¿El estado de ánimo de la población cambió por el clima? Esto dice el Minsa
Golpe duro para los 'team invierno'. Con la llegada oficial de la estación invernal el 20 de junio, también se presentan una serie de problemas que afectan la salud de los ciudadanos. A priori, las enfermedades que vienen a la mente son las respiratorias: gripes, alergias, neumonías y resfriados. Sin embargo, la falta de brillo solar no solo perjudica el sistema respiratorio; el cerebro sufre un daño colateral debido al desgano natural que llega con las bajas temperaturas y la densa neblina, según afirma el psiquiatra del Ministerio de Salud, Carlos Bromley.
El doctor Bromley explica que "el diagnóstico de salud mental conocido como depresión de invierno, o trastorno afectivo estacional, afecta a algunas personas que tienen dificultades para adaptarse a los cambios de estación". Esta 'depresión de invierno' se basa en la neurociencia y la química cerebral debido a que durante el invierno, hay una notable reducción en la exposición a los rayos solares debido a la corta duración de los días y la larga duración de las noches, lo cuál lleva a que las personas pasan más tiempo en interiores, lo que modifica "la neuroquímica cerebral, especialmente los niveles de serotonina y melatonina. Estas alteraciones influyen en el estado de ánimo y el sueño, causando la depresión de invierno".
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Contrario a lo que muchos piensan, este tipo de trastorno no está simplemente ligado a estados de ánimo, "sino que está relacionado con cambios químicos y biológicos en el cerebro". Tal y como se menciono antes: la falta de exposición a la luz solar durante el invierno "afecta los niveles de serotonina y melatonina, sustancias cerebrales que regulan el estado de ánimo y el sueño. Esto lleva a síntomas de depresión, como tristeza, pensamientos negativos, falta de energía, pérdida de interés en actividades cotidianas, aislamiento social e irritabilidad".
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¿Cómo combatir el 'trastorno afectivo estacional'?
Para combatir el trastorno afectivo estacional, el doctor Bromley recomienda "mantener las cortinas abiertas, salir al aire libre bien abrigado, seguir una dieta equilibrada, evitar el consumo de café, alcohol y tabaco, y realizar ejercicio físico. La exposición a la luz solar, incluso con neblina, es crucial, ya que la luz exterior es mayor que la interior".
Sin embargo, si estas medidas no son efectivas y la persona mantiene síntomas claros de depresión, lo más recomendable es acudir a un "profesional de la salud mental para un diagnóstico y tratamiento adecuado, que puede incluir medicación, psicoterapia o una combinación de ambas".
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Verano no es igual a más felicidad, pero sí a menos 'depresión invernal'
Aunque el verano suele asociarse con mayor felicidad debido a las actividades físicas incrementadas, no siempre las personas en climas cálidos son más felices. "La adaptación al clima varía según la constitución orgánica de cada individuo. Por ejemplo, los nativos de zonas frías, como Canadá o las regiones habitadas por esquimales, están adaptados a esas temperaturas y pueden vivir una vida normal. En cambio, alguien de una región cálida puede encontrar difícil adaptarse al frío, afectando su estado de ánimo y energía".
El doctor Bromley ilustra esta afirmación comparando a un puneño y a un piurano que viven en Lima. Para el primero, el frío capitalino sería menos intenso que el de su lugar de origen, mientras que para el segundo, soportar temperaturas bajas será difícil y podría costarle realizar sus actividades diarias, aumentando las probabilidades de desarrollar trastornos como el trastorno afectivo estacional. "La adaptación al clima es diferente para cada persona y depende de su constitución orgánica y lugar de nacimiento. Sin embargo, los migrantes pueden enfrentar más dificultades al adaptarse a un nuevo clima, lo que puede desencadenar trastornos como el trastorno afectivo estacional".