Derecho de pernada visual
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Ha salido a la luz una curiosa especie en España: el intelectual todoporni. El agaporni es el lorito del amor; el todoporni, el lorito del porno: no se cansa de piar en su defensa (para adultos). Sus individuos pueden ser femeninos o masculinos y de casi cualquier espectro político. ¿Cómo reconocerlos? Por su canto. Entonan un dulce gorjeo a favor del porno infinito (para adultos, insisto) y trinan muy grave para oponerse a todo racionamiento de éste a partir de los 18. Otra cifra, el 30, les ha hecho salir de sus nidos. Asustados ante la posible imposición de una dosis máxima mensual de porno. 30 veces sería algo así como «el porno vuestro de cada día». Pero igual las... Ver Más