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Май
2024

El rincón del planeta donde los ríos están cambiando del azul cristalino al naranja turbio

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El rápido calentamiento del Ártico está alterando los vínculos hidrológicos, biogeoquímicos y ecológicos entre los ecosistemas terrestres y acuáticos. Los suelos árticos contienen grandes cantidades de carbono orgánico, nutrientes, mercurio y otros metales, muchos de los cuales se almacenan en suelos congelados o permafrost. Con el calentamiento global, esta capa se está descongelando. Y al descongelarse, libera metales que terminan en los ríos y arroyos del Ártico.

Por primera vez, investigadores del Servicio de Parques Nacionales, el Servicio Geológico de EE UU, la Universidad de California en Davis y otras instituciones han documentado y tomado muestras de algunas de las aguas deterioradas, identificando 75 ubicaciones en un área del tamaño de Texas en la Cordillera Brooks del norte de Alaska. Los resultados de la investigación se han publicado en Communications Earth & Environment.

Los autores del estudio investigaron tres ríos en Alaska: Agashashok, Kugururok y Salmon. Analizaron muestras de agua y se utilizaron imágenes de satélite para observar cambios en la coloración de los ríos a lo largo del tiempo. Descubrieron que los ríos de color anaranjado tenían un pH más bajo, es decir, eran más ácidos, comparados con ríos sin impacto. Sus aguas contenían niveles mucho más altos de metales como hierro, aluminio, manganeso, zinc, níquel, entre otros.

"Cuanto más volábamos, comenzamos a notar más y más ríos y arroyos de color naranja", dijo en un comunicado el autor principal Jon O'Donnell, ecólogo de la Red de Monitoreo e Inventario del Ártico del NPS. "Hay ciertos sitios que parecen casi un jugo de naranja lechoso. Esos arroyos de naranja pueden ser problemáticos en términos de ser tóxicos pero también podrían impedir la migración de peces a las áreas de desove".

Los autores señalan que la alta acidez y la concentración de metales pueden dañar la vegetación y los organismos acuáticos. Por ejemplo, se observó vegetación muerta cerca de las áreas donde se filtraba agua altamente ácida. "Hay muchas implicaciones", dijo O'Donnell. "A medida que el clima continúa calentándose, esperaríamos que el permafrost continúe derritiéndose y, por lo tanto, dondequiera que haya este tipo de minerales, existe la posibilidad de que los arroyos se vuelvan anaranjados y se degraden en términos de calidad del agua".