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Июль
2024

Del 'loco del chándal' al de Igualada: los violadores que sembraron el pánico

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Abc.es 
Un asesinato y 16 violaciones . Entre 1992 y 1993 un sádico aterrorizó Barcelona . Atacaba a mujeres por la noche, vestía chándal y empleaba objetos afilados. Las agredía, siempre en las proximidades del metro, y huía. Mató a una de sus víctimas, Carmen Díaz, a la que asaltó cuando salía de la estación de Can Buixeres. Le causó una hemorragia, por la que se desangró en poco minutos. La Audiencia de Barcelona condenó a Manuel González González , el 'loco del chándal' , a 175 años de prisión –que el Supremo rebajó a 169– pero, la suspensión de la doctrina Parot por parte del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, propició su excarcelación , en contra de los informes que alertaban del peligro que suponía hacerlo, pues no estaba rehabilitado. Los forenses certificaron durante el juicio que era un «psicópata y un sádico» recuerda ahora la abogada de algunas de sus víctimas, María José Varela. A pesar de ello, obtuvo la libertad en 2013, tras pasar dos décadas en prisión, lo que causó miedo e incomprensión entre aquellas a quienes atacó, rememora la letrada sobre «una época en la que en Barcelona hubo agresores, como el de la Vall d'Hebron o el segundo violador del Eixample, con muchas víctimas, algo que ahora no vemos». Varela ejerció la acusación contra todos ellos, cuando aún había poca sensibilidad con quienes habían sufrido los asaltos. «Si a ti te violan o te lesionan, eso no tiene retribución posible. No se te restaura nunca ese dolor, pero el reconocimiento por parte de la Justicia tiene un elemento terapéutico para ellas», detalla. Otro de los 'monstruos' que generaron pavor fue José Rodríguez Salvador , bautizado como el violador de la Vall d'Hebron . «Le juzgaron por 40 violaciones, aunque sólo le condenaron por 17. Uno de los días más dramáticos de mi vida fue cuando tuve que explicar a las víctimas 'por ti le condenan, por ti no', ante unos llantos horrorosos», apunta la letrada que representó a una veintena de mujeres. Rememora, además, el perfil «clónico» que escogía el agresor: chicas jóvenes y rubias. El de uno de ellas, a pesar de que reconoció la voz de su atacante durante el juicio, fue de los asaltos que la sentencia no consideró probado. «La víctima envió una carta al presidente del tribunal para decirle que con el dolor que había pasado y el esfuerzo que había hecho, se sentía doblemente dañada», explica Varela. En el caso de Rodríguez Salvador, tras una primera excarcelación, sí le aplicaron la doctrina a Parot para alargar su estancia en prisión, de la que salió definitivamente en 2012 . No reincidió. Hace cuatro años, su cadáver apareció en una zona boscosa de Nou Barris. Murió de una caída accidental. Según los datos de Instituciones Penitenciarias , la tasa de reiteración delictiva entre los delincuentes sexuales es de las más bajas: del 22%, frente al 76% de los condenados por robos o hurto. El problema es que, «cuando lo hacen, la violencia que emplean es mayor», precisa Antonio Andrés Pueyo, catedrático de Psicología de la Violencia en la Universidad de Barcelona, que recuerda que dentro de prisión, existe el programa de control de la agresión sexual, siempre voluntario, al que pueden someterse. También la denominada 'castración química', a la que se prestó Alejandro Martínez Singul , conocido como el segundo violador del Eixample, condenado a 65 años de cárcel por diez violaciones y otros cuatro intentos. Asaltaba a sus víctimas en rellanos o ascensores de viviendas de esta zona de Barcelona. Tras salir de prisión, intentó perpetrar nuevos ataques. «Es una medida extraordinaria, poco empleada y que tiene un efecto limitado, no funciona como una vacuna», precisa Pueyo, que apunta que estos casos «son extremadamente graves dentro de la criminología y no representan el modelo más habitual, o la agresión tipo» por lo que el tratamiento a este tipo de violadores «presenta grandes limitaciones». Martínez Singul no fue el único en reincidir. Tras abandonar la cárcel, el 'loco del chándal' volvió a su localidad de origen, Almadén de la Plata (Sevilla), donde en 2017 fue detenido por la Guardia Civil tras intentar matar a dos sexagenarias y volvió de nuevo a prisión . Entre los casos más recientes, el del 'monstruo' de Igualada, Brian Raimundo Céspedes , condenado a 35 años de reclusión por violar e intentar matar a una menor de 16 años, el 1 de noviembre de 2021. No fue su primer ataque. Con 15 años, violó en repetidas ocasiones a su hermanastra, de 7. Después, agredió también a sus dos exparejas; una de las cuales lo denunció. A su última víctima, la «torturó» durante 20 minutos. « Pretendía matarla. No estamos ante una agresión sexual típica », sostiene Jorge Albertini, que ejerció la acusación particular. El abogado apunta que la familia de la menor está «satisfecha», ya que la impuesta es «una de las penas más altas que ha recibido una tentativa de asesinato en los últimos años». En cuanto a su posible rehabilitación, Pueyo, experto en tratamiento de delincuentes sexuales, apunta que es difícil prever su evolución. «En ocasiones mejoran, otras empeoran y, en muchos casos, quedan igual». Brian Raimundo «pasó de agredir a sus parejas a una víctima desconocida; por lo que podría llegar a convertirse en un delincuente sexual homicida ». Fue lo que apuntó un perfilador de los Mossos d'Esquadra durante el juicio, el pasado junio. El agresor, según el perfil del área de análisis de la conducta criminal, actuó para causar el máximo daño posible a la adolescente. La golpeó de forma brutal. « Son lesiones que vemos más en la sala de autopsias », llegó a certificar un forense. Tras violar a su hermanastra, Brian pasó a ser un menor tutelado. Cuando intentó matar a la menor de Igualada, estaba en tratamiento psicológico por orden de Justicia juvenil y en libertad vigilada. Lejos de mostrar remordimientos, sigue negando el ataque.