La Villa Olímpica por dentro: el mito de las camas antisexo, sala de lactancia, yoga, no se sirve alcohol...
Las camas de la Villa Olímpica dan mucho que hablar, sobre todo antes de que empiecen los Juegos. Desde Tokio el material del que están construidas es cartón, por la sostenibilidad, pero ya se les empezó a poner el apellido de “antisexo”. En el fondo es una chorrada de las muchas que se hacen virales: son de cartón, sí; son resistentes, también, como pudo comprobar en vivo LA RAZÓN en una visita a la Villa, zona sagrada para los deportistas. No hay lujos, pero esa es, en parte, la gracia de un espacio que deja huella en los olímpicos. Se terminará convirtiendo en un nuevo barrio con viviendas, una residencia para estudiantes, un hotel...
Colchón a medida
En cuanto al colchón de la famosa cama, está formado por tres módulos y hay un edificio al que pueden ir los deportistas para saber qué les va mejor. Allí dicen su altura, su peso y su edad, les hacen una foto de frente y de perfil y sale la recomendación para cada uno de los módulos, el de la cabeza, la parte central del cuerpo y las piernas, si es mejor para ellos que sea duro, medio o blando. Durante la visita se podía comprobar que aguantan incluso saltos. En el cabecero de cada una de ellas pone el mismo lema: “Soñad con vuestras hazañas de mañana”. Están hechos de plástico, de poliuretano, con una funda lavable. En las habitaciones viene poco más de serie. No hay aire acondicionado, por ejemplo.
Entre la Villa y el, digamos, mundo exterior hay una zona internacional donde pueden encontrarse, por ejemplo, periodistas y deportistas. En ella hay un supermercado y una tienda de teléfonos, ya que a los olímpicos les dan un móvil personalizado con los aros. Ahí también se encuentra la sala de lactancia. Está en esa zona más accesible para que, por ejemplo, el padre o familiar de una mujer deportista la pueda acompañar con el niño en un ambiente tranquilo. Es la primera vez que hay una, y parte de ello tuvo que ver el Comité Olímpico Español, con la propuesta de la exnadadora Ona Carbonell. En el mismo edificio está correos, donde además pueden hacerse sellos personalizados, y alguna otra tienda.
Al pasar ya a la Villa Olímpica como tal empiezan a verse las banderas de los diferentes países. España es vecina de Italia, y también está Serbia por allí. En uno de los carteles puede leerse: “España ya está aquí”. Son apartamentos de varias habitaciones. Las avenidas son amplias y hay una especie de pequeños transportes como si fueran autobuses, con sus paradas. También circula el camión de la basura. Es como una pequeña ciudad en la que la opción de moverse en bicicleta está al alza. Precisamente en ellas se va el grupo de España de judo todo junto para coger el transporte e ir a entrenar fuera de la Villa. Tienen incluso que compartirlas, lo que demuestra lo solicitadas que están, y en una va José Toro, el seleccionador, llevando a Ariane , la deportista, también su hija.
El salón de belleza también es otro de los lugares con mucha demanda. El gimnasio es gigantesco y está abierto las 24 horas. Durante la visita, en él están haciendo guantes los boxeadores españoles Enmanuel Reyes Pla y Ayoub Ghadfa.
Yoga y cerveza sin alcohol
En una sala pequeña de juegos, con canastas y una pantalla, charlan Carolina Marín con su entrenador, Fernando Rivas. Hay otro sala más grande con arcades, más pantallas, futbolines, dardos... Al lado hay una burbuja de desconexión, para tomar un café tranquilamente, y enfrente en la calle una especie de zona chill out, como una especie de playa al lado del Sena, en la que muchos deportistas están tumbados haciendo yoga mientras una profesora hace los clásicos sonidos rozando cuencos. Hay cerveza, eso sí, 0,0. No se sirve alcohol en toda la villa.
Falta el gran comedor, el lugar en el que, por ejemplo, lo tienen complicado Nadal y Alcaraz, dos de los más solicitados. "Son deportistas muy carismáticos. Rafa es alguien que ha sido muy importante en el deporte y Carlos empieza ahora su carrera y ya tiene números de un jugador especial. Coincidir con todos los deportistas no es fácil, les piden muchos autógrafos, muchas fotos, pero vamos, ellos lo llevan muy bien, están acostumbrados, aunque a veces no es fácil bajar a cenar”, cuenta David Ferrer, el capitán del equipo masculino de tenis, en Eurosport.
Hay varias salas con varios tipos de comida: Halal, Asia, mundo y Francia.
Lo que queda, por supuesto, son los aros por los que todo deportista quiere pasar para hacerse una foto. Pese a que el sol, más bien el bochorno, aprieta en París, hay cola para inmortalizar el gran momento.