. Y aunque ha notado una despolitización de la música de raíz en México, sí rescata, por ejemplo, la actual masificación de los ritmos de la jarana entre la juventud. “Son muchos los muchachos que tocan las jaranas. Es un movimiento masivo, y eso a mí me da mucha esperanza”, afirmó Palomares.

Y si antes el folklor era la vía de los artistas para encauzar la canción política, hoy la ve encarnada con mucho orgullo en otras expresiones juveniles. “En este momento, y con el mismo grado de marginación que nosotros, la canción política la están haciendo los raperos. Los raperos están diciendo cosas mucho más fuertes que las que yo pudiera decir en una canción. Hay un rap político marginal, underground completamente, que está tomando las riendas de una canción bien política”, concluyó.