El Gobierno acusa a la CEOE de burlar el diálogo social y de plantear una «estafa» en la reducción de jornada laboral
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La última reunión de los agentes sociales para sondear un posible acuerdo para la reducción de jornada laboral a 37,5 horas sirvió para constatar que la rigidez las posiciones hará inviable que el Gobierno rubrique su primer gran acuerdo tripartito en material laboral de la legislatura. Tanto, que el Gobierno acusó este mismo lunes a la patronal de «burlar» de diálogo social y de intentar plantear una «estafa» en la negociación de reducción de jornada al reclamar un incremento paralelo de las horas extraordinarias máximas anuales, actualmente fijadas en 80 horas. En el tercer encuentro tripartito después de que la mesa de negociación bipartita de CEOE y Cepyme, y UGT y CC.OO., no lograra acercamientos en la materia, el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, confirmó el hecho de que los representantes de la patronal no han llegado a poner sobre la mesa un papel con su propuesta para la reducción de tiempo de trabajo, acusándolos además de «negar el objetivo» de la negociación después de cinco meses de conversaciones. «Esto es una negociación seria», señalaba Pérez Rey en rueda de prensa. «Si Garamendi o Cuerva quieren representar a las empresas deberían recapacitar. Hay demasiados lastres políticos en la postura de la patronal. Pero no pierdo la esperanza», aseguraba la mano de Yolanda Díaz en el Ministerio a cerca de si los siguientes pasos contarán con la presencia de los negociadores de patronal. En este punto, el Gobierno acusó a CEOE y Cepyme de plantear medidas en la dirección de un incremento de las horas extraordinarias como contrapartida para sumar su apoyo al acuerdo de recorte de jornada. Una medida que, pese a la complejidad que acarrea para su control efectivo, se configura como uno de los elementos compensatorios que podrían mitigar el importante impacto tanto económico como organizativo que tendrá para los empleadores implantar las 37,5 horas. Según la organización dirigida por Gerardo Cuerva el coste directo en forma de subida de salarios encubierta de 12.000 millones de euros, mientras que el impacto económico global ascendería a 42.000 millones de euros. Con todo, desde Trabajo confirman, tal y como había avanzado ABC, que el futuro de la negociación está en manos de los sindicatos y el nivel de exigencias y modificaciones que planteen sobre el borrado de anteproyecto de ley que ya tienen en sus manos desde la semana pasada. CEOE y Cepyme ya no cuentan prácticamente con ningún incentivo para mantener el pulso de la negociación haber rechazado el Gobierno la totalidad de los planteamientos que se habían puesto sobre la mesa. Ni periodo transitorio, ni singularidad en función de los sectores, ni aumento de la bolsa de horas extra disponible. Nada más lejos, la imposición de la versión más dura de la reducción de jornada deja sin margen de maniobra a CEOE y Cepyme, que ya vienen advirtiendo de la falta de sentido de la medida en un momento en el que la tendencia de los convenios ya ha ido reduciendo a el tiempo de trabajo efectivo hasta las 37,6 horas, según Fedea, supone una intervención de este precepto que está históricamente anclado a la negociación colectiva más allá del límite máximo legal de 40 horas. Pérez Rey asegura que la patronal ha mantenido su postura y no ha presentado propuestas ni alternativas durante la reunión y que, incluso, ha cuestionado el objetivo del Gobierno de reducir legalmente la jornada a 37,5 horas. «La postura de la patronal ha dejado mucho que desear, ha sido claramente decepcionante», lamentó argumentando que la posición de la CEOE está lastrada «por la ideología» más que por la «democracia» y advierte de «lastres políticos» en la decisión de la patronal sobre reducir la jornada para adecuarla a las empresas a las que representa. «Nosotros hemos convocado y vamos a convocar también a la patronal a la mesa del próximo lunes. Que vengan o no vengan es una decisión que solo les corresponde a ellos; obviamente creo que deben estar en esa mesa y que deben de alguna manera reflexionar sobre cuál es esta actitud», apuntaba no obstante el secretario de Estado ostensiblemente molesto tras el encuentro celebrado este lunes. Así, confirmó que seguirán negociando el texto para reducir la jornada con las organizaciones sindicales, ya que hay todavía algunos elementos de carácter técnico que «pulir» y que se quieren cerrar con los sindicatos. «Nuestro objetivo es ahora pulir un texto, pero insisto, con las organizaciones sindicales, que son las que han mostrado predisposición a hacerlo, pero si la patronal de aquí a la semana que viene recapacita, (...) pues bienvenidos serán», trasladó Pérez Rey.