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Май
2024

España participa en el diseño de un nuevo carro de combate impulsado y financiado por la Unión Europea

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La UE mantiene su apuesta por iniciativas comunes de defensa de cara a fortalecer la industria europea y poder competir de igual a igual con los grandes conglomerados estadounidenses. Para ello, está dedicando numerosas partidas a distintos proyectos comunes en los que participan diversos países. En la última tanda ha puesto en marcha 54 nuevas iniciativas de cooperación financiados con los Fondos Europeos de Defensa, de las cuales dos se centran en el ámbito de los carros de combate.

La primera de ellas es la iniciativa Marte, dotada con en torno a 20 millones de euros y en la que participan media docena de empresas españolas, está enfocada al desarrollo de una nueva plataforma. La segunda, denominada FMB Tech, y en la que también se incluye otra compañía de España y se financia igualmente con cerca de 20 millones de euros, busca incrementar la operatividad tanto de los actuales como de los futuros carros de combate europeos.

Llama la atención que los países que coordinan ambos proyectos son Alemania y Francia, inmersas en su propio proyecto de desarrollo de un futuro carro de combate, denominado MGCS, liderado por la compañía de ambos países KNDS y con la alemana Rheimetall y la francesa Thales también implicadas.

Más en detalle, el proyecto Marte se centra en el desarrollo de una nueva plataforma de carro de combate principal (MBT, por la siglas de este concepto en inglés) con la que enfrentar “amenazas y necesidades actuales y futuras, integrando tecnologías innovadoras y disruptivas”. La iniciativa, continúa la información facilitada por la Comisión Europea, “estudiará y diseñará una nueva plataforma de carro de combate principal (MBT) que satisfaga adecuadamente las amenazas y necesidades actuales y futuras, integrando tecnologías innovadoras y disruptivas”. Además, se “investigará más a fondo el uso de dichas tecnologías para actualizar los MBT actuales, cuando corresponda”, añade la fuente. El proyecto, resume, “tiene como objetivo ofrecer capacidades superiores de protección, detección y potencia de fuego, al tiempo que mejora la rentabilidad de la plataforma y la eficiencia del ciclo de vida en comparación con las soluciones MBT existentes”.

Al proyecto Marte se le estima un coste total de 20,22 millones de euros, de los que casi 19,98 millones como máximo serán sufragados por la Unión Europea. En él participan 47 entidades de 13 países, incluido España, y bajo el liderazgo de Alemania. Se trata, además de los dos citados, de Italia, Suecia, Lituania, Estonia, Italia, Bélgica, Noruega, Rumanía, Grecia, Países Bajos y Finlandia.

Las seis compañías españolas implicadas en este proyecto son Escribano Mechanical and Engineering, Indra Sistemas, Piedrafita Systems, Santa Bárbara Sistemas, Sapa Operaciones y Sener Aeroespacial.

En lo que se refiere al proyecto FMB Tech, su objetivo “es permitir que los MBT europeos existentes y futuros alcancen la mayor eficacia operativa y el éxito de la misión”. En concreto, esta iniciativa busca definir y especificar “las mejores tecnologías innovadoras dentro de una arquitectura de sistema modular” de MBT. El proyecto, explica la fuente oficial, persigue “permitir que los MBT europeos existentes y futuros alcancen la mayor eficacia operativa y el éxito de la misión, en el marco de los futuros escenarios de combate terrestre, ofreciendo capacidades de vanguardia”. El carro de combate en el futuro, añade, “actuará como el centro de un conjunto de capacidades digitalizadas, brindando una mayor capacidad para interactuar con sistemas no tripulados y una mayor eficiencia de la tripulación, gracias a la inteligencia artificial”.

Si bien Francia no participa en el proyecto MARTE, desempeña un papel importante en esta iniciativa siendo, de hecho, el país que coordinará los trabajos de la mano de Thales. En este proyecto, estimado en 19,87 millones de euros (la misma cifra que la UE contempla financiar como máximo), participan 26 entidades de 15 países. Se trata, además de Francia, de Bélgica, Italia, Finlandia, Grecia, España, Eslovenia, Irlanda, Eslovaquia, Polonia, Finlandia, Alemania, Chipre, Noruega y Chequia). Por parte española está implicada la compañía GMV Aerospace and Defence.

¿Combatible con el MGCS franco alemán?

No queda claro cómo estos nuevos proyectos pueden incidir en la iniciativa del mencionado futuro carro de combate en el que trabajan Francia y Alemania y al que se podría unir algún otro país. La iniciativa, denominada MGCS, lleva varios años diseñada pero parecía ralentizada hasta que el año pasado el Gobierno de Macron decidió darle un acelerón para no quedarse fuera de cualquier iniciativa al respecto que pudiera surgir. En este sentido, Francia ha expresado su preocupación de que el tanque Leopard de Alemania pudiera eclipsar la iniciativa MGCS.

Buena parte del atasco del proyecto durante estos años se ha debido a la arquitectura, en la fase de estudio SADS, durante varios años. Este bloqueo se debió en gran parte a la entrada del fabricante alemán Rheinmetall en este proyecto cuando debería haber sido liderado por KNDS, la empresa conjunta creada por la francesa Nexter y la alemana Krauss-Maffei Wegmann (KMW), dos de los principales proveedores europeos de sistemas terrestres militares para muchos ejércitos de todo el mundo, y que desde 2015 operan de forma conjunta, con líneas de producción en Francia y Alemania y asociaciones industriales en todo el mundo.

