Secuestrar a los nuevos vocales
Que se encierren y no salgan hasta que no pacten un presidente. Lo de quitarles el techo me parece exagerado pero lo de los emolumentos seguro que resultaba efectivo. No es de recibo el espectáculo que se está dando
Una de las hipótesis de reforma debería ser que los vocales eligieran presidente del CGPJ a uno de entre ellos
Se han ido de vacaciones dejando su trabajo sin hacer. Han sido incapaces. Mucho tendrían que aprender de una institución que ha perdurado a lo largo de los siglos como es la Iglesia. En esa sí que se ha visto de todo y lo han solucionado a veces de la forma más expeditiva. Los nuevos vocales han comenzado mandato no cumpliendo con lo que les ordena la ley.
Insólito que tras la constitución de un órgano no se logre pactar su presidencia. Jamás se ha visto ni en el Congreso ni en el Senado ni en la constitución de sus Mesas. De una forma o de otra, lo que ha de hacerse se hace. La política consiste también en ser capaz de llegar a esos acuerdos. Sucede que no existen peores seres para intentar hacer política que los jueces, que son mayoría entre los flamantes vocales ni tampoco los fiscales, que no les van a la zaga. Los vocales judiciales cuando quieren jugar a la política se empantanan. No saben. No es lo suyo. No están preparados. A fin de cuentas son personas que desde muy jóvenes deciden en solitario y cuando llegan a un órgano colegiado, deliberan, sí, pero no están obligados a alcanzar acuerdo alguno. Incluso si pierden la votación pueden dejar clara su postura en un voto particular. No, lo suyo no es la cintura para negociar y lo han demostrado y lo van a demostrar. O eso o se han constituido ya en dos bloques férreos de soldados, que es lo peor que podía pasar.
Se han ido de vacaciones y el CGPJ no está ni en funciones como antes, simplemente no puede arrancar su funcionamiento porque sin presidente, el Pleno está incompleto y no puede adoptar decisiones. Parece que ante este problema -del pleno dependen un montón de trámites sobre jubilaciones, permisos y otras ordinarias de la carrera judicial- han decidido comenzar innovando, o sea, inventándose la ley. Así que piensan adoptar este tipo de acuerdos sin estar habilitados aún, a expensas de que sean ratificados a posteriori, cuando ya haya un pleno en condiciones. Un invent. No es el único. Ante el enrocamiento de ambos sectores -son ambos los enrocados con más o menos razones y es evidente- los espontáneos y los no tanto han dado en inventar también posibles soluciones totalmente innecesarias.
Recuerden que el mayor argumento de los progresistas es que la presidenta tiene que ser una mujer, “que ya toca”, y los conservadores alegan que, en todo caso, podría ser cualquier otra y no precisamente la propuesta por los progresistas, Pilar Teso, que como es sabido tiene la confianza del Gobierno y la amistad personal del matrimonio Conde-Pumpido. ¡Qué vergüenza me da tener que empezar hablando así de ellos, en bloque borreguero! Ante el empate a diez y dado que aquí no existen los penaltis, han ido a la prórroga.
La asociación conservadora ha propuesto, ni más ni menos, que si no hay desempate sea la carrera judicial la que vote para desempatar y elegir a su favorito de los dos finalistas. ¿En qué ley pone eso? En ninguna, obviamente, pero es que lo de inventarse la ley de forma creativa está empezando a ser un deporte de masas. Así que pretenden que de forma telemática se pronuncien los jueces de toda España para asumir una decisión que es potestativa de los vocales. Eso lo hace la asociación que no quiere permitir que en las elecciones a las Salas de Gobierno se use ese sistema que favorecería la participación y, a lo mejor, les hacía sacar peores resultados.
