Achuchones y desconfianza
Joan Laporta no ha sabido contener la dispersión de Xavi. Consintió tras el 3-5 ante el Villarreal una dimisión diferida que cubría al técnico haciendo ver que se sacrificaba; entre sushi y sushi se tragó un discurso fantástico antes de despedirlo; y, mientras el equipo está disputando el subcampeonato al Girona, el entrenador se descolgó con una visión realista de los graves problemas económicos que impedirían al club competir con el Real Madrid y en Europa, un alegato que choca con los esfuerzos que se realizan para paliar la situación que enfadó al presidente.