La vida personal del piragüista Saúl Craviotto: de abandonar su casa con 15 años a trabajar de Policía para poder vivir
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París 2024 se ha convertido en una cita muy especial para muchos deportistas españolas, pero, si hay uno que la recordará toda su vida, ese es Saúl Craviotto (Lérida, 1984). El emblema del piragüismo de nuestro país afronta este año los que serán sus quintos Juegos Olímpicos , donde buscará colgarse una nueva medalla junto a sus compañeros Carlos Arévalo, Marcus Cooper y Rodrigo Germade en la categoría K4-500 metros . Lo hará consciente de que podrían ser los últimos, aunque, por el momento, no ha querido poner fecha a una posible retirada: « Después de París 2024 analizaré muchas cosas , como hice tras Río 2016, Tokio 2020 y cualquier Juegos Olímpicos. Después de cada trabajo, oposición o examen, uno debe poner los pies en el suelo para mantener conversaciones con tu entorno, tu mujer, tus hijas, tu entrenador… Para ver si tengo un proyecto que me apasione. Si no existe, pues lo dejo», aseguró en declaraciones a El Periódico de España. El catalán no sólo fue el abanderado de España en Tokio 2020 junto a Mireia Belmonte ─un mérito al alcance de muy pocos deportistas en nuestro país─, sino que aspira también a hacer historia en esta cita olímpica. Y es que, tras colgarse dos oros (K2-500 en Pekín 2008 y K2-200 en Río 2016), dos platas (K1-200 en Londres 2012 y K4-500 en Tokio 2020) y un bronce (K1-200 en Río 2016) en sus cuatro participaciones anteriores, podría convertirse en el español con más medallas olímpicas de la historia (serán seis si logra triunfar en el K4-500), superando las cinco que tiene el piragüista David Cal . Craviotto ha demostrado que puede compaginar el deporte con su vida familiar y su profesión, pues sabe que es muy complicado vivir del piragüismo. Repasamos todo sobre el atleta español y su lado más íntimo. Saúl Craviotto nació en Lleida en 1984 y, mirando su árbol familiar, no es de extrañar que en él naciera la pasión por el piragüismo. Desde bien pequeño, su padre, Manuel , le inculcó la pasión por este deporte que, pese a ser minoritario en España, le ha dado grandes alegrías a la federación española. Al igual que su hijo, Craviotto padre también fue piragüista de la selección y quiso traspasarle este amor al medallista olímpico, que desde bien pequeño se aficionó a navegar en piragua por los Pirineos de Lleida: «Recuerdo que cuando era un niño mi padre me ataba una cuerda de su piragua a la mía , y nos íbamos a navegar por sitios perdidos. Y yo, con lo vago que era, levantaba la pala y me llevaba de paseo», explicó hace años en una entrevista para la revista '¡Hola!'. El pequeño no tardó en despuntar en la modalidad y, con apenas 15 años, abandonó su casa para ingresar en el Centro de Alto Rendimiento del Consejo Superior de Deportes en Madrid. El objetivo era claro, seguir formándose como deportista de élite, aunque esto no sentó nada bien en su hogar: « Mi madre se llevó un disgusto , se iba el peque de casa con 15 añitos», recordaba en el diario As el piragüista. Craviotto tampoco vivió un camino fácil hasta consolidarse como el atleta que conocemos a día de hoy: «Yo al final estaba viviendo mi sueño, pero hubo momentos de bajón . Dejé todo atrás: a mi familia, a mi pareja de entonces en Lleida, amigos... Todo se echaba de menos. Pero al final creé mis amigos, mi familia, fui evolucionando y hasta hoy», comentaba al citado medio antes de afrontar este nuevo reto en su carrera. Saúl Craviotto ha estado muy bien acompañado durante gran parte de su exitosa carrera deportiva. El piragüista comparte su vida desde hace más de una década con su mujer, Celia García , con la que contrajo matrimonio en el año 2013 y con la que ha tenido tres hijas . Los dos se prometieron en Londres el día después de que el de Lérida se colgara la medalla de plata en el K1-200 y desde entonces no se han separado. García es técnica en nutrición y dietética , aunque se ha especializado en nutrición deportiva , siendo la encargada de adaptar la dieta de su marido para mejorar el rendimiento deportivo de cara a los que son sus quintos Juegos Olímpicos. Además, también ha sabido encontrar un hueco dentro de las redes sociales para divulgar sobre nutrición y comida sana. En su cuenta de Instagram @thefitbowl , la esposa del piragüista cuenta con más de 130.000 seguidores y en ella publica a diario recetas saludables y sencillas para todos los que se quieran adentrar en el mundo del 'real food' . También es autora del libro 'Comida sana en bowl', además de otros tantos ebooks de recetas disponibles en su página web. El bicampeón olímpico comparte con su pareja la pasión por la cocina, algo que demostró con creces durante su participación en la segunda edición de 'MasterChef Celebrity' . El piragüista ganó en 2017 la segunda edición del reality de cocina, donde destacó por encima de todos los concursantes, siendo el favorito del público desde el inicio del programa. Del piragüismo no se vive y eso es algo que Saúl Craviotto ha tenido siempre claro: « Con cinco medallas olímpicas no me voy a poder retirar con lo que he ganado económicamente», comentaba hace unos días en una entrevista para Marca, consciente de que un deporte minoritario como el suyo no otorga una gran fortuna de la que vivir eternamente. Al contrario que otros atletas, que han podido centrarse exclusivamente en su rendimiento deportivo sin pensar en su futuro profesional, el de Lérida siempre ha tenido en mente un plan B para salir adelante. Así, con apenas 18 años, decidió apuntarse a las oposiciones a Policía Nacional y consiguió una plaza, una labor que compagina con sus entrenamientos diarios: «Una vez jurado el cargo, me dieron facilidades para compaginar con el deporte y viajar a las competiciones», confesaba al citado medio. No fue nada fácil, pues para sacar adelante sus estudios tuvo que dejar a un lado el equipo nacional y regresar a Lérida . Además, todo el estudio lo compaginó también con el trabajo de electricista junto a su padre y los entrenamientos en piragua: «Iba todos los días y al salir de trabajar iba a entrenar a mediodía. Volvía a trabajar de electricista hasta las 19:00 y luego a la academia de Policía. Fue una etapa dura, no tenía tiempo libre ». Finalmente consiguió su objetivo y, de hecho, siguió compaginando su puesto de trabajo como policía nacional en Gijón con su carrera deportiva hasta 2017. Por entonces, a pesar de sus éxitos deportivos, todavía era un desconocido para la ciudadanía española, algo que cambió tras su victoria en las cocinas de MasterChef. El deportista aseguró entonces que mucha gente había dejado de tomarle en serio tras reconocerle, complicando su trabajo como policía. Decidió entonces abandonar su labor habitual de patrulla y pasó a ocupar un puesto en el departamento de Participación Ciudadana , donde se dedica a trabajar en campañas de prevención y concienciación ciudadana e imparte conferencias a niños y adolescentes en escuelas sobre las drogas, el alcohol y el acoso. Aún así, volvió a ponerse el uniforme de Policía Nacional durante el confinamiento a raíz de la pandemia: « Volví a mi trabajo ante la necesidad de la situación que vivimos », contó entonces Craviotto.