Unimog: así nació uno de los vehículos más versátiles de la historia

Albert Friedrich es uno de los padres fundadores del Unimog. Nada más terminar la II Guerra Mundial, el antiguo responsable de investigación de motores de aviones Daimler-Benz, observa la necesidad que tienen los agricultores alemanes de pequeñas y medianas propiedades, de poder disponer de un vehículo con la capacidad de todoterreno y para hacer frente a tareas muy distintas. En los terrenos de la sociedad Erhard & Söhne à Schwäbisch Gmünd, un equipo formado por los ingenieros Heinrich Rößler, Hans Zabel y el propio Albert Friedrich, ha concebido y probado a partir de 1946, los primeros prototipos de un vehículo industrial de este tipo. Será a Hans Zabel a quien se deba el término «Unimog», abreviación de «Universal-Motor-Gerät für die Landwirtschaft» o «vehículo a motor universal destinado a la agricultura». Terminada la fase de desarrollo, en 1948, el Unimog es presentado en el Salón de la Sociedad Alemana de Agricultura (DLG) de Fráncfort ante su potencial público. Y la respuesta no puede ser más positiva. De entrada, entusiasma su transmisión 4x4, con bloqueos de diferencial y ejes pórticos que permiten una importante altura libre al suelo, Además, era posible incorporarle útiles en todos los lados, una ventaja frente al tractor tradicional que solo podía llevar aperos en la parte posterior. Y a esto se sumaba el poder contar con dos plazas y una zona de carga. Para propulsarlo, sus creadores optaron por el robusto OM 636 de Daimler-Benz que, como todo buen diésel, garantizaba un funcionamiento económico, y le propulsaba hasta 50 km/h, una velocidad máxima que no estaba nada mal para un vehículo «agrícola» de la época. La fabricación en serie arranca ese mismo año en la fábrica de los hermanos Boehringer en Göppingen, que habían proporcionado ya piezas parara los prototipos. Signo distintivo de la primera serie, bautizada como 70.200 de la que se produjeron 600 unidades, era el logo con forma de cabeza de uro. En la actualidad aún sobreviven unas 120 unidades de aquel Unimog Boehringer, incluso en estado de funcionamiento, verdaderas piezas de colección. Pero la demanda creciente, no solo en Alemania sino en otros países, del Unimog, puso en evidencia la limitada capacidad de producción de la fábrica de Boehringer. Se firma un contrato con Daimler-Benz y la producción arranca en 1951 en la planta de camiones de Gaggenau. No son muchas las modificaciones del Unimog 25 PS respecto al original, pero si suficientes para que el proceso de producción pueda ser más racional. Así de esta serie llamada 2010, en los siete primeros meses de 1951, salen mil unidades de Gaggenau. Las novedades incorporadas en el capítulo de tomas de fuerza, permiten que tareas que antes requerían varias personas, ahora puedan ser realizadas por una sola. Y además abren nuevas posibilidades de utilización en explotaciones forestales. El Unimog también se empieza a utilizar por los bomberos o por empresas de construcción, sobre todo de carreteras. A partir del año 1953, Daimler-Benz empieza a fabricar en Gaggenau la nueva serie 400 del Unimog. Mientras que en el U 401, la distancia entre ejes de 1720 mm no se ha modificado, el U 402 contaba con 2120 mm. Y, por vez primera, ambos modelos estaban disponibles con cabina cerrada. Estas series serán popularmente conocidas como «ojos de rana» por la disposición de sus faros. Otra novedad: en el frontal la cabeza del uro es sustituida por la estrella de Mercedes. La incorporación de la cabina cerrada y la posibilidad de montar cajas de carga basculantes, con aire comprimido, amplia aún más el perfil de clientes, y ahora son diferentes servicios municipales y empresas de construcción quienes también se interesan por el Unimog. Concebido así en sus orígenes como vehículo agrícola, en poco tiempo su versatilidad le hizo atractivo para muchos otros sectores, utilizándose en diferentes ámbitos: desde correos o empresas ferroviarias a vehículo quitanieves. Incluso con el paso de los años y la aparición de nuevas generaciones, se le ha visto como participante en competiciones tipo raid, o como vehículo perfecto para los amantes de grandes viajes por África. Pero eso ya es otra historia.