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Июнь
2024

Qué pasa en nuestro cuerpo si comemos melón todos los días

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Al igual que la sandía, el melón es una de las frutas más apetecidas cuando llega el verano. Su sabor dulce y refrescante hace que sea algo que quieres consumir prácticamente a diario, pero ¿qué pasaría si te pasas toda la temporada comiendo melón? Debido a su alto contenido de agua (90%), el melón nos trae más beneficios que muchas otras frutas.

En España, la producción del melón crece a paso seguro en regiones como Murcia o Castilla-La Mancha, aunque se extiende a todas las comunidades autónomas de clima cálido. En el país se producen en promedio 1.214.642 toneladas de melón al año, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y los meses en que más se consume son julio, agosto y septiembre.

Beneficios de comer melón

El melón está cargado de vitaminas A, B, C y E, fibra, ácido fólico, calcio, hierro y potasio. A esto súmale que aporta mucho pero engorda poco ya que, al estar compuesto en su mayoría por agua, no posee muchas calorías y tiene menos azúcar que otras frutas como el plátano, la uva o el mango.

Entre los grandes beneficios de consumir melón destacan sus propiedades diuréticas y antiinflamatorias. Es una fuente de hidratación clave que garantiza unos riñones saludables y, además, previene el estreñimiento ya que funciona como laxante natural y tratamiento para las hemorroides. Además, los melones contienen electrolitos, minerales que equilibran los fluidos corporales en tu cuerpo.

Vitaminas A, B, C

Según Mayo Clinic, una taza de melón contiene más del 100% del valor diario recomendado de vitamina C. Esta es necesaria para la producción de colágeno en huesos, cartílagos y músculos, además de la salud de los vasos sanguíneos y las defensas. A mayor vitamina C, menor riesgo de contraer enfermedades infecciosas como la gripe o los resfriados comunes.

Comer melón también nos ofrece un alto porcentaje de folato o vitamina B-9, comúnmente conocido como ácido fólico. Este componente ayuda al crecimiento de los tejidos y en el trabajo celular, es decir, a descomponer, utilizar y crear nuevas proteínas. Una de sus virtudes más grandes es que contribuye a la formación de glóbulos rojos, lo que favorece la prevención de la anemia.

El melón también es rico en betacaroteno, un antioxidante que ayuda a neutralizar los radicales libres que dañan las células y, en el cuerpo, se transforma en vitamina A. Este componente está también presente en las naranjas, las nectarinas y las zanahorias, por lo que también tiene efectos positivos en la salud ocular, los glóbulos rojos y el sistema inmune.

El melón en las mujeres embarazadas o lactantes

Por todas las vitaminas previamente mencionadas, el melón es una recomendación durante el embarazo, los meses previos y los posteriores. Sus componentes resultan convenientes para el crecimiento y desarrollo saludable del feto, en específico, el ácido fólico. Una ración de 200 g cubre hasta el 30% de las necesidades diarias de esta vitamina.

No dejes perder las semillas

Las semillas del melón también tienen valores nutritivos. Secadas al sol o al horno pueden servir como un aperitivo para consumir flavonoides, un antioxidante. Asimismo, de las semillas del melón también se extrae, por presión, un aceite comestible rico en propiedades pectorales y calmantes.