Einstein y Mileva, la historia de un matrimonio marcado por el genio, el abandono y la tragedia
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«Te vas a ocupar: 1. De que mis trajes, ropa interior y sábanas estén limpios . 2. De que reciba tres comidas diarias en mi habitación. 3. De que mi dormitorio y estudio estén limpios y, especialmente, de que mi escritorio lo utilice sólo yo». En julio de 1914, Albert Einstein imponía a su esposa Mileva unas condiciones más propias de una criada que de una compañera sentimental para quedarse con él y sus hijos en Berlín. Le hizo llegar estas reglas por carta, a través de un amigo común, y en ella también estipulaba que se abstuviera de cualquier relación con él y ello incluía cualquier tipo de intimidad, habida cuenta de que él ya estaba con su prima... Ver Más