Esta elección es clave de cara a los desacuerdos sobre la división de tareas entre Francia y Alemania [que debería ser al 50%], así como sobre algunas soluciones tecnológicas, en particular a nivel del arma para equipar el futuro tanque, aunque es cierto que Rheinmetall es el fabricante los cañones de buena parte de carros del mundo.

Este retraso empezaba a preocupar seriamente al gobierno francés. "El Ejército necesitará un nuevo tanque para reemplazar sus Leclercs para 2035 o incluso 2040”, dijo en un comunicado el ministro galo de Defensa.

En el lado alemán, sin embargo, comienza a surgir la idea de que el diseño de este "tanque del futuro" finalmente se posponga o incluso se abandone. Esta era la opinión de Susanne Wiegand, directora ejecutiva del Grupo Renk, que suministra la caja de cambios para el tanque Leopard 2. “Después del ataque ruso a Ucrania, muchos países europeos encargaron carros Leopard 2 de Krauss-Maffei Wegmann para sus fuerzas armadas, hasta el punto de que tal vez no haya lugar para el MGCS en este momento. Será necesario evaluar políticamente qué significa este nuevo desarrollo para la continuación de MGCS", dijo.

El Gobierno de Macron, por tanto, pretende acelerar el carro de combate europeo con la intención de eclipsar el éxito del Leopard 2A8, entre otras cosas también ante el retraso en la evolución y mejora de su tanque Leclerc. De este modo, además, Francia estaría intentando redistribuir la participación de cada una de las partes o asegurando el proyecto a medio plazo en caso de que Berlín decidiera aumentar su atención en sus principales tanques locales, a saber, el Leopard 2A8 y el Rheinmetall Panther KF51.

El Main Ground Combat System (MGCS) se está desarrollando, como ya se ha mencionado, en cooperación con la compañía alemana Rheinmetall y la compañía francesa Nexter Systems. El objetivo principal del proyecto es crear un carro de combate que pueda operar en cualquier terreno, incluidos los ambientes urbanos, desérticos, forestales y montañosos, y que tenga la capacidad de realizar operaciones de combate tanto ofensivas como defensivas.

Una de las características principales del MGCS es su capacidad para trabajar en red con otros sistemas de combate, incluidos drones, aviones y vehículos terrestres no tripulados. Esto se logrará mediante la integración de tecnología avanzada de sensores y comunicaciones en el vehículo, lo que permitirá que la tripulación tenga una conciencia situacional completa en tiempo real.

Otra de las características destacadas del MGCS es su movilidad. El vehículo contará con un motor potente y un sistema de suspensión avanzado que le permitirá moverse a alta velocidad en terrenos difíciles. Además, la tripulación tendrá una mayor visibilidad del campo de batalla gracias a un sistema de cámaras de 360 grados y pantallas en el interior del vehículo. La barcaza parece que sería una versión mejorada de la del Leopard 2A7, muy parecida también a la del Panther KF51, mientras que la torreta recuerda a la del Leclerc y a la del K2 Panther, con un perfil bastante bajo.

En cuanto a armamento, contará con un cañón principal de gran calibre con un rendimiento significativamente mejorado en comparación con los cañones de 120 mm utilizados en el Leclerc y el Leopard 2. Nexter propone el nuevo Ascalon como arma principal. Según Nexter, el arma también acomodará futuras municiones de tanques inteligentes capaces de atacar objetivos en rangos más allá de la línea de visión/sin línea de visión (BLOS/NLOS). La firma predice que las soluciones técnicas en las que se basa ASCALON estarán completamente maduras para 2025. El socio ARGE de KNDS, Rheinmetall, por su parte, aboga por su cañón de ánima lisa autocargado Rh-130 L/52 de 130 mm, que también promete una mejora significativa en velocidad de disparo, alcance y penetración sobre la artillería actual.

Incorporaría un sistema de ametralladoras y un lanzador de misiles antitanque. Además, se están explorando opciones para la integración de sistemas láser y electrónicos para aumentar aún más la capacidad de fuego del vehículo. Tendría un peso de entre 60 y 62 toneladas e incorporaría un motor MTU 883, con una potencia de 1.500 hp. La planta motriz es ligeramente más pequeña que la del Leopard 2, dejando más espacio a los tripulantes que van en la barcaza.

En cuanto a la protección, el MGCS contará con una armadura avanzada que será capaz de resistir los ataques de las armas antitanque modernas. También se espera que tenga sistemas de protección activa, como el sistema Trophy israelí, que dispara ráfagas de metralla para destruir los proyectiles antes de que lleguen al vehículo.

¿Y España? Pues, de momento, más allá de la mención que se hace al MGCS como sustituto de los Leopardo 2E, poco más se sabe de su posible interés por participar en el proyecto. Entre sus planes a más corto plazo no hay ni presupuesto ni documentación que haga pensar que nuestro país quiera pasar a formar parte del proyecto, aunque la lógica debería llevar a pensar que España no debería quedarse fuera de un proyecto de esta envergadura, máxime teniendo en cuenta su dependencia de la tecnología extranjera. La diferencia es que se convierta en un mero comprador de un producto cerrado o, de incorporarse, pueda formar parte del desarrollo y adaptarlo también a sus necesidades, además de la importancia que para la industria española tendría participar en una iniciativa de esta envergadura.