Alfonso Cornejo: Planeación Estratégica y Cultura
Para todos los planes agresivos de crecimiento de la empresa, generados en la planeación estratégica, debemos entender que el impacto hacia la organización deberá pasar por la cultura de la empresa.
Existe un pensamiento muy bien posicionado en la mente de ejecutivos de empresas que dice, palabras más o menos, que “la cultura se devora a la estrategia en el desayuno”, frase atribuida a Peter Drucker, uno de los gurús más admirados del Management.
La cultura acompaña al proceso estratégico en todo su recorrido, cabe aclarar, y no solamente en la fase de implementación. Eso hace que el éxito del despliegue estratégico no sólo dependa de la gente, sino también de la cultura, en un lugar predominante, por encima de muchas cosas.
La cultura es un sistema de valores, hábitos y actitudes que puede ser tan moldeable y flexible como la organización lo requiera. Puede ser aprovechada para dirigir la atención y esfuerzos de la gente hacia lo relevante y en donde la empresa requiere que la gente se concentre.
A reserva de abordar el tema de la Cultura Organizacional a mayor detalle en futuros artículos, podemos mencionar diferentes elementos culturales que pueden ser de gran utilidad para garantizar un mayor impacto como soporte a la planeación estratégica:
Alineación: La organización se verá beneficiada al identificar lo relevante para enfocar esfuerzos. No debe haber flechas apuntando para sentidos opuestos o divergentes, esto resta mucha energía. Se requiere un objetivo general entendido hacia donde todas las iniciativas y esfuerzos deberán estar alineados.
Comunicación: Importante que la cultura permita que la comunicación sea transparente y abierta para alcanzar a las diferentes audiencias y asegure la ejecución de tareas y la coordinación de equipos, en un tono pragmático y de optimismo.
Orientación a resultados: La cultura debe favorecer el compromiso de la gente y la rendición de cuentas en un ambiente de confianza y motivación hacia la tarea.
Reflexión y Toma de Decisiones: La cultura deberá promover el empoderamiento de la gente para actuar en el punto de la acción bajo criterios objetivos. Así también, deberá favorecer la participación en la toma de decisiones de peso estratégico a fin de que todas las voces sean escuchadas cuando buscan aportar ideas de valor.
Colaboración: La empresa moderna, que triunfa a pesar de la adversidad, se basa en la colaboración; no hay lugar para la indecisión o para tratar de imponer estilos personales, cuando el esfuerzo que requiere la colectividad se basa en la sinergia del todo. Es muy importante que la cultura promueva y reconozca la colaboración y compromiso individual y colectivo.
Actitud ante la adversidad: En un ambiente competitivo y exigente, las soluciones no se encuentran siempre a la mano. La cultura debe inculcar en la gente la superación de obstáculos y el logro de retos hombro con hombro. Dejar claro que el enemigo a vencer está fuera de la empresa y que los problemas se pueden superar con la innovación y creatividad del talento en todos los niveles.
Capacidad de adaptación: La cultura debe promover que la empresa se actualice a la velocidad del cambio exterior, permitiendo la incorporación de nuevos procesos, tecnología y enriquecimiento de habilidades del personal para las nuevas plataformas. Los cambios son una excelente oportunidad para reposicionar el tema cultural como promotor de actitudes de agilidad, compromiso y adaptación a los nuevos modelos de trabajo y generación de valor.
Estas son recomendaciones para mantener a la cultura organizacional en un nivel que permita el desarrollo organizacional, crecimiento y la adaptación a los cambios que demanda el entorno. La cultura es un componente muy relevante del sistema organizacional que, bien aprovechada, se convierte en una palanca para la rentabilidad.
Se observa, claramente, en muchas organizaciones cuando hacen de la cultura una identidad que refleja orgullo, pertenencia y compromiso con los resultados del negocio. En muchas empresas está tan bien integrada la cultura a la gente a todos los niveles, que podríamos llamarle el DNA del negocio. Las conductas y comportamientos muestran patrones muy similares que permiten comprender, en gran medida, la capacidad de la organización de generar resultados.
En resumen, la cultura organizacional es un factor crítico que influye en la implementación exitosa de la estrategia. Al comprender y gestionar la cultura de manera efectiva, las organizaciones pueden aumentar las posibilidades de lograr sus objetivos estratégicos.
El autor es Consultor y Profesor de Cátedra del Departamento de Estrategia y Liderazgo de EGADE Business School del Tecnológico de Monterrey.