Kyle Chayka: «Ahora un músico, pintor o escritor debe pensar como un influencer para conseguir audiencia»

Lavapiés. Primera hora de la mañana. Un aire fresco decora el barrio y en el exterior de una cafetería está sentado el periodista y crítico cultural Kyle Chayka (Portland, 1988). Su paso por España se debe a la publicación de su libro 'Mundofiltro, cómo los algoritmos han aplanado la cultura' (Gatopardo). «El título tiene como objetivo describir el hecho de que estamos rodeados de algoritmos », explica aclarando que es complicado esquivarlos. Cuenta que en la década pasada también existían, pero no como ahora. «Estamos rodeados. Fíjate en tu Instagram, TikTok , Netflix o el modo que navegas con tu Google Maps; todo es algoritmo». Para el periodista, atravesamos una era caracterizada por un bombardeo digital que nos ha llevado a perder el gusto a la inventiva. En su magistral ensayo nos introduce a lo que él denomina 'Aplanamiento de la cultura'. Utiliza de ejemplo TikTok y cómo esta, gracias a su sistema algorítmico, ha logrado controlar masas. Bajo su punto de vista, dicha plataforma ha realizado un buen trabajo en torno a los consumidores porque «no muestra lo que tú quieres ver, sino que te va proponiendo contenido cultural». Por tanto, nos convertimos en receptores: «Tú estás consumiendo lo que otros proponen sin apenas hablar, sólo en formato visual como si fuera una televisión pasiva». Ese no pensar y que el propio sentido del algoritmo elija nos convierte en seres estáticos en cuanto a imaginación. El escritor Kyle Chayka subraya que sin duda « los paneles de redes nos hacen menos creativos y peor consumidores». Resalta que el algoritmo ajusta nuestras preferencias, y lo que en realidad nos está dando es «un escaparate de cosas genéricas que muchas otras personas también están viendo». Por tanto, hace hincapié en los creadores de contenido afirmando que las redes suponen más presión, porque conducen a pensar: «¿cuántos likes va a tener esto?, ¿cuánta atención va a recibir?». Estas incógnitas generan un pensamiento hacia la audiencia alejado del gen plenamente creativo, según explica a nuestro medio. A lo largo de seis capítulos con un total de trescientas páginas, el estadounidense recorre diversas caras ocultas en torno al algoritmo . Por un lado, la alteración del gusto personal que estos generan, la globalización algorítmica , la economía influencer, la regulación de 'Mundofiltro' y, por último, el hecho de curarse humanamente de lo que rodea el cosmos virtual. «Metafóricamente el algoritmo podría funcionar como un director de orquesta. Esto es, un conductor que domina muchas cosas a la vez», recalca Chayka para luego puntualizar que esa metáfora utilizada en el libro es un reflejo de la realidad. Para una explicación más exacta se apoya en el capítulo dedicado a 'La economía influencer', donde el asedio de marcas es constante y todos los creadores están alineados. El escritor y periodista confiesa que él durante el proceso de escritura del libro ha querido librarse de cierta «ansiedad algorítmica» a la que la sociedad está sometida. «Pensé mucho en cómo los algoritmos nos influencian , el control de las recomendaciones y concluí que nuestra ansiedad viene más de los hábitos de consumir». También explica a nuestro medio que el sentido de los algoritmos trata de filtrar la cultura : «Hay mucha cultura que consumir y cosas que hacer todo el tiempo. Por lo tanto, alguna tecnología o persona tiene que funcionar como filtro. Hemos dejado a los algoritmos tomar esa responsabilidad de filtro cultural. Sin embargo, los humanos hacemos un mejor trabajo que la tecnología y tenemos que volver a esa curación humana». En este sentido, dentro de 'Mundofiltro' se distinguen «filtración» y «oposición». La primera de ellas entendida como un proceso automático y la segunda como un proceso humano que sucede lentamente y toma más responsabilidad la cultura. En el acto de filtración juegan un papel fundamental la figura del creador, independientemente del contenido que genere. «Los creadores y las marcas han construido audiencias manejadas por algoritmos . Ahora un músico, pintor o escritor debe pensar como un influencer para conseguir audiencia. Estamos ante la economía del futuro, porque el manejo de estos implica dinero y creación de un público amplio», esgrime Chayka concluyendo que se produce un panorama donde todos estamos sometidos, pues tenemos que obtener seguidores y atención para vender productos. Chayka, al final de la obra, revela una serie de conclusiones para que la sociedad pueda hacer frente al control algorítmico . «Los usuarios no sabemos cómo funcionan, qué variables se están tomando en cuenta ni el mecanismo interno que los maneja. Por lo tanto, una forma de escapar del mundo virtual es teniendo más transparencia ». El estadounidense cree que sabiendo más sobre lo que pasa con el algoritmo, podríamos movernos hacia lo más saludable o sostenible. Incluso recalca que si supiéramos con exactitud el funcionamiento de estos sistemas, seríamos menos adictos a ellos.