Torres logra el apoyo de sus accionistas para la compra del Banco Sabadell por BBVA
Los accionista de BBVA han aprobado, durante la junta general extraordinaria celebrada este viernes, la ampliación de capital necesaria para acometer la OPA hostil sobre Banco Sabadell con un 96% de los votos emitidos a favor. Este porcentaje corresponde al total de votos emitidos a favor entre los accionistas presentes y representados, pero el quórum final sólo alcanzó el 70% del capital social.
La ampliación de capital consistirá en la emisión de un máximo de 1.126 millones de nuevas acciones del BBVA, que serán entregadas a los accionistas del Banco Sabadell que acepten la oferta de compra del grupo vasco a razón de una por cada 4,83 de la entidad catalana.
En ningún momento, ni por parte de Torres ni de ninguno de los accionistas que tomaron la palabra, se hizo mención alguna a la oposición del Gobierno a la fusión o a las condiciones que podría poner la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC). El banquero se limitó a contar las bondades del proyecto e insistió en que la unión con el Sabadell dará lugar a un banco "más fuerte, competitivo y rentable" y con mayor capacidad para acompañar a familias y empresas en sus proyectos de futuro.
Durante su discurso, Torres se mostró convencido del racional estratégico de la operación y defendió dar a los accionistas del grupo catalán "el poder de elegir". "Esperamos que aprecien el sentido estratégico de la operación y decidan participar con nosotros en este gran proyecto de futuro", ha añadido después de explicar que la oferta se lanzará cuando se reciba el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Torres aseguró que la OPA traerá nuevas oportunidades de crecimiento y el banco tiene una experiencia "amplia" en procesos de integración. A este respecto, indicó que un 41% de la plantilla de BBVA en Cataluña procede de Caixa Catalunya y un 37% es de la antigua Unnim, ambas absorbidas por BBVA. "Representan el 80% de nuestra plantilla, ilustra bien cómo hacemos las cosas", destacó. Torres prometió "un exhaustivo diálogo para lograr el mejor acuerdo posible" y el respeto a los derechos y condiciones laborales de los empleados.
Respecto a las dudas sobre los costes de reestructuración calculados por el banco de 1.450 millones, el máximo responsable de BBVA respondió que se han calculado en base a procesos análogos. Sí matizó que la operación "no es comprable a otras recientes en el sector" en términos de ahorros de costes operativos y apuntó que la mayor parte de las sinergias se corresponden con ahorros en tecnología y sistemas.
Para Torres, la combinación del BBVA con el Banco Sabadell es "el proyecto industrial más atractivo de la banca europea" e insistió en que la escala es cada vez más relevante para acometer las elevadas y crecientes inversiones en tecnología. Además, en su opinión, la creciente importancia de la tecnología seguirá acelerándose y los bancos deben invertir cada vez más en ciberseguridad para proteger el dinero y los datos de los clientes, y a ello se añade la irrupción de nuevos desarrollos en Inteligencia Artificial, "con enorme potencial", y que requieren también de grandes inversiones en tecnología.
Aunque la gran mayoría de los accionistas del BBVA que intervinieron en la junta apoyó la operación, desde asociaciones de consumidores o accionistas particulares, con la excepción de la Confederación Intersindical Galega (CIG), los sindicatos ACB, CC OO, CGT, UGT trasladaron su preocupación por el impacto en el empleo y pidieron medidas "voluntarias, generosas y no traumáticas", a lo que el presidente del BBVA aseguró que no se tomarán sin ser previamente acordadas. El banquero recordó que en el pasado los ajustes de empleo siempre se hicieron tras llegar a un acuerdo con la mayoría de la representación sindical y, además, aseguró que el banco seguirá presente en todos aquellos lugares donde su presencia sea "crucial".
Desde CC OO pidieron un pacto laboral y consideraron que la unión de ambas plantillas tiene que ser oportunidad de mejorar los equipos, mientras que CGT reclamó no solo que se eviten medidas traumáticas, sino que se propongan prejubilaciones, en vez de despidos. UGT mostró su preocupación por el impacto en la plantilla pero tendió la mano a consensuar las medidas para que el coste de la operación no recaiga en las plantillas.
CIG, sin embargo, se opuso a la ampliación de capital porque la OPA supondrá el cierre de oficinas, habrá "miles de despidos", menor competencia, y porque beneficia principalmente a los fondos de inversión "especulativos", accionistas del BBVA y el Sabadell.
En la junta de accionistas tomó también la palabra el expresidente de Sacyr Luis del Rivero, que hizo una interesante observación y una sorpresiva propuesta: que teniendo en cuenta que el BBVA se sentará en el banquillo por el "caso Villarejo", quien mejor podría liderar la futura integración del BBVA y el Sabadell sería el actual presidente de esta última entidad, Josep Oliu, cuyo currículum ensalzó.