Ainhoa Arteta canta 'La bohème' en el garaje
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Ainhoa Arteta pondrá el domingo la guinda al ciclo Ópera Garage en el teatro Marquina de Madrid y encarnará a Mimí en la ópera de Puccini ' La bohème '; en el ciclo, creado y dirigido por Emiliano Suárez , se han presentado anteriormente, sin coro y con acompañamiento de piano -interpretado por Miquel Ortega -, otros dos títulos: 'Lucia di Lammermoor' y 'Rigoletto'. Los repartos de 'La bohème', que estará en cartel hasta el domingo 7 de julio, lo completan Pancho Corujo como Rodolfo; Ruth Terán y Silvia Vázquez (además de la propia Arteta) como Mimí y como Musetta; Borja Quiza y Manuel Mas como Marcello; David Cervera como Colline; Ihor Voievodin como Schaunard; y Pedro Quiralte como Benoît / Alcindoro. La soprano vasca ha cantado «cientos de veces» la ópera de Puccini. «Es un título que nunca me canso de hacer. He intepretado los dos papeles, tanto Musetta como Mimí, que son completamente distintos -yo, en cuando a carácter, soy más Musetta-. Cada vez que la hago encuentro algo nuevo: un silencio, una corchea... Toda la acción está escrita en la partitura -y muestra una llena de anotaciones y de recuerdos de las representaciones que le ha tocado cantar-, hasta las gotas de sudor de los personajes o la caída de la llave del primer acto». No es la primera vez que canta en espacios inusuales o alternativos. «Lo hice al principio de mi carrera, en la Amato Opera , en el Soho neoyorquino». Aplaude a Emiliano Suárez porque, con esta iniciativa «acerca la ópera a otro tipo de público; hay que renunciar al coro y a la orquesta, pero es un precio que hay que pagar». Ha cantado Ainhoa Arteta en teatros como el Metropolitan de Nueva York ante cuatro mil personas o en la Arena de Verona , delante de quince mil espectadores. Una experiencia muy distinta de la presente. «Aquí se necesitan muy buenos actores; se nos ve muy de cerca, casi a tres metros de tu cara, no hay trampa ni cartón. Es una 'Bohème' llevada al recital». En esta producción, situada en un ambiente industrial y urbano en nuestros días, Mimí no es «una costurera apocada, sino una estilista que tiene un estatu s, y no se entera de que tiene tisis hasta el tercer acto. Y lo bonito de esta producción es que el enamoramiento que se produce entre ambos es más intelectual que físico porque los dos descubren sus afinidades».