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Июнь
2024

Si ve un animal silvestre rondar su casa, no lo maltrate... pero tenga cuidado

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Un mapache robando comida, una serpiente en el jardín, un puma caminando por media calle o un perezoso “sonriendo” mientras ve los carros pasar en plena carretera. Estas son situaciones que no son precisamente una sorpresa para los costarricenses.

Los animales silvestres se hacen notar en las zonas urbanas y conviven muy de cerca con los costarricenses. No obstante, esto puede llegar a ser un dolor de cabeza para muchos.

Con el paso de los años, la gente ha ocupado cada vez más terrenos que antes eran el hogar de estos animales para desarrollar casas, establecimientos comerciales, hoteles y otros tipos de infraestructuras. Prueba de ello es que el Sistema Nacional de Áreas de Conservación (Sinac) recibe al día, aproximadamente, cinco llamadas por diferentes situaciones relacionadas con animales silvestres, detalla Shirley Ramírez, bióloga de vida silvestre en la Comisión Nacional para la Gestión de la Biodiversidad del Ministerio de Ambiente y Energía (Minae).

“Las interacciones que están ocurriendo son muy variadas, pero sí son bastantes y cada vez más, porque cada vez nos expandimos más y nosotros como humanos vamos tomando los hábitats para sentirnos nosotros más confortables. Entonces los animales tienen dos opciones: o se alejan o se adaptan a lo que nosotros los humanos les ofrecemos y a lo que les va quedando después de un proceso generalmente de urbanización, que es el que hace que estemos más cerca de ellos”, comenta Ramírez.

Evitar que los animales entren a una casa y se roben la comida puede llegar a ser una situación tediosa e incluso agotadora; sin embargo, esta es la forma que la fauna silvestre que habita la ciudad ha encontrado para alimentarse en zonas cada vez más deforestadas. De ahí la importancia de aprender a convivir.

Entre los animales más comunes que se pueden encontrar en las zonas urbanas están los zorros pelones, los mapaches, las ardillas y las palomas. No obstante, en Tibás, Coronado y Santa Ana se han detectado pumas, mientras que en Ciudad Colón y Aserrí se han visto monos y en San Isidro de Heredia se recibió un reporte de dantas.

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También es común observar iguanas, serpientes y perezosos. Así como el coyote y la zorra gris hacia los bordes del Valle Central.

“El tema es que Costa Rica es uno de los 25 países del mundo megadiversos, eso significa que tenemos una diversidad tan grande que está en todos lados, entonces como nosotros vamos haciendo nuestros hogares, los animales se van adaptando a vivir con nosotros y por eso, entre más cerca estemos de las montañas, vamos a tener mayor variedad de animales”, explica la bióloga de vida silvestre.

Lo importante en estos casos es no maltratar a los animales, pues ellos no buscan hacerle daño a los seres humanos, simplemente buscan subsistir. En ocasiones, eso conlleva aparecer en las casas de las personas.

De todas formas, la Ley 7317, Ley de Conservación de Vida Silvestre, sanciona a quienes capturen, hieran, atrapen o maten a un animal silvestre. Los castigos incluyen desde elevadas multas hasta varios años de prisión.

“La captura de un animal silvestre es un delito. No obstante, el tema aquí es entender un poco a los animales y ponerse en los zapatos de ellos y cuestionarse por qué están ahí”, señala Ramírez.

¿Por qué los animales silvestres se acercan donde vive la gente?

Mapaches en el antiguo edificio de la Asamblea Legislativa o rondando el Museo de los Niños y una familia de pumas caminando por una propiedad en Las Nubes de Coronado son tan solo un par de situaciones que hasta hace unos años eran inusuales, pero que hoy son una realidad.

De acuerdo con Shirley Ramírez, estas situaciones ocurren por varias razones. La primera de ellas, y una de las más comunes, es la comida y esto se debe principalmente al mal manejo de residuos. Desechos expuestos son comida gratis y fácil para los animales.

“Ellos van a esperar que cualquier persona les vaya a dar comida, entonces puede ser que haya una señora o un señor en una familia que les guste los mapaches y que les ponga comida. O que encuentra comederos para perros y gatos y el mapache llega a comer”, dice.

El segundo motivo es el agua porque muchas veces los animales se acercan a las casas buscando hidratación.

La tercera razón recae en que la infraestructura no está en buenas condiciones, facilitando que los animales entren por cualquier lugar y que sirva como un sitio cómodo para dormir. Además, de aquí sale el cuarto motivo, las hembras van a preferir tener a sus crías en un sitio acogedor, en lugar de al lado de un río o un árbol donde se exponen a lluvias y a ser presa de otras especies.

“Son cositas que como humanos tenemos que mejorar para que estas interacciones no se den. La idea con los animales silvestres es convivir, coexistir y tratar de entender que no están aquí para molestar a los humanos, sino más bien tratar de entender que ellos están aprovechando recursos en un país tan megadiverso como en el que vivimos”, explica la bióloga silvestre.

