Más allá del verdejito fresco: 10 verdejos diferentes y ricos para reconciliarse con esta uva
A todo el mundo le suena esta variedad de uva y, tal vez por eso, los vinos blancos que se hacen con ella son también de los más denostados. Reivindicar su potencial y los buenos vinos que se hacen con ella puede ser un buen plan para este verano
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Es el vino blanco más popular en bares y restaurantes, a todo el mundo le suena y, tal vez por eso, la uva verdejo y los blancos que se hacen con ella son también los más denostados. Lo del “el verdejito fresco” es uno de los chistes recurrentes en un sector donde, no nos engañemos, sobra esnobismo y falta ganas de facilitar las cosas a quienes quieran beber buen vino. Así que reivindicar el potencial de esta uva y los buenos vinos que se hacen con ella en Rueda y otras zonas del país puede ser un buen plan para este verano.
Del verdejo se suele destacar sus aromas tropicales —con toque de anís e hinojo, si se quiere afinar un poco más— y que bien frío entra estupendamente como aperitivo. Hasta ahí, lo de siempre. Lo que igual es menos conocido es que esta uva también tiene un buen potencial de envejecimiento, que con ella se hacen vinos generosos —sí, como los de Jerez— y hasta esos “Orange” que ahora están muy de moda.
Aquí una pequeña selección bastante heterodoxa de algunos que merece la pena probar. Y sí, nos hemos saltado los Ossian que todo el mundo suele citar, y con razón, al hablar de buenos verdejos para, precisamente, intentar buscar cosas diferentes.
Un verdejo con madera
De los blancos de verdejo se suele destacar su frescor y esas notas tropicales en el aroma, pero en realidad se pueden hacer vinos más complejos. A veces basta con darles un poco de crianza en barrica para encontrarse con un vino más interesante. Es el caso del Valdubón Verdejo Roble que, pese al nombre, no es uno de esos vinos en los que casi se mastica la madera. Sigue siendo fresco, pero más untoso y largo. Vaya, que no hace falta servirlo helado ni con cubitos de hielos. Cuesta menos de 10 euros.
Un verdejo de Rioja
Si al escuchar verdejo decimos Rueda es muy posible que acertemos, porque en esta denominación de origen se elaboran la mayoría. Precisamente por eso nos ha parecido interesante éste elaborado en La Rioja por bodegas Barón de Ley -uno de los mayores productores de la región- con el sello de El Coto y uvas verdejo de la zona.
De hecho, es el primer monovarietal de verdejo de la DOC Rioja. Un blanco sencillo, económico -anda sobre los 7 euros- y de esos que suele gustar a todo el mundo.
El verdejo y las lías
Otro verdejo que quiere ir un poco más allá sin renunciar a su esencia fresca y aromática. Como su propio nombre indica, Viore Verdejo sobre lías recurre a la crianza de parte del vino con sus lías que son algo así como los restos que quedan tras la fermentación. Este proceso unido a la crianza en barrica de otra parte del vino consigue como resultado un blanco denso y cremoso, con una estructura más compleja. Lo importante es que está muy rico y su precio es muy moderado, unos 12 euros.
Un buen verdejo, así de sencillo
Desde la bodega Valdecuevas definen su Cuvèe como un verdejo singular. Pero en realidad se trata simplemente de un buen verdejo de libro que, como otras referencias de esta lista, busca darle a esta uva algo más de cuerpo para alejarse del perfil clásico de un blanco fresco. En este caso, parte del vino se trabaja en grandes barrica, otra en microdepósitos y la combinación es un vino que no renuncia a la acidez y frescor que se espera de él, pero con un plus. ¿Precio? Unos 15 euros la botella.
Si vencemos los reparos descubriremos que esta singular referencia de Bodegas Sierra Norte propone una versión del verdejo totalmente alejada de los tópicos
El verdejo más moderno
Es verdad que el nombre asusta un poco: 1564 Party Orange. Pero si vencemos los reparos descubriremos que esta singular referencia de Bodegas Sierra Norte propone una versión del verdejo totalmente alejada de los tópicos. Hablamos de un vino tipo orange, es decir, un blanco al que se deja un tiempo con las pieles de las uvas y por eso adquiere esos tonos anaranjados. Es, además, un vino sin sulfitos (natural, podríamos decir) y con un perfil perfecto para quienes andan buscando rarezas. Merece la pena probarlo y cuesta sólo unos 10 euros.
Verdejo en tinaja
El Lagar de Moha presume de ser la única bodega biodinámica certificada de Rueda. Aunque las técnicas asociadas a este tipo de vinificaciones siempre requieren un poco de fe por sus referencias a la energía de la tierra y demás, lo que aquí nos importa es que esta casa elabora en ecológico vinos muy interesantes y ricos, algunos de ellos a partir de uva verdejo, la más popular de la zona. Varrón es su referencia más conocida, un excelente verdejo de larga crianza. Pero puestos a buscar algo diferente, nos quedamos con Nuestra Fauna su verdejo natural y sin filtrar con una crianza de 15 meses en tinaja. Su precio ronda los 25 euros.
No es verdejo, es Malcorta
Desde hace una década Javier Sanz Viticultor ha recuperado y vinifica con un notable éxito esta uva clon de la verdejo y conocida como “malcorta” que estaba prácticamente desaparecida. La variedad también da nombre a este magnífico vino elaborado con viejos viñedos de La Seca, en Rueda. Un blanco complejo, glicérico —es decir, con cierta untuosidad, como nos gustan— y que a lo largo de estos diez años ha demostrado tener un gran potencial de envejecimiento. Por si alguien creía que la verdejo sólo funciona en vinos jóvenes. Cuesta unos 20 euros.
El verdejo que nunca falla
Cualquier plan de reconciliación con los blancos de uva verdejo debería pasar inexorablemente por algún vino de Barco del Corneta. De hecho, fue probando uno de sus vinos hace ya unos años cuando tuvimos nuestra propia epifanía verdejera. Y aquí seguimos, recomendando su referencia más clásica con el mismo nombre que la bodega —cuesta unos 20 euros—, la más sencilla y económica Cucú (Cantaba La Rana) o La Sillería, también un 100% verdejo con mayor crianza. Los tres son perfectos para abrirlos con alguien que tuerza el morro cuando se habla de verdejos.
Un verdejo pálido
¿Sabías que en Rueda históricamente siempre se han elaborado vinos de crianza biológica como en Jerez? Es algo poco conocido y, de hecho, pocas bodegas mantienen esta tradición de vinos pálidos y dorados que es como se denominan por aquí. De Alberto es una de ellas y su Pálido con una crianza de tres años bajo velo de flor es una maravillosa rareza que hay que probar. Muy seco casi salino, la producción es muy limitada, lo que también explica que la botella de medio litro salga por unos 37 euros.
Un verdejo sobrenatural
La bodega Menade es una referencia indiscutible cuando se habla de buenos verdejos. De hecho, nada como probar algunos de sus vinos para que todos los tópicos sobre estos blancos caigan y descubramos el potencial de esta uva. Sus referencias más tradicionales merecen mucho la pena, su Dorado es una auténtica joya, pero el Sobrenatural no sólo es un 100% verdejo de muchísima categoría, sino que también hará cambiar de opinión a quienes miran los vinos naturales con cierta desconfianza. Una maravilla por la que, eso sí, hay que pagar unos 60 euros.