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Июль
2024

Condenado a nueve años de cárcel por abuso sexual continuado a una niña amiga de su hija mientras dormía

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Abc.es 
La Audiencia de Valladolid ha condenado a un total de nueve años y un día de cárcel al varón de origen paraguayo L.A.A.S. como autor de un delito de abuso sexual continuado sobre una niña de nueve años, amiga de su hija, tras introducirse en la habitación donde ambas dormían para tocarle sus partes íntimas. La sentencia señala que la principal prueba de cargo, se representa por la declaración de la propia víctima efectuada el día 11 de enero de 2023 en el Juzgado Instructor, y fue reproducida y visionada en el acto del juicio oral «como prueba preconstituida». «La menor describió, aunque de forma un tanto desestructurada y conforme a la madurez propia de su edad, cómo habían sucedido los mismos. El relato resulta convincente por estar colmado de detalles relativos a los momentos previos, coetáneos y contexto que pudo facilitar que L.A.A.S. llevase a cabo los tocamientos libidinosos», añade. Durante el juicio, el ahora condenado, para el que las acusaciones pedían hasta 27 años de cárcel, se declaró inocente y atribuyó la denuncia de la madre a una posible venganza de ésta con la que, como así aseguró, había mantenido años antes una relación sexual extramarital. «Yo creo que todo esto es por algo personal o por una cuestión económica» , alegó el agresor sexual, quien reiteró que nueve o diez años antes mantuvo una aventura con la madre de la niña, cuando él ya estaba casado y tenía tres hijos, y que la ruptura de esa relación podría haber llevado a su examante a tratar de buscarle la ruina personal o económica utilizando para ello a su propia hija. Sí reconoció que la niña, amiga de su hija, había pernoctado en distintas ocasiones en su vivienda, pero sin que hubiera aprovechado el momento en que su hija y la amiga dormían juntas para, ya de madrugada, introducirse en el cuarto y toquetear a la víctima en sus partes íntimas e incluso meter dos de sus dedos en su vagina. «¡Eso no se hace, yo no he hecho esas cosas!» , espetó L.A.A.S, quien insistió en que ninguna de esas noches puso una mano encima a la menor . Su versión exculpatoria, sin embargo, se vino abajo poco después con la proyección de un vídeo que contenía la declaración que en su día realizó la víctima a las psicólogas judiciales y ante las que, de forma absolutamente «creíble», relata con detalle lo acontecido durante aquellas dos noches en las que el acusado se introdujo en la habitación para, según ella, agredirla sexualmente. «Los testimonios inventados suelen ser lineales y, en cambio, en este caso estamos ante un relato disperso» , subrayaron las expertas para añadir que ello era característico de alguien que dice la verdad y que ha demostrado ser «poco sugestionable», descartando así que la cría pudiera estar incriminando al acusado a instancias de su madre. De hecho, en ese relato, reproducido en sala, la víctima explicó que en las dos ocasiones en las que durmió en casa del acusado, éste entró en la habitación donde dorm ía con su amiga , se sentó a los pies de la litera -ambas se habían acostado en la cama de abajo-y metió la mano bajo las sábanas, para acto seguido introducirla entre su pijama y empezar a tocarle sus partes íntimas, con introducción de dos dedos en su vagina. «Yo me movía para que parase. Él me miraba y como yo me hacía la dormida siguió tocándome. Tenía mucho miedo y por eso ni siquiera al día siguiente dije nada porque pensaba que podía hacerme algo» , son algunas de las manifestaciones que la niña hizo a las psicólogas, a quienes además apuntó que en uno de estos episodios el acusado llegó a clavarle una uña en la vagina, ocasionándole una lesión que le provocaba un dolor intenso cada vez que iba al baño a orinar. La madre de la cría, además de negar que hubiera mantenido relaciones sexuales con el acusado, declaró que en ningún momento sospechó de esta situación debido a la relación de «absoluta confianza» que había con el acusado , al que la niña «consideraba como un padre», y aseguró que se enteró finalmente de lo ocurrido cuando su hija se desmoronó y le confesó lo que había ocurrido. «Estábamos en un bar junto con otra amiga y la hija de ésta y mi niña empezó a llorar. Contó entonces que el acusado la había tocado y que no había dicho nada por miedo. Lo primero que hice fue salir del bar y llamarle por teléfono para pedirle explicaciones», rememoró la madre de la víctima, quien apostilló que en esa conversación su interlocutor le dijo algo que entonces le llamó mucho la atención. «Que yo me acuerde, no la he tocado», es la frase que la testigo puso en boca del encausado. El juicio contó, entre otros testimonios, con los aportados por la propia esposa y la hija del acusado. Ambas apoyaron su versión, en especial su hija, puesto que calificó de «imposible» que su progenitor hubiera agredido sexualmente durante aquellas dos noches a su amiga , con la que dormía en una misma cama, ya que, como así aseguró, estuvo en todo momento despierta debido a que en una ocasión estuvo trasteando con el teléfono móvil y en la otra no podía dormirse porque había tomado café. La testigo, hoy de quince años, también trató de desvirtuar la credibilidad de su amiga al decir de ella que «siempre quería salirse con la suya, aunque para ello tuviera que inventarse cosas» .