Según detalla, todo se trata de aprender a “coexistir de manera saludable”.

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Eso sí, todo tiene sus límites y también hay que ser conscientes de que no se le puede permitir a un mapache, por ejemplo, vivir en el cielo raso de la casa o que se orinen dentro de ella.

“En este caso, a nosotros como humanos nos toca reaccionar y tomar decisiones como evitar fuentes de alimento y arreglar la infraestructura, para no tenerlos cerca, que se alejen y que vayan a buscar a otro lado”, insiste.

Otro de los problemas recae en que “hemos construido de manera muy desordenada”.

“Muchas de las casas están prácticamente sobre o dentro de los cauces de los ríos y esos son los lugares de paso para los animales, porque eso es lo que les queda y eso lo que hace es que las zonas más cercanas a ríos sean las que tienen más interacciones con animales silvestres”, asevera.

¿Qué hacer si se encuentra un animal silvestre?

Existen una serie de recomendaciones que se pueden seguir si se halla uno de estos animales rondando la casa.

La bióloga de la Comisión Nacional para la Gestión de la Biodiversidad del Minae reconoce que es normal que las personas se asusten en un primer momento y, por ello, es mejor saber cómo reaccionar ante la visita de un amigo silvestre.

Lo principal siempre será mantener la calma y evaluar la situación con tranquilidad.

“Si el animal se acerca hacia mí, voy a tratar de alejarme y darle espacio, eso es lo más importante, y dependiendo del tipo de interacción, si el animal está dentro de la casa, pueden visitar Costa Rica Silvestre que ahí tienen fichas donde vienen una serie de recomendaciones técnicas para poder saber qué es lo que está pasando, porque la gente a veces piensa que capturarlo es la mejor opción, pero no necesariamente. Muchas veces los animales están aprovechando los recursos disponibles”, detalla.

Costa Rica Silvestre es una página web que habilitó precisamente el Minae debido a la gran cantidad de reportes que recibe diariamente por parte de los costarricenses sobre la visita de un animal silvestre. En esta página hay consejos para saber cómo actuar en cada caso en particular.

Por ejemplo, en el caso de un mapache o de un zorro pelón, la gente puede creer que si los captura y se los lleva, allí se acaba el problema; no obstante, se equivocan. Con el paso del tiempo volverán a llegar, pues se trata de una casa en la que encuentran todo lo que necesitan para vivir, como comida y agua, etcétera.

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“Hay momentos en los que necesito que un funcionario del Estado vaya a ayudarme, pero en algunos casos no sirve que nos apoye, entonces lo que estamos haciendo es ofrecerle las herramientas a las personas para que puedan evaluar la situación y si la misma evaluación me dice si necesito ayuda”, afirma.

Uno de estos casos es el de las serpientes, que es más complejo porque hay que ver si es venenosa o no. Aunque de las más de 140 especies en el país la mayoría no son venenosas, la gente sí les tiene mucho miedo y lo ideal en esos casos es pedir apoyo especializado.

Sin embargo, si lo que se encuentra en su casa es un perezoso, lo que debe saber es que son animales, por lo general, nocturnos y bastará con dejarlos tranquilos. En caso de tener perros cerca, lo mejor es que los aleje para que no lastimen al simpático y lento animal.

“Posiblemente, apenas vuelva a oscurecer, va a seguir su camino. Generalmente, eso pasa en las zonas que están más cerca de las orillas de los ríos o en las zonas donde están cerca de parques urbanos, porque los perezosos son cíclicos, o sea, transitan por una zona y al año siguiente vuelven a pasar por ese mismo lugar y posiblemente estas casas no estaban antes y ahora vuelven a pasar por ahí y ahí está la casa que antes no estaba”, añade.

Cuando se trata de animales que entran a la casa, como una iguana, lo mejor es ayudarlos a salir, pues se estresan y lo que quieren es encontrar por dónde huir.

“Hay que ser precavidos. Hay que abrirles todas las puertas y las ventanas, porque para ellos los humanos somos un posible depredador y se estresan tanto que corren de un lado para el otro, entonces lo que se hace es darles el espacio para que el animal cuando se sienta seguro y se vaya por sus propios medios”, afirma Ramírez.

Finalmente, cuando se trate de un animal herido o enfermo que se acerca a las personas o no huye, lo mejor es llamar al 911 o a la oficina del Sinac de la localidad. Tome en cuenta que esta institución atiende de 8 a. m. a 4 p. m.

Además, si desea conocer más consejos para saber cómo actuar ante la visita de un vecino silvestre, puede ingresar al sitio web www.costaricasilvestre.go.cr.

Al final, el mundo no solo es de los humanos, pues también le pertenece a la flora y a la fauna y lo importante es que todos ocupan un espacio trascendental para el desarrollo del planeta. Coexistir de la mejor manera posible es la clave.