Este es uno de los pueblos más pequeños de España: solo tiene tres calles
[[LINK:TAG|||tag|||633613ad59a61a391e0a0b2f|||Andalucía]], tierra de ciudades engalanadas, de colores vivos y, en ciertas provincias, de costas y playas, también puede ser una región con unos parajes interiores realmente subestimados. Es por ello que casi siempre nos acordamos del color especial de Sevilla, el encanto de Córdoba y sus monumentos, Cádiz y su diversión, la costa de Málaga, la Alhambra de Granada y la combinación mar-desierto de Almería.
No obstante, siempre nos solemos olvidar de dos provincias de esta comunidad autónoma, siendo estas Jaén y Huelva. En esta última en provincia, en concreto, existe uno de los pueblos más pequeños de España y el segundo de Andalucía con menos habitantes: Cumbres de Enmedio.
Esta localidad, fronteriza con Extremadura, ha sufrido un leve aumento de su población, pasando de 48 a 63 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística, convirtiéndolo, así, en el segundo municipio con menos habitantes de toda Andalucía.
Este se encuentra ente la Sierra de Aracena, los Picos de Aroche y la Sierar del viento, pegado al Arroyo del Sillo. Sus construcciones todavía cuentan con trazos extremeños, con ciertos vestigios de la cultura bética y romana que plagan el lugar.
Un ejemplo de esto son las casas de la Calle Real, que junto a las calles Rábida y Colón, conforman este municipio de solo tres calles. Pero esto no es lo único que hay que ver en aquel pueblo.
¿Qué destaca en este pueblo?
Como en todos los pueblos, uno de los centros neurálgicos, junto a un bar y al ayuntamiento, es la parroquia. En su caso, la iglesia de San Pedro, obra del arquitecto diocesano Pedro de Silva, proyectada en 1770.
En cuanto a la organización urbanística, las viviendas suelen ser de una única planta, con corrales trasteros, debido al carácter rural del municipio, mientras que su zona recreativa, que está cercana a la carretera, se puede contemplar, de manera panorámica, las dehesas e Higuera la Real, un pueblo extremeño.
La Fuente, un abrevadero a la entrada al pueblo por el este, fue utilizado como lugar de descanso de pastores y sus correspondientes rebaños, en lo que era una antigua ruta ganadera. Por otro lado, también existen lugares para ver el horizonte desde las alturas: la Cumbre Malaparte, el cerro de El Endrinar o el Cortijo Pereo.