Cosas de campañas
Pues no se han acabado las campañas, pero con el cierre rosa y el tercer debate del domingo ya hay una especie de pasmo. Y no está mal. Como se le quiera ver, el domingo estuvo muy cargado de información. El rotundo éxito de la marcha en el Zócalo –que tuvo su réplica en decenas de plazas en diversas entidades del país– funcionó como el cierre de campaña de Xóchitl a la Presidencia y de Santiago Taboada a la Ciudad de México. Gran resultado para ambos con ese evento. Faltarán los cierres de Sheinbaum y Máynez y asunto prácticamente concluido, a esperar el domingo de las votaciones.
Para que acaben las campañas nos falta una semana. No hay que descartar que algo suceda. Las candidatas y el candidato harán sus eventos, conseguirán adhesiones y darán sus últimos estirones para arañar votos, robar sufragios de aquí o de allá. Pueden resultar días movidos. Veamos algo de lo que hemos visto tan sólo en media semana.
Un nutrido grupo de intelectuales y comentócratas se unieron para manifestar su voto a favor de Xóchitl Gálvez. En el grupo hay historiadores, novelistas, poetas, actrices, politólogos, literatos... en fin, un grupo nutrido que la mayoría de ellos expresa sus opiniones políticas por medio de columnas y participaciones en medios electrónicos. Todos con Xóchitl, dijeron. Qué bueno. La democracia es participación pública y creo en que la gente que de alguna u otra manera influye, como lo son la mayoría de ese grupo, haga públicas sus preferencias y razones. La foto distribuida del evento deja ver a toda una generación de la vida pública nacional haciendo su apuesta electoral. En ese sentido, es reveladora como una reacción a la labor de destrucción que ha hecho AMLO de las instituciones que crecieron y se desarrollaron alrededor del pensamiento de muchos de los ahora xochilovers. Es probable que en cuestión de días Claudia conteste formando un grupo de artistas e intelectuales que la respalden (Lord Molécula, Callo de Hacha, Edy Smol y Cuauhtémoc Blanco pueden estar entre los abajofirmantes).
El programa Tercer Grado que transmite Televisa se hizo famoso hace unos años porque juntaba a varios de los periodistas que trabajan en esa empresa. Se juntan, discuten y exponen sus opiniones personales para escapar del cuello de botella que siempre significa salir en los programas institucionales. Son también décadas las que algunos de ellos llevan en ese programa. Cuando la televisión era la única forma de información disponible tenía su éxito. Ignoro si lo tenga hoy en día. Sin embargo, en elecciones presidenciales suelen entrevistar a las candidatas o candidatos contendientes y entonces se convierten en un foro que genera información. Todo parece indicar que esa idea llegó a su fin. La radicalización no es buena amiga de la neutralidad. Los opositores dicen que con Xóchitl fueron agresivos y majaderos –particularmente la señora Maerker, a quien le cuesta mucho disimular el desagrado que le provocan las formas y decires de Gálvez–. Cosa inversa con la señora Sheinbaum, con quien –según el xochilismo– fueron obsequiosos y serviles. Si Xóchitl trató de contestar todo lo que se le preguntaba, Claudia se mantuvo en su postura del debate y solamente fue a decir lo que le pareció pertinente y a tratar de manera déspota a los que estaban a la mesa. Quizá llegó el momento de cambiar ese formato que ya no deja satisfecho a nadie.
Esta campaña ha dejado muchas lecciones (cambiar formatos y número de debates es una) y seguramente los pocos días que quedan estarán movidos.