Las 3 grandes humillaciones de la humanidad según Freud: cómo la teoría de Charles Darwin cambió la mente de las personas
La humanidad se enfrentó a 3 grandes humillaciones a lo largo de la historia, según el análisis de Sigmund Freud, médico neurólogo austríaco.
En su ensayo Una dificultad del psicoanálisis, Freud explica que la revolución copernicana, la teoría de la evolución de Charles Darwin y el concepto freudiano del inconsciente representan una problemática que han obligado a la humanidad a reconsiderar su supuesta superioridad.
Cada uno de estos descubrimientos ha cuestionado creencias fundamentales sobre nuestra posición en el cosmos, nuestra relación con otras especies y el control que ejercemos sobre nuestra propia mente.
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El descubrimiento de Copérnico: no somos el centro del Universo
En su portal, la psicoanalista Mónica Negri explicó que La teoría heliocéntrica de Copérnico transformó nuestra comprensión del cosmos. Esto fue un golpe devastador al ego colectivo de la humanidad.
Al desplazar a la Tierra del centro del universo, Copérnico desafió la noción de que los humanos ocupaban una posición privilegiada en la creación.
- Esta revelación obligó a la humanidad a confrontar su insignificancia cósmica.
- Destruyó la ilusión de supremacía que había nutrido durante siglos.
- Freud consideraba esta "afrenta cosmológica" como una herida profunda al narcisismo humano.
- Forzó a reconsiderar nuestro lugar en un universo vasto e indiferente.
El descubrimiento de Darwin: el humano es un eslabón más de la cadena evolutiva
Charles Darwin, al situar al ser humano como un producto más de la evolución biológica, desafió la creencia en nuestra singularidad divina. Esta revelación constituyó un golpe devastador para el narcisismo occidental, arraigado en siglos de filosofía antropocéntrica y dogma religioso.
Al equiparar nuestra existencia con la de otras especies, Darwin expuso la fragilidad de nuestra supuesta superioridad. Freud vio en esto una humillación profunda, ya que nos obligó a reconocer nuestra pertenencia al reino animal.
De esta forma, se desmitificó la idea de que los humanos éramos criaturas escogidas por designio divino.
El descubrimiento del mismo Freud: el inconsciente, el humano no controla su propia mente
La teoría del inconsciente de Freud representó quizás la herida narcisista más íntima y perturbadora de todas. Al postular que gran parte de nuestra vida mental opera fuera del control consciente, Freud desafió la noción de autonomía racional.
- Su revelación sugiere que no somos dueños absolutos de nuestros pensamientos y acciones.
- Estamos influenciados por fuerzas psíquicas ocultas.
- Freud consideraba esta idea como algo profundamente humillante, ya que desarma la ilusión de dominio sobre nuestra propia mente. Esto nos obliga a confrontar la incómoda verdad de nuestra vulnerabilidad psicológica.