Unos puros para Antoñito
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Estaba la otra mañana por el centro, a esa hora tonta en que ya has hecho todos los mandados, y te has tomado todos los cafés con los amigos, y todavía no es hora para empezar con la cerveza si te encuentras con otro, y voy y me digo: —¿Y si voy a ver a Antoñito Procesiones? Así que cogí, entré en el estanco de la calle Sierpes, compré una cajita de puros y me dispuse a ir de visitas, a ver a Antoñito Procesiones. A mí éstas son las visitas que me gusta hacer, como me gusta llamar a los amigos para algo que no se suele: —¿Y para qué quieres que nos veamos? —No, para nada, absolutamente para... Ver Más