Cuba no se ha quedado cruzada de brazos nunca
Ignacio Ramonet.- Presidente, primero agradecerle mucho la gentileza que ha tenido concediéndonos esta entrevista.
Esta va a ser una entrevista de una decena de preguntas que vamos a dividir en tres bloques: un bloque consagrado a la política interior, a la situación interior en Cuba; un segundo bloque sobre economía, esencialmente economía en Cuba, obviamente; y un tercer bloque sobre la política internacional.
La primera pregunta entonces de política interior es la siguiente:
Para muchas familias en Cuba desde hace poco tiempo, dos o tres años, la vida cotidiana se ha vuelto particularmente difícil: hay penurias alimentarias, hay inflación, hay carencias en los servicios públicos. El bloqueo económico comercial y financiero impuesto ilegalmente por Estados Unidos ya existía, y lo que le quiero preguntar es qué ha ocurrido en estos últimos tiempos para que las cosas se hayan degradado de tal manera.
Miguel M. Díaz-Canel.- Bueno, Ramonet, ante todo te agradezco la oportunidad que nos das de conversar contigo, siempre es muy interesante para uno poder compartir contigo puntos de vista y también oír tus comentarios sobre estos temas. Y me has hecho una pregunta muy interesante, porque muchas personas preguntan por qué si ha existido bloqueo durante tanto tiempo, ¿qué es lo que distingue en los momentos actuales el bloqueo?
Creo que hay que partir de que, en primer lugar, hoy el bloqueo tiene una característica cualitativamente diferente; hoy estamos hablando de un bloqueo recrudecido y, además, apoyado ese recrudecimiento por otro componente, que es la inclusión de Cuba en una lista espuria que a su antojo determina el Gobierno de los Estados Unidos sobre países que supuestamente apoyan el terrorismo.
Sobre todo, te voy a hacer una comparación que yo creo que es la mejor manera de ilustrar lo que cambia de un momento a otro, si comparamos cómo era la vida de las cubanas y los cubanos hasta el año 2019 o hasta el segundo semestre de 2019, y cómo ha sido la vida después de ese segundo semestre de 2019, que es lo que enmarca también o diferencia estos dos momentos.
En primer lugar, nosotros somos un país que ha sufrido las limitaciones y las adversidades que nos impone el bloqueo durante más de sesenta años; un bloqueo ilegal, injusto, anacrónico como política y cargado, sobre todo, de una perspectiva prepotente del Gobierno de los Estados Unidos.
Cuba no se ha quedado cruzada de brazos nunca y nosotros hemos desarrollado una capacidad de resistencia. Yo, incluso, después de las vivencias que tuvimos en la COVID-19, digo que es una resistencia creativa, porque el país no ha sido solo capaz de resistir los embates del bloqueo, sino que el país en esas condiciones ha avanzado, ha aportado, ha crecido como nación y, además, se ha desarrollado; o sea, no es quedarte resistiendo solo y no hacer nada más.
Bajo todos esos conceptos y todas las estrategias que ha tenido la Revolución hemos podido mantener un determinado nivel de actividad económica, de exportaciones, de apoyo a programas sociales de alto impacto en nuestra población y hemos vivido, aunque detenido nuestro sueño o ralentizadas todas nuestras aspiraciones, precisamente, por los efectos del bloqueo, que te digo categóricamente que es la causa que más frena nuestro desarrollo económico. Y yo siempre digo: si bloqueados hemos sido capaces de tantas cosas, de qué no hubiéramos sido capaces sin estar bloqueados; pero esas serán hipótesis que hay que convertirlas en tesis con estudios, con comprobaciones, con análisis de datos, que no es el caso de lo que nos atañe ahora.
En 2019 este país recibía ingresos por exportaciones a partir de nuestras producciones exportables y competitivas en el mercado internacional, porque había una vitalidad de la actividad económica del país; el país recibía una cantidad importante de remesas; recibía ingresos notables por la actividad turística –recuérdese que nosotros llegamos a tener casi cuatro millones y medio de turistas en un año–, y teníamos créditos de varias instituciones financieras, créditos gubernamentales de países con los que tenemos muy buenas relaciones y también créditos de programas, de agencias, que nos permitían elaborar y apoyar proyectos.
