Milei eurofascista, por Mirko Lauer
El presidente argentino, Javier Milei, visita España para apoyar a la extrema derecha en ese país, a pesar de que él se declara anarquista. Pero ese sector ideológico no necesita apoyo en la Unión Europea, donde se viene expandiendo a toda velocidad. Nacionalistas, enemigos de la inmigración y de las economías sociales pululan por todas partes.
Pero en términos generales extrema derecha en Europa hoy quiere decir peligro fascista y nazi. Muchos allá temen que la cosa pueda llegar a esos extremos, precisamente. Político-EU dice que el peligro es real. Foreign Policy sostiene que la toma de Europa por la derecha populista está en marcha, y la fecha es este junio, elecciones al parlamento europeo.
El menú es más o menos el mismo por todas partes: odio, antisemitismo, antiislamismo, contra los inmigrantes, fundamentalismo religioso, contra la Unión Europea, contra el estado de bienestar. La lista se puede alargar según el país, pero todas evocan lo peor de los años 30, sobre todo por la proclividad a la violencia.
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Milei se siente cómodo visitando Europa y diciendo frases destempladas que atraen a los medios. Mientras partidos ultra de todo tamaño avanzan en todas las elecciones disponibles. Al argentino le gusta su papel internacional, que disimula en cierta medida la lentitud con que avanzan sus programas en casa, donde muchas de esas frases suenan huecas.
Parte del problema con los principales partidos de extrema derecha en los principales países hoy está en sus simpatías por la Rusia de Vladímir Putin con la que comparten posiciones. Esto último incluye estar a favor de la invasión de Ucrania, y en consecuencia contra la OTAN. Funcionan, pues, como quintacolumnistas.
¿Qué futuro para el ultraderechismo de Milei en América Latina? Muy poco, pues las víctimas de ese pensamiento europeo son las mayorías de este continente. No imaginamos a los protofascistas de Europa predicando su racismo, es decir su supremacismo blanco, a la población en torno de los Andes o la Amazonía. Siempre han sido cuidadosos en ese punto.
Si se llega a formar lo que Pedro Sánchez llama una internacional ultraderechista, sin duda Milei será visto como uno de sus promotores. Desde que llegó a la presidencia ha sido más un predicador mundial que un administrador argentino.