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Май
2024

Rueda exprime la promesa de la AP-9 gratuita para desactivar a Besteiro

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Abc.es 
A José Ramón Gómez Besteiro le va a perseguir largamente la promesa que dejó caer el 5 de febrero, en el debate electoral gallego en CRTVG. La AP-9 pasaría a ser gratuita, proclamó. No es menos cierto que, en una entrevista con ABC, el entonces candidato socialista a la Presidencia de la Xunta reconoció que este y otros anuncios formulados en campaña quedaban supeditados a lo que no ocurrió: que desbancara a Alfonso Rueda. Éste no sólo no olvida, sino que aprovecha sus careos con el secretario general del PSdeG en el Parlamento para recordarle lo que quedó para siempre en las hemerotecas. Aunque este miércoles, para más inri, fue el propio Besteiro el que metió el pie en el cepo, al sacar la Autopista del Atlántico a colación. Aficionado al baloncesto, le hizo una asistencia perfecta al líder conservador, para que éste entrase a matar: «Se lo diré al presidente Sánchez cuando me reciba. Que tengo su palabra, comprometiendo la del presidente del Gobierno también». Besteiro abrió la sesión de control, con la que se retomó el pleno en el Pazo do Hórreo, con una pregunta sobre «regeneración democrática». Pero no pudo resistir la tentación de comenzar afeando al PP que hubiera votado en contra, la víspera, de la enmienda del Grupo Socialista a una PNL del BNG, con la que sí estuvieron a favor los populares, para insistir al Gobierno en que transfiera la AP-9, libre de peajes. La enmienda socialista consistía en pedir la continuidad de las bonificaciones. Besteiro hizo algo más: preguntarse si Rueda estaba al tanto del voto de su partido, al encontrarse el martes en Madrid. «Es que va a ser gratis. ¿No quedamos en eso? (...). Entiendo que se mantiene su promesa», terció Rueda, sonriente y con retranca. «Tic, tac, tic, tac», imitó el sonido de un reloj entre aplausos de los suyos. «Usted se comprometió (...), pasara lo que pasara en las elecciones. Por lo tanto, ¿qué estamos hablando de bonificaciones? Vamos a por todas, señor Besteiro, siguiendo su compromiso». Más sal a la herida. Problema de credibilidad El líder del PSdeG tiene un problema de credibilidad evidente en este asunto, por más que se amparase en cuestionar que el PP no quiera transitar por el mismo «camino» que el PSdeG. Y decir sí, de momento, al sistema de descuentos. A lo que Rueda rebatió que «lo más barato» es una autopista sin peajes; y que «si quiere ampararse en las bonificaciones para que decir que nos olvidemos de la gratuidad, lo siento mucho, pero no nos vamos a olvidar». Y remachó: «Cada vez vamos a recordarlo más». Difícil papeleta la de Besteiro, a quien Rueda ya apeló en su día a viajar juntos a Madrid a hacer fuerza en este asunto. Por más que insistiera el lucense en ese tono que quiere ser tranquilo y deviene en plano, monocorde. De la misma forma que sus apelaciones a una «democracia mejor» chocan con el muro que le opuso Rueda: que el PSOE es «el partido de los Koldos, las maletas de las Delcys, de los Ábalos». El titular de la Xunta también desactivó a su contrincante con alusiones constantes a Sánchez, para frustración de Besteiro: «¿No cree que esto es un poco ridículo?». Dice creer Besteiro en otra política. Pero luego toma la palabra Ana Pontón y acusa a la Xunta de estar «deteriorando» la sanidad pública para privilegiar la privada. Y Rueda lo refuta comparando el sistema gallego con el catalán, para hacer un poco más de sangre con el descalabro de ERC, socio del Bloque, con Bildu, en las europeas. «¿Qué quiere, que lo felicite porque el PP fue la cuarta fuerza [el 12M]?», se revuelve Pontón, sandía en la solapa, sin el pañuelo palestino que lucen la mayoría de sus correligionarios, todos con carteles contra el «genocidio en Gaza»-; y tacha al presidente de «correveidile de los argumentarios que la dan en Génova». Si algo quedó este miércoles claro es que ningún grupo se mueve de sus tesis. Por más que Besteiro defienda que la suya, «limpia y honesta», no la marca Sánchez. El responsable de propagar la idea de la «regeneración pendiente». Menos «seguidismo», le recetó Rueda.