Por otra parte, teníamos un suministro estable de combustible sobre la base de convenios con países amigos, con países hermanos, que hacían que nosotros bajo esos convenios no tuviéramos que gastar de los ingresos de divisas que recibíamos prácticamente nada en combustible, porque todo eso tenía una compensación a partir de servicios que nosotros damos a esos países hermanos.
Por lo tanto, en todas esas condiciones teníamos ingresos en divisas que nos permitían importar materias primas para desarrollar nuestros principales procesos productivos en la magnitud en que podíamos tener esas cosas con las limitaciones del bloqueo; podíamos comprar alimentos para satisfacer la canasta básica, incluso podíamos comprar alimentos y otras mercancías que poníamos en las tiendas –en aquel momento eran las tiendas que funcionaban en CUC, y en el mercado interno en moneda nacional–, por lo tanto, nuestro mercado interno tenía un determinado nivel de abastecimiento.
Teníamos disponibles divisas con las cuales podíamos lograr un mercado cambiario legal, controlado por el Estado, donde se podían realizar operaciones de compra y venta de divisas con su equivalente en moneda nacional. Teníamos un nivel aceptable de capacidad para pagar nuestras obligaciones de deudas con países o con empresas que han invertido en Cuba, incluso con la inversión extranjera. Y teníamos una capacidad también de dinero para las compras de las piezas de repuesto, de los insumos más importantes para nuestra economía.
Por lo tanto, había una oferta en el mercado interno y había una adecuada relación de oferta/demanda que permitía que los niveles de inflación fueran pequeños.
Todo esto provocaba una retroalimentación: los procesos productivos, una buena actividad productiva daba más fondos exportables, más ingresos; el turismo se desarrollaba, daba más ingresos, y todo eso se iba revolviendo y llegamos a una determinada situación, yo diría, de estabilidad, sin lograr todavía la prosperidad a la que aspiramos, y estamos en un proceso de perfeccionamiento de nuestro sistema económico-social, y, por otra parte, también con todo un grupo de planteamientos, de visiones, de postulados y lineamientos con relación al Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030, y vivíamos de esa forma.
Ignacio Ramonet.- Eso fue hasta el 2019.
Miguel M. Díaz-Canel.- Hasta el segundo semestre de 2019.
En el segundo semestre de 2019 la administración Trump aplica más de 240 medidas que recrudecen el bloqueo, y aquí entra el primer concepto: bloqueo recrudecido; recrudecen el bloqueo, e incluso, se aplica por primera vez el Título III de la Ley Helms-Burton, que nunca se había aplicado y que logra un impacto tremendo, sobre todo, de presión en inversionistas extranjeros, en los que ya han invertido, en los que pensaban invertir, y les da todo un apoyo a aquellos que fueron parte de las confiscaciones que con toda justicia el Gobierno Revolucionario realizó en los primeros años de la Revolución.
Con estas medidas de recrudecimiento se cortan de golpe todas nuestras fuentes de ingresos en divisas; disminuye el turismo notablemente, porque el Gobierno de los Estados Unidos niega el derecho al pueblo norteamericano a hacer turismo en Cuba; se cierran los cruceros, que era una parte importante de la afluencia de turistas a Cuba; se organiza una enorme persecución energética y financiera. Hay más de 92 bancos o entidades financieras internacionales sancionadas o presionadas por el Gobierno de los Estados Unidos, por lo cual han cesado sus relaciones de intercambio financiero con Cuba.
Se cortan las remesas, que era una fuente importante de ingresos al país. ¡Ah!, y, por otra parte, han presionado también y han aplicado muchas sanciones contra países amigos y hermanos que nos suministraban establemente combustible. Por lo tanto, empezamos a tener déficit de combustible; empezamos a tener déficit de disponibilidad de divisas.
Con estos dos elementos, por una parte, se nos desestabiliza el sistema electroenergético nacional, porque nosotros somos capaces de garantizar el funcionamiento de las termoeléctricas con el crudo nacional; pero las termoeléctricas no cubren toda la demanda eléctrica del país, sobre todo en los momentos pico, y tenemos que echar a funcionar otras plantas de generación distribuida que funcionan fundamentalmente con diésel y con fueloil; al no tener esos combustibles, nos quedamos con déficit.
