El hermanamiento 'astronómico' en el que alba y ocaso enlazaron a Galicia y Japón
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«Hoy es un día muy especial en el que Galicia y Japón, el Finisterrae de la vieja Europa y el país en el sol naciente, quedan unidos por el mismo sol, un fenómeno único que guardaremos en nuestra memoria«. Con esas palabras el presidente de la Diputación de La Coruña, Valentín González Formoso, describió la ceremonia de hermanamiento que este martes unió a las localidades de Finisterre y Nachikatsuura (Japón), y durante la que pudo verse, en simultáneo y a través de una gran pantalla partida, cómo coincidieron el ocaso gallego y el alba nipona. La meteorología de la jornada fue una variable de la que se estuvo pendiente hasta el último momento, pero, afortunadamente, los problemas se limitaron a la presencia de rachas de viento, mientras que los cielos se mantuvieron despejados y permitieron un amplio disfrute del espectáculo. En el acto, Formoso destacó que «la magia del atardecer en Finisterre sigue fascinando a la humanidad como lo hacía hace dos mil años» y reivindicó cómo la ceremonia «conecta» Galicia con Nachikatsuura, que mostró al mundo su «espectacular amanecer japonés». Porque, a 10.000 kilómetros de distancia, las autoridades japonesas, entre ellas el alcalde de Nachikatsuura, Hori Junichiro, el gobernador de la prefectura de Wakayama, Shuhei Kishimoto, o los representantes de la embajada de España en Japón, siguieron también en directo el acto, que se emitió en línea y en abierto para todo el mundo. En la cita gallega no faltaron reconocimientos para el trabajo e implicación en el proyecto de su mayor impulsor, el físico Jorge Mira, autor del estudio del que emanó el recién consolidado hermanamiento y encargado de su presentación ante el público durante el acto. Igualmente, Formoso agradeció la labor del departamento de Turismo de la Diputación, al Concello de Finisterre, y, muy especialmente, a las autoridades japonesas «que participaron activamente y con una gran implicación en la coordinación de un evento que despertó gran interés en ambos países». Como confirmó a ABC la Diputación de La Coruña, los asistentes pudieron disfrutar de un cielo despejado, pese a que una mala climatología era la mayor de las amenazas para el disfrute de la ceremonia. Lo había expuesto el propio Mira en conversación con este medio la pasada semana, cuando se refirió a la ausencia de precipitaciones y nubarrones como el gran condicionante del éxito en la ceremonia, a falta de un pronóstico seguro que pudiese garantizarlo. Pero, finalmente, los mayores obstáculos que surgieron durante la velada en Finisterre fueron fuertes rachas de viento propias del litoral que no impidieron gozar de una correcta visibilidad en el horizonte.