Descubriendo Faro, la seductora y hermosa capital del Algarve
Perderse por sus playas de ensueño y pasear por el empedrado de su casco antiguo son dos vivencias únicas
Como una bonita postal hecha realidad en forma de playas de arena suave y paisajes paradisiacos. Así podría describirse la que es una de las regiones más seductoras de Portugal, el Algarve, y es que con las vacaciones de verano a la vuelta de la esquina, se presenta como un destino de acierto seguro, empezando por su capital, Faro.
Además de ser ideal para esta temporada por sus extraordinarias playas, durante los meses de verano en esta región se dan cita festivales y eventos muy interesantes. Uno de ellos es la 42ª Concentración Internacional de Motociclismo; desde el 18 al 21 de julio el Valle de las Almas se convierte en el punto de encuentro de miles de motociclistas a la vez que los espectadores pueden disfrutar de conciertos y espectáculos callejeros. Otro ejemplo destacado, este para los amantes de la gastronomía, es el Festival de la Ría Formosa, donde la degustación de los mejores mariscos y otras especialidades está asegurada. Y ya en septiembre, el Festival F transforma el bonito casco antiguo de Faro es el escenario de música, teatro, cine y artes plásticas.
Precisamente el casco antiguo, conocido como la Cidade Velha, es la primera parada recomendada. Acceder a través del Arco da Vila, pararse en uno de sus restaurantes o cafeterías y pasear por las calles empedradas hasta llegar a la Catedral de Faro es una encantadora experiencia. La catedral, que data de finales del siglo XIII, es uno de los monumentos más importantes de la ciudad, y su interior alberga tallas doradas, techos encalados y un majestuoso órgano del siglo XVII. Desde lo alto de su torre, una vista espectacular de la ciudad y la Ría Formosa se despliega ante los ojos de los visitantes.
Continuando con el itinerario por la localidad, el Museo Municipal de Faro es también una visita muy interesante. Ubicado en un antiguo convento del siglo XVI, este museo ofrece una fascinante colección de artefactos que narran la rica historia de la región, desde la época romana hasta el presente, pudiendo profundizar en la historia y la cultura local.
La Capilla de los Huesos, situada en la Iglesia del Carmen, es otro de los puntos imperdibles de Faro. Este inquietante pero fascinante oratorio está decorado con más de mil huesos y calaveras que pertenecieron a monjes carmelitas. No deja indiferente a nadie.
Por otro lado, y muy recomendable para los amantes de la naturaleza, una excursión al Parque Natural de la Ría Formosa es otra experiencia imperdible. Este paraíso natural, que se extiende a lo largo de la costa del Algarve, está compuesto por un laberinto de canales, islas y marismas que albergan una increíble diversidad de fauna y flora. Las excursiones en barco permiten a los visitantes explorar este hermoso ecosistema, observar aves y disfrutar de playas vírgenes. Es el lugar perfecto para conectar con la naturaleza y experimentar el Algarve en su estado más puro.
De ruta por encantadores pueblos costeros
Desde Faro resulta muy tentador explorar el Algarve, y una opción ideal es comenzar por tres de las localidades más bonitas de esta región de Portugal. Albufeira es, con sus impresionantes playas y paisajes de ensueño, un imprescindible en esta ruta. Este antiguo pueblo de pescadores se ha transformado completamente debido al turismo, convirtiéndose en un destino lleno de restaurantes, tiendas de recuerdos y locales nocturnos.
Como imprescindible aquí, son las vistas de Albufeira y la Praia dos Pescadores desde el Miradouro do Pau da Bandeira, literalmente espectaculares. Este mirador es excelente para disfrutar de la puesta de sol, mientras que playas urbanas como Praia do Peneco y Praia dos Alemães ofrecen arenas doradas y aguas cristalinas perfectas para relajarse.
En Albufeira se pueden hacer paseos en kayak y cruceros al atardecer que permiten descubrir su impresionante litoral, caracterizado por acantilados de roca ocre y rojiza que contrastan con el turquesa del mar. Además, la «Praia Secreta», aunque ya no tan secreta, es una joya escondida entre acantilados que ofrece una experiencia única.
Continuando hacia el oeste, la siguiente parada es Carvoeiro, un encantador pueblo costero que ha sabido mantener su autenticidad. Carvoeiro destaca por su ambiente tranquilo y sus hermosos paisajes naturales. El paseo por el casco histórico, con sus casitas blancas y coloridas, y las vistas desde el mirador Alto da Praia, son simplemente encantadores, mientras que la Playa de Carvoeiro, enmarcada por imponentes acantilados, invita a relajarse y disfrutar de la serenidad del entorno.
Una de las actividades imprescindibles en Carvoeiro es recorrer su pasarela de madera y ver el Algar Seco, un lugar fascinante con cuevas y formaciones rocosas para explorar. A poca distancia, el Faro de Alfanzina y la famosa Playa de Benagil son visitas obligadas.
La última parada de esta ruta es Lagos, un coqueto pueblo que combina historia, tradición y paisajes extraordinarios. Lagos es conocido por sus casas blancas decoradas con azulejos azules y sus calles empedradas, lo que crea un pintoresco y acogedor ambiente. Las playas cercanas, como Praia do Camilo, Dona Ana y Praia dos Estudantes, son famosas por su belleza y aguas cristalinas. Y la Ponta da Piedade, con sus formaciones rocosas y calas escondidas, es un lugar ideal para un paseo en barco, ofreciendo algunos de los paisajes más impresionantes del Algarve.
Para terminar, una parada en Praia da Marinha, una de las playas más famosas y protegidas de este destino, situada en la base de grandes acantilados de caliza, erosionados en formaciones únicas por la lluvia y las tormentas invernales. Sus aguas critalinas y sus salientes rocosos sumergidos la convierten en un verdadero espectáculo para deleite del visitante.
Con estas tentadoras propuestas, ¿quién podría resistirse a la magia del Algarve? Sin duda, una opción de acierto seguro para las vacaciones de este verano.