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Август
2024

Muere Miguel Ángel Gómez Martínez, maestro granadino de la batuta

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Abc.es 
El director de orquesta español Miguel Ángel Gómez Martínez falleció este domingo en Málaga a los 74 años tras un repentino ingreso hospitalario, según informa la revista especializada ' Scherzo '. La triste noticia la dio a conocer Musiespaña, que lamentó «profundamente» en un mensaje en X la pérdida del que fuera director titular de la orquesta sinfónica RTVE, del Teatro de la Zarzuela o de las orquestas de Euskadi y de Valencia. En las propias redes sociales del maestro se anunció «con enorme tristeza» su fallecimiento. Natural de Granada, Gómez Martínez se crio en una familia de músicos y desde muy pequeño se consagró a la música. Dirigió su primer concierto público con tan solo 7 años y a lo largo de su vida, a grandes cantantes de ópera, como Montserrat Caballé, Alfredo Kraus, Plácido Domingo, Leo Nucci o Mirella Freni, entre otros muchos. Fue director general de música de Mannheim (1990-1993) y director musical y artístico de la New Finnish Opera Helsinki (1993-1996), titular de la Orquesta Sinfónica de Hamburgo (1992-2000), director general de Música del Teatro de Berna (2000-2004) y de la Orquesta del Festival de Pascua de Bayreuth. «Tengo memorizadas unas 85 óperas y 500 obras orquestales», contaba a este periódico hace unos años el maestro, conocido por no necesitar partitura para dirigir. Enemistado con las producciones operísticas polémicas o excesivamente contemporáneas, Gómez Martínez defendía el respeto al compositor. «Una ópera no es de nadie más que del señor que la ha compuesto. Y mucho más cuando el autor no es un idiota sino que se llamaba Mozart y compuso la obra más completa y perfecta de la historia de la música», decía en referencia a 'Don Giovanni'. Porque sin desmerecer a Verdi o a Wagner, que «hicieron obras de arte sensacionales», el músico resaltaba el momento en que se compuso esta ópera, que Mozart escribió en una semana. Llevado por ese respeto al compositor, afirmaba intentar ser «lo más fiel posible» a la idea que éste plasmaba en su partitura, respetando también el estilo de la época, que en el caso de 'Don Giovanni' exigía improvisación de los cantantes. Sus altercados con otros directores de escena que, en su opinión, no respetaban las ideas originales o hacían barrabasadas contra los cantantes, se fue apartando de la ópera para dedicarse más al repertorio sinfónico. Dirigió unos 3.000 conciertos y representaciones de ópera y compatibilizó su carrera como director con la composición de obras de cámara, para piano, sinfonías y conciertos. Entre sus obras, figuran la 'Sinfonía del descubrimiento' (1992) o la ópera 'Atallah' (2010).