Por otra parte, al tener menos disponibilidad de divisas no pudimos comprar a tiempo los insumos y las piezas de repuesto necesarias para mantener todo el sistema electroenergético nacional que, además, es un sistema ya con un determinado nivel de obsolescencia; eso acrecienta las roturas, provoca que se alarguen los mantenimientos y todo eso conspira contra la estabilidad del sistema electroenergético nacional y, en esas condiciones, empezamos a padecer los molestos apagones. Incluso, para disminuir esos apagones tuvimos que cerrar o limitar un poco el nivel de actividad productiva, un grupo de actividades de la economía.
Y como parte de estas mismas limitaciones en divisas empezamos a no disponer de determinados insumos y materias primas para procesos productivos importantes. Y la poca divisa que tenemos, la tenemos que dedicar a comprar combustible, que antes no teníamos que hacer ese gasto porque teníamos otros mecanismos de solución de este problema.
Aumentan los precios en el mercado internacional, porque también en esto está la crisis multidimensional que sufre el mundo.
Ignacio Ramonet.- Empieza la COVID-19 también.
Miguel M. Díaz-Canel.- Está la COVID-19, que entramos en el año 2020, después. Están los temas de la subida de precios en el mercado internacional como parte de la crisis multidimensional; están los efectos del cambio climático, y nosotros hemos sido afectados por intensas sequías, por intensas lluvias en todo este tiempo y también por huracanes de determinadas intensidades que han provocado muchos daños a la economía. Todo eso creó un ambiente de escasez de medicamentos, escasez de alimentos, escasez de combustible.
Ignacio Ramonet.- Dificultades en el transporte.
Miguel M. Díaz-Canel.- En el transporte. Y va incidiendo también en nuestros programas sociales y en el bienestar de la población, y va construyendo una realidad muy compleja.
En el primer mes del año 2020, solo cuando quedaban alrededor de ocho o diez días para que Trump abandonara la Casa Blanca, nos incluye en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Ignacio Ramonet.- La inclusión en la lista de países que favorecen el terrorismo.
Miguel M. Díaz-Canel.- Y ahí sí, de golpe, todas las agencias bancarias y todas las instituciones financieras nos dejan de dar créditos. Por lo tanto, nosotros hoy somos un país que vive de la cuenta corriente, o sea, qué ingresaste en esta semana y cómo eso lo distribuyes entre una cantidad tremenda de prioridades que tiene el país que no pueden ser cubiertas con los ingresos de una sola semana.
Por lo tanto, se nos empiezan a afectar las disponibilidades de divisas para todas esas cosas que se habían acrecentado, ya no tenemos la misma capacidad para lograr en tiempo cubrir y honrar nuestros compromisos de pago de dividendos a entidades extranjeras, de pago de deudas a países o empresas con las que las tenemos.
Ignacio Ramonet.- O al Club de París.
Miguel M. Díaz-Canel.- No podemos desarrollar la actividad económica con toda la intensidad y las capacidades que poseemos y que necesitamos para ofertar los bienes y servicios; se nos crea un desbalance tremendo entre oferta y demanda y, entonces, se incrementan los precios y aparece la inflación en una magnitud muy grande.
Por otra parte, no tenemos la disponibilidad de divisas para operar un mercado cambiario estatal legal de manera eficiente y, por lo tanto, se nos crea un mercado ilegal.
Ignacio Ramonet.- Paralelo, mercado negro.
Miguel M. Díaz-Canel.- Paralelo, que manipula también la tasa de cambio y que casi se convierte en un elemento que impone los precios y que también contribuye al tema de la inflación.
En esas condiciones entró la COVID-19, que la COVID-19 no solo afectó a Cuba, afectó al mundo entero. Y desde nuestra visión humanista de Revolución, en tiempos de COVID-19 nuestro principal objetivo fue salvar la vida de las personas. Por lo tanto, una parte importante de todos los esfuerzos y de la poca divisa que entraba al país se puso en función de salvar la vida de la población: primero, sobre la base de protocolos de enfrentamiento a la enfermedad, utilizando o reposicionando medicamentos y productos biotecnológicos que ya había desarrollado la industria biotecnológica cubana para otras enfermedades y que tenían un determinado nivel de efecto en las condiciones de la COVID-19 y, posteriormente, como se conoce, con el enorme esfuerzo, el titánico esfuerzo y, yo diría, el ejemplar resultado de nuestros científicos, que forman parte de toda esa concepción que tuvo el Comandante en Jefe de en tiempos de Periodo Especial desarrollar un polo científico productivo, con un esquema cerrado de producción, donde está la incorporación de la ciencia y la innovación como fuerza productiva, e incorporados los procesos de producción, distribución y comercialización, que si no hubiéramos tenido ese desarrollo desde los años noventa hasta ahora, no hubiéramos podido tampoco enfrentar como se enfrentó la COVID-19.
