La banda del Sol mantiene la tradición de las Lágrimas de San Pedro
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La banda del Sol , como ocurre cada 29 de junio, interpretó las Lágrimas de San Pedro desde la Giralda. Una formación fiel a las tradiciones de Sevilla, siempre presente allá donde le es requerida para, de algún modo, recordar con sus clarines al brigada Rafael. Tres toques dieron desde el monumento más importante de la ciudad: a las doce de la noche, a las nueve y media de la mañana y a las doce del mediodía , éste último cuenta con un desfile previo por las gradas bajas de la Catedral, en un cortejo compuesto por los alabarderos, los seis clarines, una tambora y el bombo. Más público de lo habitual al caer en sábado, con cielo nublado y una temperatura impropia de la fecha, pero otro motivo, el estar sin calor, por el cual el público no quiso faltar a este acto tan emotivo que acabó con un aplauso de los asistentes en modo de agradecimiento a la banda del Sol por mantener las Lágrimas de San Pedro. Antes y después de subir a la Giralda, los miembros de la banda del Sol rinden honores a la patrona de Sevilla, la Virgen de los Reyes , que en un poco más de un mes comenzarán sus cultos, los que mayor número de fieles aglutina en la ciudad. A las doce del mediodía repicaban las campanas de la Giralda recién terminada de restaurar, en el mismo momento en el cual la diócesis publicaba como es de costumbre, los nombramientos de la iglesia para el próximo curso. Tres toques por cada punto cardinal, en memoria de las tres veces que San Pedro negó al Señor. Jesús le dijo: «En verdad te digo que esta misma noche, antes que el gallo cante, me negarás tres veces». No faltó la presencia de Rogelio Gómez hijo, el heredero de las Lágrimas de San Pedro. Su padre es quien junto a Antonio Burgos y Eusebio Álvarez - Ossorio, los recuperadores de esta tradición datada del siglo XV. La formación ha recordado a estras tres personas fundamentales de este acto recuperado en 1986. Son los grandes artífices de que cada 29 de junio suenen en la Giralda los clarines de la banda del Sol, aunque también hay que citar al canónigo Federico María Pérez Estudillo y Eusebio Álvarez Ossorio, director de la formación en el inicio de la recuperación de las Lágrimas de San Pedro. Se trata de unos l amentos convertidos en toque de corneta, procedente del siglo XV cuando el infante Don Fernando regresaba de la conquista de Antequera, hicieron toques de regocijos, repiques y luminarias en la noche de San Pedro. En 1551, el canónigo Rivera, destina sus bienes para financiar esta tradición. En las memorias de fuego del abedor de la iglesia mayor, Don Juan de Eguirola se hace referencia al pago de fuegos artificiales, por encargo del mayordomo del Cabildo Catedral, realizan Don Pedro de Villalobos y Don Francisco Alemán. En 1629, el Cabildo dispone que sólo se permitan fuegos en la noche de San Pedro. Entre 1647 y 1648 es Don Diego Alemán el responsable de esta celebración. Se interrumpe esta tradición entre los años 1839 a 1865 reanudándose a partir de entonces y sin interrupción hasta 1961. En 1983, se solicita hasta que en 1986 vuelve a interpretarse esta tradición por parte de la banda del Sol.