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Июль
2024

Duelo de gigantes en final anticipada

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Como sucede en gran parte de Alemania , con sus otrora míticas autopistas sin límite de velocidad, Stuttgart también es una ciudad en obra permanente. Vallas, grúas, camiones y desfiladeros de alquitrán salpican el camino hasta la estación central de tren, casi hundida por las reformas que cortan calles, arcenes y puentes. También el tránsito hasta el estadio MHP Arena donde este viernes 5, a buena hora (18.00, La 1) juega la selección española una final anticipada ante Alemania en los cuartos de final de la Eurocopa . Es la cita de dos gigantes, las dos selecciones que mejor fútbol han desplegado en el torneo, los dos países que regentan la cima en el palmarés de la Eurocopa, tres títulos cada uno. Los equipos que asoman números más potables a este cruce (goles, tantos encajados, puntos, victorias) y los que enseñan a los futbolistas más deslumbrantes en la competición ( Lamine Yamal, Nico Williams y Fabián en España, Kroos y Musiala en los teutones). Es un duelo de pesos pesados sin excusas, sin heridas, sin sanciones. Todos los jugadores de ambas plantillas están disponibles para Luis de la Fuente y Julian Naggelsmann . El cómputo de tarjetas amarillas no se limpia hasta las semifinales, que enfrentará al ganador del choque el día 9 en Múnich ante el triunfador del Francia-Portugal, una cita que se perderían en caso de ser amonestados Le Normand, Carvajal, Vivian y Morata. Ninguna nación ha participado más veces que Alemania en la Eurocopa. Lo ha hecho 14 veces consecutivas desde su debut en 1972. Campeona en 1972 y 1980 (aquella de Bernd Schuster), ambas como República Federal de Alemania, y en 1996, ya el país reunificado, la selección germana ha disputado en tres ocasiones más las semifinales. España luce atributos muy similares. Ha concursado doce veces en la Eurocopa y es la undécima ocasión en las últimas doce. Solo faltó a la cita de 1992, aquella celebrada en Suecia y que coronó campeón a Dinamarca, repescados sus jugadores a última hora cuando estaban en la playa para sustituir a la Yugoslavia sancionada por la guerra de los Balcanes. Campeona en 1964 (el cabezazo de Marcelino frente al ruso Yashin), 2008 (el golazo de Fernando Torres) y 2012 (cuando Casillas pidió respeto por la paliza a Italia), la selección también fue subcampeona un verano, en 1984, aquel de la falta de Platini que se coló bajo los brazos de Arconada en el Parque de los Príncipes de París. Dos equipos con una historia potente a su espalda que rememoran pasajes épicos para cualquier aficionado al fútbol. Imágenes poderosas como el cabezazo de Antonio Maceda en París en la Eurocopa de Francia 1984 que clasificó a la selección para las semifinales. Otro testarazo célebre y festivo fue el de Carlos Puyol en la semifinal del Mundial de Sudáfrica 2010 a la salida de un córner y a falta de 17 minutos para la conclusión. Un gol que derivó luego en el 'Iniesta de mi vida'. Los alemanes también tienen lo suyo. La 'Mannschaft' (la tripulación, la tropa en español), el apodo con el que es conocida la selección germana en este país, eliminó a España en el Mundial del Naranjito celebrado en nuestro país en 1982 después de una patética participación del equipo que dirigió José Emilio Santamaría. Los goles mortíferos de Pierre Littbarski y Klaus Fischer anularon la impotencia del tanto postrero de Zamora. Y en la anterior Eurocopa celebrada en Alemania (1988), dos tantos de uno de los muchos tanques que ha entregado el fútbol tedesco al mundo, Rudi Voller, envió a la selección española de vuelta a casa en la fase de grupos. Son dos tripulaciones de enorme tradición y largo alcance que en la presente edición arrastran el cartel de candidatos sellado a la frente. España ha ganado todos los partidos (4) con calidad y un estilo reconocible. Un gran susto ante Georgia y sus delanteros correcaminos dio paso a una remontada sólida, construida desde la paciencia y los extremos. Nico Williams y Lamine Yamal son la sensación del campeonato y tienen este viernes otro tipo de paso a nivel: Kimmich, tal vez el lateral más polivalente del mundo, y David Raum, carrilero zurdo muy rápido y enérgico que destaca sobre todo por sus pulmones, sus centros y golpeos, y la capacidad para corregir posición a campo abierto. Puede ser el último partido de Toni Kroos, una leyenda del fútbol y del madridismo con sus seis Champions (una con el Bayern Múnich) y su decisión de despedirse del deporte al más alto nivel. Lo recordaba Joselu en una declaración que entre los alemanes sonó a provocación, aunque en realidad lo dijo en tono jocoso y sin aparente mala intención. «Ha sido un placer jugar con él, pero esperamos retirarle este viernes», comentó el delantero del Real Madrid. Como cualquier previa que se precie en volumen y grandeza, hubo cruce de manifestaciones. También desde el bando alemán se aireó una contestación de Jens Lehmann, el portero al que superó la potencia de Torres en la final de 2008: «En calidad son un poco mejores que nosotros, pero son demasiado pequeños en altura y tienen muy poca experiencia». «No me representa», corrigió Toni Kroos. Es la bolsa o la vida, una moneda al aire que puede destruir la aureola refrescante que ha levantado la selección española con su fútbol o que puede traducirse en un estallido de ilusión colectiva si los alemanes caen ante el estilo clarividente y letal que ha montado un hombre paciente y educado, Luis de la Fuente.