Rosa Nelly Trevinyo: Actúa como un emperador
Marco Aurelio fue un emperador romano excepcional que combinó conocimientos filosóficos con capacidades militares y de liderazgo. Este soberano, al que muchos recordamos por su aparición en la película Gladiador, es una de las figuras más representativas del estoicismo—filosofía que predica el valor de la razón y las virtudes humanas.
En su profunda convicción de que un gobernante tiene que estar al servicio de su deber, Marco Aurelio escribió (para sí mismo) su famoso libro Meditaciones. En él, el emperador se propone conquistar algo más que territorios; se propone conquistar su razón, su paz mental, su equilibrio emocional y su capacidad para enfrentar la adversidad. Y es que, durante su gobierno, Marco Aurelio encaró innumerables desafíos: lidió con una plaga, enterró a ocho de sus 13 hijos, pasó por una guerra y fue traicionado por uno de sus generales más cercanos (entre otros).
A pesar de haber vivido hace más de 2,000 años, la sabiduría del último emperador del período de oro del Imperio sigue siendo aplicable para los empresari@s y sus familias. ¿Por qué? Porque los comportamientos, actitudes y valores que forjan el carácter y que ayudan a las personas a enfrentar desafíos y prosperar en la vida, son atemporales y no dependen del contexto.
Así pues, aquí te comparto seis (6) de los consejos que nos otorga este emperador romano para alcanzar el equilibrio emocional, tomar mejores decisiones y gobernar justamente. ¡Aplícalos!
1. Antes de Intentar Controlar a Otros, Contrólate a Ti Mismo.
No podemos controlar las acciones de otros, pero sí las de nosotros mismos. Reflexiona sobre tus reacciones. Entrena a tu mente y a tu cuerpo para obedecer a la razón, no a las emociones. El autocontrol requiere autoconocimiento, aceptación y disciplina. Evita ser dominado por la ira, el miedo o la queja constante. Cultivar una mayor empatía hacia los demás es una de las formas más efectivas de hacerlo. Toma distancia y antes reaccionar pregúntate: ¿Cuáles serán las consecuencias? Si no es conveniente, o si inquieta a tu conciencia, no lo hagas.
2. Cuida tus Relaciones. Construye un Círculo de Virtud.
Contempla la virtud en otros. Rodéate de personas en las que puedas confiar y que sumen en tu vida (respeto, seguridad, buen criterio). Personas que compartan tus valores y objetivos, que se preocupen por tu bienestar, te produzcan alegría y te aporten conocimiento. Gente que pueda darte un feedback honesto pero con tacto. Pon límites a aquellos que te roban energía y que no están cuando los necesitas. Se dice que somos la media de las 5 personas con las que más tiempo pasamos. Así que, ¿te has puesto a pensar con quiénes convives diariamente? ¡Cuidado!
3. Visualiza los Obstáculos como Oportunidades.
“Lo que se interpone en el camino, se convierte en el camino” (Marco Aurelio). Las cosas que nos pasan—y que nosotros no decidimos—no son ni buenas ni malas, simplemente son acontecimientos de la vida. Ante estos infortunios debemos reaccionar proactivamente y accionar. Los retos son oportunidades de crecimiento y aprendizaje; nos impulsan a mostrar de qué estamos hechos y a descubrir nuestra capacidad de resiliencia. Pregúntate: ¿Cómo puedo replantear estos retos como oportunidades de crecimiento?
4. Aprende del Pasado y Vive el Presente.
La vida es demasiado corta como para estar preocupados por lo que ya pasó. Lo que sucedió, ya no se puede cambiar. Hay que aprender, aceptar la verdadera realidad y vivir con ella. La decisión de sufrir o de quedarnos estancados en el pasado es, única y exclusivamente, nuestra. Preocúpate por tu presente y por cómo, con él, construyes el futuro que deseas. Busca que tu vida tenga un propósito y, en lugar de desear aquello que está ausente, comienza por valorar lo que sí tienes (i.e. salud, trabajo, familia)—evalúa cuánto lo echarías de menos si te faltara. Agradece y sigue adelante con tus metas.
5. No Infles tu Ego, ni Tomes Atajos.
“Cuando lo has hecho bien y otro se ha beneficiado de ello, ¿por qué, como tonto, buscas una tercera cosa: crédito por la buena acción o un favor a cambio?” (Marco Aurelio). Persigue la virtud. Haz lo correcto por las razones correctas y admite cuando te equivocas. No tomes atajos que puedan dañar tu reputación o afectar la de alguien más (persona, empresa, comunidad). Parece sencillo, pero cuando surge la oportunidad de tomar atajos, por ejemplo, haciendo un negocio turbio y ganando dinero rápidamente, ¿resistirá tu virtud lo suficiente como para negarte varias veces? ¡Cuidado!
6. La Muerte es Inevitable y No Debe Ser Temida.
Es inútil temer a algo que es inevitable. Durante su reinado, Marco Aurelio tuvo que lidiar con la muerte continuamente. Desde la de su esposa y sus 8 hijos (cuarto mujeres y cuatro hombres) hasta la de millones de romanos que habían muerto debido a la guerra o a la peste. Así, aprendió a aceptarla, y al hacerlo, dominó el arte de valorar la vida. “Haz cada cosa en la vida como si fuera lo último que hicieras” (Marco Aurelio). Entrenarse a uno mismo para aceptar la propia mortalidad es una forma de construir resiliencia emocional y de disfrutar cada momento vivido.
En resumen: Marco Aurelio escribía para sí mismo, de manera cotidiana, como un ejercicio de reflexión, de afirmación personal y de autocontrol en torno al uso y abuso del poder. ¿Cuántos empresari@s hacemos lo mismo?… ¿Qué estás esperando? ¡Actúa como un Emperador!
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