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Август
2024

La industria automovilística alemana se deprime

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Abc.es 
El estado de ánimo de la industria automovilística alemana se deterioró significativamente en julio. El indicador correspondiente al clima de negocios en este sector, crucial para la industria alemana, cayó a -18,3 puntos, después de haber registrado -9,5 en junio, según publica el prestigioso Instituto Ifo, con sede en Múnich , en su encuesta entre gerentes. «Por lo tanto, la industria automotriz se está deslizando cada vez más inevitablemente hacia la crisis «, lamenta Anita Wölfl, del Centro Ifo para la Organización Industrial y las Nuevas Tecnologías. El deterioro del estado de ánimo se debe tanto a la evaluación de la situación actual del negocio como a las expectativas para los próximos seis meses. El indicador de la situación actual baja diez puntos , pasando de más 3,2 a menos 6,8 en julio, mientras quel barómetro de las perspectivas a corto y medio plazo se desploma a menos 29,1 puntos, después de menos 21,3 puntos en junio. «Probablemente no se espere una mejora significativa en los próximos meses», traduce Wölfl el malestar de las directivas del sector. Los pedidos no hacen su aparición y la utilización de la capacidad productiva también ha caído al 77,7 por ciento, como consecuencia. Se sitúa actualmente, de hecho, nueve puntos porcentuales por debajo del promedio a largo plazo. El 43,1 por ciento de las empresas se queja de la falta de pedidos, frente al 29,2 por ciento de abril. Tampoco se esperan impulsos positivos desde el exterior : las expectativas de exportación han caído hasta los -16,8 puntos, lo que supone más de 13 puntos menos que en el mes anterior. Las políticas de transición energética han puesto a este sector en una difícil situación desde hace años, pero las empresas se habían ido adapatando, aunque a trompicones, y las líneas de producción y de estrategia estaban ya en marcha. Pero si los directivos están ahora perdiendo la esperanza es porque se están viendo claramente afectados por la debilidad de su mercado de ventas más importante, China. Siguiendo la estela de Turquía y Estados Unidos, Europa ha anunciado la subida de aranceles que impondrá a los fabricantes chinos , desde el 17,4%, que se aplicará a BYD, hasta el 38,1%, a SAIC, pasando por el 20% de Geely. A pesar de que se trata de una medida diseñada para hacer frente a una competencia «desleal» a causa de el exceso de subvenciones, algunos países y fabricantes se han mostrado en contra, como es el caso de Alemania, por temor a represalias del Gobierno asiático. BMW Group, con sede en Múnich, vendió alrededor de un 4% menos de coches al gigante asiático en la primera mitad del año, a pesar de desempeñarse mejor que sus competidores Volkswagen y Mercedes-Benz. A partir del tercer trimestre, se espera que la economía en China se estabilice , según calcula BMW y ha expuesto en la presentación de su último balance, pero Mercedes y Porsche se preparan abiertamente para continuos vientos en contra. «En algunos casos, las plantas no se pueden tener en este país porque el dinero se gana solamente en el extranjero: tenemos un grave problema de ubicación», añade la presidenta de la Asociación de la Industria Automovilística alemana (VDA), Hildegard Müller, convencida de que los puestos de trabajo nacionales sólo pueden conservarse si la energía se abarata, las materias primas quedan aseguradas y se reduce la burocracia. «La UE se está embarcando en caminos especiales con la Ley de la Cadena de Suministro, por ejemplo, y acumulando nuevos obstáculos burocráticos», señala, «el gobierno alemán debe pasar de las palabras a la acción, de lo contrario, la desindustrialización progresiva ya no se podrá detener, porque Alemania no puede mantenerse al día con los costes de producción». Müller advierte que Berlín debe ejercer mucha más presión sobre Bruselas, concluir asociaciones energéticas con África, Oriente Medio y América Latina, así como acuerdos comerciales: «No vamos a fracasar porque ya no construyamos buenos coches, sino por las condiciones marco». El duelo del sector es extensible al resto de la economía alemana. La producción de vehículos emplea a casi 800.000 trabajadores alemanes de forma directa, a cientos de miles si tenemos en cuenta la red de suministro de componentes, materias primas y negocios adyacentes. En 2023, el sector generó unas ventas de 564.000 millones de euros. Con la economía alemana de nuevo al borde de la recesión, la confianza empresarial del sector automovilístico se presenta como la puntilla.