Ignacio Ramonet.- Luego vamos a hablar de la COVID-19 y usted podrá desarrollarlo.
Miguel M. Díaz-Canel.- Sí, sí, después vamos a hablar. Y, sobre todo, el esfuerzo del sistema sanitario cubano.
Ignacio Ramonet.- Claro.
Miguel M. Díaz-Canel.- Pero, indudablemente, ahí todos los otros fenómenos se amplificaron y han continuado estos años; porque hay también que destacar que una de las características de este bloqueo recrudecido pasa por que lo aplicó una administración republicana, la de Trump; pero una administración demócrata ha mantenido igual, Biden. Ha sido un proceso acumulativo, sistemático durante cuatro años, una situación muy compleja para nuestra población, y, yo diría, cargada de una perversidad tremenda, que te la voy a demostrar cuando hablemos de la COVID-19.
Foto: Alejandro Azcuy
Ignacio Ramonet.- Yo quisiera, señor Presidente, que hablásemos de un elemento que usted acaba de abordar que es muy molesto para la población en Cuba y que son los apagones.
Miguel M. Díaz-Canel.- Los apagones.
Ignacio Ramonet.- Yo creo que es uno de los problemas que más molestan a muchos ciudadanos. ¿Cómo puede usted evaluar la situación energética que tiene el país? Usted acaba de decir algunos elementos, pero, ¿qué perspectiva de solución puede anunciarles a los ciudadanos en Cuba?
Miguel M. Díaz-Canel.- Ramonet, hoy, en estos momentos en que estamos haciendo este encuentro, estamos en una situación sumamente compleja en el tema energético.
Hoy tenemos un sistema electroenergético inestable por varias razones que te voy a explicar ahora, y en estos momentos, en esta semana hemos sufrido fuertes apagones en todo el país, llevamos más de cinco días que no podemos cerrar en las veinticuatro horas el sistema electroenergético nacional, lo que quiere decir que en todo momento hemos tenido algún nivel de apagón, y eso, de manera sucesiva, indudablemente daña, complejiza la situación, provoca malestar, provoca incomprensiones y endurece la vida de los cubanos.
Aquí hay varios aspectos: primero, tenemos un sistema electroenergético que tiene un componente de termoeléctricas, de generación por energía térmica, que se resuelve con la producción de crudo nacional.
Ignacio Ramonet.- Nacional, que es un crudo pesado.
Miguel M. Díaz-Canel.- Que es un crudo pesado, con mucho azufre; pero ese necesita reparaciones, necesita mantenimientos sistemáticos, hacen falta más de 300 millones de dólares al año para mantener ese sistema electroenergético nacional, y esa disponibilidad no ha existido. Eso conlleva que tenga roturas y problemas tecnológicos con más frecuencia que la que debe ser normal en un sistema como este.
Tenemos otro grupo de fuentes de generación de energía eléctrica, que son motores de generación distribuida, sobre todo para usarlos en los horarios pico, que requieren diésel y fueloil, y no siempre hemos tenido los niveles de diésel y fueloil que necesitamos.
Como parte de toda esta situación de bloqueo, nosotros, por ejemplo, estuvimos desde el mes de octubre hasta el mes pasado sin que entrara al país diésel ni fueloil, y fuimos agotando las reservas que tenía el país –porque también tenemos un programa de ahorro–, eso nos provocó también, por falta de combustible, fuertes apagones, sobre todo, en el mes de marzo. A la vez, estos grupos generadores también necesitan piezas de repuesto, mantenimientos que se ven afectados.
Tenemos un pequeño componente ya con fuentes alternativas, sobre todo, con el uso de fuentes renovables de energía.
