Donald Trump condiciona defensa de Taiwán a pago directo en caso de invasión de China
Washington. ¿Donald Trump defenderá Taiwán en caso de invasión china si gana las elecciones de noviembre en Estados Unidos? El candidato republicano siembra la duda, como hace con Ucrania y la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN). Lo único seguro es que hará pagar a Taipéi por su defensa.
Estados Unidos mantiene desde hace tiempo lo que denomina una “ambigüedad estratégica” en el tema de Taiwán, pero el presidente demócrata Joe Biden ha dejado claro que, si fuera necesario, intervendría para defender la isla.
China reclama la soberanía de esta isla de 23 millones de habitantes, gobernada por un régimen rival desde 1949.
Cuando le preguntaron a Trump qué haría en caso de ataque, el exmagnate rehuyó el tema pero llamó a Taipéi a pasar por caja, fiel a su visión mercantilista de la política exterior.
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“Conozco muy bien a esa gente, los respeto mucho. Se llevaron casi el 100% de nuestro negocio de chips. Y creo que Taiwán debería pagarnos por su defensa”, declaró en una entrevista con Bloomberg Businessweek publicada el martes.
“No somos diferentes de una compañía de seguros. Taiwán no nos da nada”, añadió.
Taiwán fabrica la mayoría de los semiconductores que necesita la economía mundial.
Las declaraciones de Trump, proclamado oficialmente esta semana candidato del Partido Republicano a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, causaron revuelo, incluso en los mercados financieros.
El primer ministro taiwanés, Cho Jung-tai, reaccionó diciendo que Taipéi aumentó su presupuesto de defensa en los últimos años.
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“Muchas de las personas que asesoraron al anterior presidente durante su (primer) mandato y que probablemente estén asesorando su campaña de reelección creen que el principal objetivo geopolítico de Estados Unidos es disuadir a China de invadir Taiwán”, observa Ali Wyne, investigador del International Crisis Group.
“Sin embargo, los recientes comentarios de Donald Trump subrayan su enfoque transaccional de la política exterior y corren el riesgo de enfadar a Taipéi, cada vez más preocupado por el equilibrio de poder militar en el estrecho de Taiwán y la intensificación de la competencia estratégica entre Washington y Pekín”, añade.
El experto pronostica que una segunda presidencia de Trump sería mucho más “agresiva” contra Pekín.
El candidato republicano hizo del reparto equitativo de costos uno de los pilares de su política exterior, exigiendo, por ejemplo, durante su primer mandato (2017-2021) que los europeos aumentaran el gasto en la OTAN.
Más recientemente causó revuelo al afirmar que animaría al presidente ruso, Vladimir Putin, a “hacer lo que quisiera” si un país de la OTAN incumple sus compromisos financieros con la Alianza.
Esto equivale a decir que no acudiría necesariamente en su rescate, a pesar del artículo 5 del Tratado del Atlántico Norte, que establece que un ataque contra un miembro de la OTAN es un ataque contra todos.
Insólitamente, el tema de Taiwán no figura en el programa republicano, adoptado esta semana en la convención del partido en Milwaukee (norte), que sólo habla de “contrarrestar a China”.
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Estados Unidos afirma que ‘Taiwán paga su defensa’
Aunque Washington reconoce a Pekín, en detrimento de Taipéi, como potencia legítima desde 1979, Estados Unidos sigue siendo el socio más poderoso de la isla y su principal proveedor de armas.
Preguntado el miércoles, el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, se negó a comentar directamente las declaraciones de Trump.
Pero dijo que “Taiwán paga su defensa”.
“Taiwán compra equipos militares por valor de miles de millones de dólares y eso apoya a la economía estadounidense”, afirmó.
Sin embargo, en un significativo giro de 180 grados, Estados Unidos decidió por primera vez este año proporcionar asistencia militar directa a Taiwán, mientras que hasta ahora se había limitado a vender armas.
Una ley aprobada este año prevé destinar $8.000 millones para invertir en submarinos y acudir en ayuda de Taiwán.
Con el objetivo declarado de disuadir a China de cualquier ambición expansionista, una ley aprobada por el Congreso estadounidense obliga a suministrar armas defensivas a Taiwán.