M. Night Shyamalan: «Me río cuando dicen que 80 millones de personas han visto una película de Netflix»

M. Night Shyamalan (Puducherry, India, 1970) dijo no a 'Indiana Jones' y 'Harry Potter ' y no se arrepiente. Tampoco haría una película para una plataforma ni por todo el dinero del mundo, aunque si lo necesitara se lanzaría al proyecto, eso sí, alzando la mano arriba, pidiendo perdón, y diciendo que lo hace únicamente por dinero. La pasión por el cine, las salas, y la relación que se genera entre el espectador y la película es lo que le mueve a seguir apostando por él hasta el fin de sus días. Por eso estrena 'La trampa', que llega este viernes 9 de agosto a los cines. «La obra de arte no es la película en sí. Es el silencio, la tensión, la relación que se establece entre cada persona que se sienta en una sala de cine y la película», reconoce el director a ABC. La trama de su película gira en torno a un padre (Josh Harnett) y su hija adolescente que asisten a un concierto de música pop, donde se dan cuenta de que están en el centro de un oscuro y siniestro suceso. Visto así parece que es el concierto es uno de los elementos más secundarios de la película, pero lo cierto es que cuenta con un valor añadido. Saleka , la cantante e ídolo de masas adolescentes en la película y también en la vida real, es en realidad Saleka Shyamalan, la hija del director. «Trabajar con ella ha sido fantástico, un regalo». Y la música en este caso juega un papel fundamental en la película. «Es un concierto real. Teníamos pensado cada detalle de la puesta en escena. Cuando uno ve una película reconoce en la escena cosas que son especialmente relevantes para el director, y en este caso la música lo es. Quería trasladar el lenguaje y las imágenes de todo aquello que sucede con las estrellas del pop y su público«. Y así ocurre a lo largo de la película. Es la música desde el principio hasta el final la que acompaña al espectador en este viaje extraño, exhausto y que juega con la comedia hasta en los momentos más terroríficos. Como ocurría en 'La visita'. »La industria me dijo que esa película no iba a funcionar y peleó contra mí, porque tanto la comedia como la oscuridad suelen ser tan exageradas que no asustan en absoluto y no pensaban que pudiera lograrse. El secreto es ser muy preciso: generar una risa nerviosa«. Shyamalan vive alejado de Hollywood. «Antes eso te ayudaba a tener historias más frescas, pero ahora la tecnología unifica la cultura de lugares muy distintos», reconoce. Sin embargo, asegura que estar lejos de ese lugar ha hecho que sus mejores amigos no estén en la industria. «Mis hijos no se relacionan con sus hijos ni yo con ellos. El lado negativo es que cuando piensan en un guion yo no entro seguramente en sus planes, pero eso me ha hecho estar más activo. Me gusta sentirme forastero y al mismo tiempo formar parte de la industria de Hollywood». El director de 'El sexto sentido' tiene claro que las plataformas nunca conseguirán lo que logra el cine. «Cuando irrumpió el streaming, hablé con parte de la industria y le dije que se equivocaban y que no iban a acabar con nosotros. Son una parte accesoria de nuestra y vida y me encanta que lo sean. No me enfada que existan, son geniales, y me encanta que nos dejen seguir creando una conexión especial entre el espectador y la película en una sala», explica con sarcasmo e ironía entre risas. Sin embargo, al segundo su rostro se pone serio porque el cine es un asunto serio. «Ver una película en streaming es reducirla completamente. El perro te molesta, el móvil te suena, tu hijo te llama... ¿Qué puede ofrecerme el streaming? Me río cuando dicen que 80 millones de personas han visto una película de Netflix. Dime cuántas de esas personas la han visto hasta el final y sin distracciones con el certificado de un abogado. Sé que no me lo vas a decir porque ese número es increíble y escandalosamente bajo. Nunca llegaron al final«, cuenta causando las risas entre los presentes, pero al mismo tiempo algo indignado.