La hormona antidiurética está relacionada con la fidelidad, y más
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Somos más química y biología de lo que pensamos. Al final estamos controlados por procesos fisiológicos en una medida inimaginable, no somos «libres» del todo… Quién nos iba a decir que una hormona que tiene que ver esencialmente con el funcionamiento de mi tan apreciados riñones, fuese a tener que ver también con procesos emocionales como el amor, el romanticismo, la lealtad, la gestión de la soledad… La hormona antidiurética (ADH) también llamada vasopresina , es una hormona crucial producida por el hipotálamo (controla funciones como la regulación de la temperatura del cuerpo, el hambre y la sed) y liberada por la glándula pituitaria (ésta controla el deseo sexual y el cansancio). La hormona antidiurética es decisiva sobre todo en la regulación de agua en el cuerpo y en la presión sanguínea, pero quien más sabe de esta «chica» a estos niveles, es mi querida y excelente nefróloga la doctora Fernández Rojo, se lo dejo a ella. Pero más allá de estos aspectos renales, su impacto en los comportamientos sociales es notable. Hay investigaciones que demuestran que esta hormona es clave en la formación de vínculos afectivos, no solo en la pareja, pero que dentro de ella decide sobre el mantenimiento de lazos románticos y relaciones amorosas. Pensábamos que la oxitocina era la más importante en la generación de apego y amor pero junto con la vasopresina, deciden sobre otro concepto como la fidelidad y la lealtad. Niveles en sangre más elevados de esta hormona aseguran un mayor grado de fidelidad. Los infieles tienen niveles más bajos. Esta hormona juega un papel crucial en la estabilidad de las relaciones monógamas a largo plazo. En los hombres se segrega durante la eyaculación generando más apego e influyendo también en el instinto paternal. Nosotras durante las relaciones sexuales segregamos sobre todo oxitocina con esta misma función de apego y amor. Claro, la razón, la moral, la educación y el autocontrol también juegan su papel en la fidelidad pero quien dicta fisiológicamente es esta hormona, al igual que la testosterona influye en el desempeño sexual por ejemplo, la dopamina en la gratificación, la serotonina en el ánimo…. La vasopresina también está relacionada con la estabilidad emocional y el bienestar dentro de una relación. Además del papel en las relaciones románticas, la vasopresina también se implica en la modulación de comportamientos sociales más amplios como el altruismo, la confianza y la cooperación entre las personas. Se han hecho estudios sobre la toma de distintas cantidades de esta hormona y se ha visto que aumenta la predisposición a confiar en los otros y a ser más cooperativo en situaciones de necesidad grupal y también en equipos de trabajo o en situaciones de negociación.. Estos descubrimientos son relevantes tanto para la psicología como para la neurociencia social y para la práctica clínica. Se está investigando también a este nivel la eficacia que tendría la administración de vasopresina en deficiencia en el apego , en ciertos tipos de trastornos del espectro autista y en ciertos tipos de ansiedad o fobia social. Sin embargo esta investigación aún es muy incipiente. Volviendo a cómo influye a nivel pareja, es la encargada también del sentimiento de posesión y de celos, ¡ay! En las personas mayores niveles de vasopresinas más elevados influyen en el mejor afrontamiento de la soledad cuando pierden a su pareja y están en situación de aislamiento o más dificultades sociales. Otros ejemplos de cómo estamos determinados por la química, es la función de las vitaminas del complejo B, también llamada vitamina del placer, sobre todo la vitamina B6 que aumenta el nivel de estrógenos, aumenta la líbido e influye en la secreción de dopamina y serotonina. La B12 aumenta la lubricación a la hora de tener relaciones sexuales y la vitamina D se relaciona con mejoras en la función eréctil y aumento de los niveles de testosterona. Bueno y con todo esto, ahora,¡ a ver quién se atreve a mirar los niveles de vasopresina de su pareja!