El tiro fallido de la economía española
George Orwell (1903-1950), que en realidad se llamaba Eric Arthur Blair, el autor de la distopía «1984» y del muy real «Homenaje a Cataluña», escribió en su «Diario personal» (1942) que «la propaganda siempre está hecha de mentiras, incluso cuando dice la verdad». Pedro Sánchez, que no está claro si domina la obra del escritor británico, repite desde hace unos meses la cantinela propagandística de que «la economía española va como un tiro». Volvió a insistir en el asunto en su balance de fin de curso, casi al mismo tiempo que consideraba valorativas todas las preguntas que le resultaban incómodas y que, por supuesto, no respondió.
La economía española, es cierto, crece ahora más que la alemana o la italiana, por ejemplo, después de tardar mucho más tiempo en recuperar la situación prepandemia. Los datos son razonables, pero están igual de lejos de permitir abrazar el entusiasmo como abandonarse en el catastrofismo. Regodearse en la complacencia de unos datos coyunturales no es la mejor receta para el futuro. Por otra parte, los nubarrones en el horizonte se acercan cada vez más. Ahí está el más que susto de las bolsas del lunes, mitigado de momento, pero que ya se verá. España no es una isla, ni mucho menos, y si hay problemas económicos en la eurozona –la producción industrial ha caído– y más allá de la eurozona, también llegarán aquí, en donde la creación de empleo da muestras de agotamiento, con las cifras y tasas de paro que, aunque hayan bajado, son las más elevadas de la Unión Europea. En julio, el peor mes en muchos años, se destruyeron 9.783 empleos, con el escándalo de que el sector de la educación perdió 122.551 trabajadores. Ese sí que es solo un problema interno, pero la incertidumbre global también llega al sur de los Pirineos y a Cataluña, claro. La economía española no está en su peor momento, pero tampoco va «como ese tiro» del que habla Sánchez, Juan Francisco Martín Seco, secretario de Estado con Felipe González y exasesor de Anguita, acaba de explicar que «si no padecemos aún las dificultades de financiación de los países latinoamericanos es porque estamos en Europa y nos financia el BCE». ¡Ojo!, las mentiras de la propaganda también están ahí cuando dice la verdad, apuntaba Orwell.