Condenan a un hombre por apalizar a dos policías en Valencia tras pillarle robando en cafeterías
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La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Valencia ha impuesto una pena de prisión de cuatro años y cuatro meses a un hombre que entró a robar en dos cafeterías, una de Aldaia y otra de Torrent , y que agredió a dos agentes de la Policía Nacional que acudieron a detenerle tras ser descubierto. La Sala la considera autor de un delito continuado de robo en establecimiento abierto al público fuera de las horas de apertura, un delito de atentado y otro de lesiones. El Tribunal aprecia para todos estos delitos la concurrencia de la circunstancia atenuante de drogadicción al considerar probado que en el momento de los hechos el hombre era adicto a la cocaína y tenía por ello limitadas sus facultades de control de impulsos, pues necesitaba dinero para adquirir la droga. El penado deberá indemnizar a los dos policías perjudicados con 1.300 y 800 euros, respectivamente, por las lesiones que sufrieron durante la actuación policial para arrestarle. También abonará en concepto de responsabilidad civil el coste de la reparación de los daños que causó en los locales y en las máquinas recreativas que asaltó, además de restituir el dinero sustraído de las cajas registradoras. El primero de los robos sucedió, según relata la sentencia, en la madrugada del 6 de octubre de 2021, cuando el condenado forzó la persiana de un bar de Aldaia, donde rompió las máquinas tragaperras y la caja registradora y se llevó la recaudación. El 21 de octubre del mismo año, también de madrugada, hizo lo propio en una cafetería de Torrent, de donde se apropió del dinero existente en la caja. En este caso, uno de los vecinos alertó a la Policía Nacional, que interceptó al condenado en una plaza del municipio. Cuando los agentes intentaron detenerle, el hombre se mostró muy agresivo y les pegó patadas y puñetazos . A uno de los policías le hizo un esguince en un dedo y el otro resultó con lesiones en varias partes del cuerpo. La sentencia, que es fruto de un acuerdo entre las partes por el que tanto las acusaciones como el procesado mostraron su conformidad con los hechos, los delitos y la pena a imponer, es firme y no se puede recurrir.