Por lo tanto, a nosotros nos puede fallar en las condiciones actuales la generación eléctrica por falta de combustible, por falta de mantenimientos o por la coincidencia de los dos factores.
Hoy, en estos momentos, no es tanto la falta de combustible la que nos está afectando como las problemáticas tecnológicas, y por otra parte tenemos una estrategia de mantenimientos que la hemos podido organizar en medio de esta circunstancia, sobre todo, apostando a que en el verano haya el menor nivel de afectaciones posibles a la población. Por lo tanto, en estos días se nos ha dado la coincidencia de varias plantas que tenían mantenimientos previstos, planificados y que se están desarrollando, pero simultáneamente se han roto otras.
Ignacio Ramonet.- ¿Y la renovable, Presidente, ustedes están apostando a la renovable?
Miguel M. Díaz-Canel.- Entonces, ahora me hablabas de las soluciones.
Nosotros estamos apostando a las fuentes renovables de energía, tanto la eólica como la fotovoltaica, el biogás, todo un grupo de concepciones; pero, sobre todo, la fotovoltaica, porque es una inversión que en menos tiempo logramos el montaje.
Hoy tenemos un grupo de convenios firmados, con garantías, que nos van a permitir en menos de dos años llegar a más de 2 000 megawatts. Eso nos pondría en otra situación energética, porque llevaría a lograr el objetivo que queremos, de antes del año 2030 tener más de un 20 % de energía renovable. Vamos a llegar a un 25 %, tal vez un poco más, en dependencia de cómo puedan funcionar estos temas.
Por lo tanto, eso nos va a dar como un primer impacto que en el pico del día podamos tener los grupos de generación distribuida sin funcionar y todo lo podamos cubrir con esta nueva energía.
¡Ah!, porque uno de los elementos que se me pasó explicarte es que en la misma medida en que salen de funcionamiento termoeléctricas, los grupos de distribución energética que están previstos, sobre todo para la hora pico, tienen que trabajar en hora de no pico, por lo tanto, se desgastan más que para lo que estaban previstos y no siempre logran compensar ese déficit.
Tenemos todo un programa, que lo explicó el Ministro de Energía y Minas hace unas semanas a toda nuestra población. Empiezan ahora sucesivamente a montarse y a habilitarse parques, y va a ir creciendo nuestra generación eléctrica por esta vía, o sea que va a haber un cambio sustancial en este año, y una consolidación el año que viene.
Una parte de esos parques con energía fotovoltaica van a acumular energía, por lo tanto, se podrán utilizar en las horas del anochecer. Además de darnos esa posibilidad, va a disminuir el consumo de combustible que se utiliza para eso.
Ignacio Ramonet.- Que se utiliza para producir.
Miguel M. Díaz-Canel.- Aquí hay dos salidas entonces: podremos dedicar más combustible a la economía, sobre todo a la producción de alimentos, a la agricultura, a los procesos productivos que hoy están muy limitados porque la mayor parte del combustible que tenemos, como es deficitario, lo ponemos en función de la generación eléctrica; y, por otra parte, disminuirán también nuestros gastos de compra de combustible.
Ignacio Ramonet.- De compra de hidrocarburos.
Miguel M. Díaz-Canel.- Pero, además, las termoeléctricas trabajarán en un régimen más cómodo, por lo tanto, del propio crudo nacional, que es exportable también, consumiremos menos; y una de las cosas que estamos haciendo, de las medidas que hemos tomado, es dar un grupo de pasos para seguir incrementando la producción de crudo nacional, con esa producción de crudo nacional poder exportar, y también nos ayuda a tener una fuente de financiamiento para todas estas inversiones que son costosas, ¡estas inversiones son muy costosas!, las inversiones en generación eléctrica.
Ese es un camino, yo diría, el más sostenible, porque, además, es totalmente coherente con todo lo que planteamos en política medioambiental, con todo el compromiso que tenemos en nuestros programas y en nuestros compromisos con las conferencias COP, de disminuir la emisión de CO2 al espacio, o sea, tiene toda una coherencia y garantiza un desarrollo sostenible.
También estamos buscando inversiones extranjeras que nos permitan potenciar, actualizar, mejorar los procesamientos de algunas de nuestras refinerías, que también nos permitiría entonces este crudo nacional, procesarlo.