No se queda ahí la cosa. A un invent sigue otro invent. La asociación progresista ha salido a contestarles que si alguien tiene que decirles a los vocales a quién tienen que poner, que sea el Parlamento, que para eso ostenta la soberanía popular. ¿En qué ley aparece esto? En ninguna, cierto. Más rocambolesca es la iniciativa que promovía en redes una magistrada de izquierda y que consistía en pedir a la ciudadanía que votara en change.org una petición para que la presidenta fuera una mujer, que no puede ser ya sino la que he mencionado. ¿En qué ley pone que se haga una consulta popular para presionar a los vocales en su elección? ¡Premio! ¡En ninguna! Como tampoco en ninguna legislación se recoge que haya vocales haciendo promoción de su postura en X ni magistradas en activo tirándose de los pelos dialécticos como arrabaleras en la misma red.
Por eso les decía al principio que la Iglesia será lo que quieran pero que de los asuntos del poder y la política lo sabe todo porque de todo ha visto en tantos siglos. De ahí mi idea de secuestrar a los vocales, que tiene soporte histórico. Allá por el siglo XIII se reunieron los cardenales en Viterbo para elegir un nuevo papa. Estaban divididos en dos bloques enfrentados y se pegaron casi tres años haciendo el paripé de votar y no elegir y no salir del bloqueo. Tres años sin lograrlo, cuatro cardenales muertos y el pueblo que estaba harto de tenerlos allí esquilmándoles recursos. Así que a final de 1269, el prefecto de Viterbo dio la orden de secuestrar a los cardenales y encerrarlos en el palacio papal hasta que llegaran a un acuerdo y votaran un papa. De ahí, de cum clavis, bajo llave, viene la palabra cónclave. Pues ni por esas.
Comenzaron entonces a reducirles las raciones de comida que les entraban, hasta dejarles a pan y agua. Incluso llegaron a retirar el techo del palacio, con la excusa de que les llegara mejor la inspiración del Espíritu Santo, y con la intención real de que quedaran expuestos a los elementos para obligarles a elegir. Tampoco recibían todos sus emolumentos hasta que no hubieran cumplido con su misión. Al final, pactaron. Eligieron a un tipo que no es que no fuera cardenal, es que no era ni sacerdote y que estaba fuera de Italia: Gregorio X. A partir de ese momento se instauraron normas que aún hoy perviven para asegurarse de que los cardenales cumplen con su obligación, la misma que tienen los vocales del nuevo CGPJ, elegir a alguien que los presida.
Que se encierren y no salgan hasta que no pacten un presidente. Lo de quitarles el techo me parece exagerado pero lo de los emolumentos seguro que resultaba efectivo. No es de recibo el espectáculo que se está dando. Esto da que pensar, da que pensar que los políticos sólo han dado la apariencia de que no han metido mano en el nombramiento pero si cuentan con soldados obedientes, el resultado es el mismo. Demuéstrennos que no es así, que son independientes, que no han recibido consignas y lleguen a un acuerdo para el que alguien tendrá que ceder.
Respecto al argumento de que tiene que ser una mujer, qué quieren, me parece una utilización un poco espuria de la teoría feminista. He leído hasta no sé qué de la ley de paridad, como sí para un cargo de ese tipo funcionaran así las cosas. ¿Han funcionado para la presidencia del Gobierno? Pues no. Ni Kamala va a intentar romper el techo de cristal aferrándose a eso. Intentar recurrir al tema de la ley de paridad parece indicar una falta de argumentos curriculares de peso. Una mujer no tiene que tener impedimentos para en igualdad de condiciones ser la elegida pero ser mujer no es un mérito en sí equiparable, pongamos, a un doctorado por Bolonia. Por eso los conservadores no podían hablar en serio de Carmen Lamela o Esperanza Córdoba. No es cierto que los curriculum de los dos finalistas sean equivalentes, el de Pablo Lucas, también progresista, es más extenso y contiene hitos mucho más relevantes; el de Teso es el recorrido corriente de un magistrado tipo. Esa es la verdad. Aquí pesan otras cosas. Pesan los gustos de Moncloa, del ministro del ramo, los vetos de los catalanes, las amistades estrechas de unos con otros y la inquebrantable lealtad de todos a sus mandantes.
Empiezan mal, muy mal.
Yo ordenaría secuestrarles. Suerte tienen de que no sea condestable, esto no sea Italia ni estemos en la Edad Media.