Ignacio Ramonet.- Refinarlo.
Miguel M. Díaz-Canel.- Refinarlo, y lograr otros productos que también serían exportables o que nos servirían para el consumo nacional y tendríamos que importar menos de estos productos para el consumo nacional.
Hay todo un programa también de ahorro energético que va desde la cultura de la población…
Ignacio Ramonet.- Para reducir el consumo y no malgastar.
Miguel M. Díaz-Canel.- Reducir el consumo, no malgastar, y, por otra parte, hay todo un desarrollo de tecnologías fotovoltaicas, digamos más en el ámbito doméstico, de equipamientos que trabajan con fuentes de energía fotovoltaicas. También el cambio de luminarias por luminarias LED que son menos consumidoras y que, además, duran más en el tiempo, y todo ese grupo combinado de acciones nos va a llevar a una mejor situación electroenergética.
Eso está bien definido, está bien programado. Lamentablemente, para llegar a eso pasamos por momentos como estos, pero es una de las maneras en las cuales podemos superar los efectos del bloqueo con relación al tema energético.
Ignacio Ramonet.- Señor Presidente, en todo caso esta situación que usted describe y la precedente, con las dificultades, las penurias, ha provocado últimamente un fenómeno sociológico que no se conocía en Cuba, que son las protestas sociales. Por una parte, mucha gente está emigrando porque no soporta las condiciones actuales, y, por otra parte, las protestas que, aunque no han sido masivas, sí han sorprendido porque esto no es habitual.
Entones, quisiera que nos explicara, primero, ¿cómo analiza el carácter de estas protestas y qué lecciones está sacando usted de esta situación?
Miguel M. Díaz-Canel.- Ramonet, primero, creo que nuestro pueblo ha sufrido los embates del bloqueo, además, como te decía, es un efecto acumulado de bloqueo en más de sesenta años. Mi generación, que nació en los primeros años de la Revolución, es una generación que ha vivido bloqueada por las carencias que provoca el bloqueo.
Ignacio Ramonet.- Siempre ha estado presente el bloqueo.
Miguel M. Díaz-Canel.- Pero mis hijos nacieron bloqueados y nuestros nietos ya nacieron y están viviendo en condiciones de bloqueo. Por lo tanto, eso ha tenido una afectación directa en la población cubana.
Precisamente, conceptualmente ¿qué defiende el Gobierno de los Estados Unidos y la política imperial con relación a destruir la Revolución Cubana?
Hay un referente que se llama Memorando de Mallory, a partir precisamente de un memorando que escribió un funcionario del Departamento de Estado en los años sesenta en una apreciación sobre Cuba, que dijo que, por el nivel de apoyo popular que tenía la Revolución, el camino para derrocar la Revolución era: asfixia económica, tratar de hacer todo lo posible porque el pueblo sufriera penurias, carencias y que eso llevara a una ruptura con la Revolución y, por lo tanto, se provocara el estallido social que diera paso a la caída de la Revolución.
Esa ha sido la política, ese ha sido el referente, el concepto fundamental, y es lo que están haciendo con el recrudecimiento del bloqueo. En 60 años no nos han podido doblegar, y han ido a un recrudecimiento para doblegarnos. ¡Tampoco nos van a doblegar! Yo sigo creyendo en la capacidad de respuesta, en el heroísmo de este pueblo y en la resistencia creativa que te mencionaba.
Ahora, en estos tiempos en particular, con este recrudecimiento del bloqueo, en ocasiones hemos tenido sobre esa población la coincidencia de varios factores: apagones prolongados, problemas del transporte, las carencias de la vida, problemas para garantizar la canasta básica, problemas con los alimentos, problemas con medicamentos.
Cuando hay apagones se te afecta el suministro de agua, porque las fuentes de suministro de agua funcionan también con electricidad; que, por cierto, hemos hecho una inversión importantísima ahora en ir transformando sistemas de bombeos en sistemas fotovoltaicos también, y es parte de las cosas que vamos haciendo para ir superando esta situación.
En determinado momento se han producido en algunos lugares también y con una determinada participación, yo diría, en mayor número, más masiva en los sucesos del 11 de julio; menos masiva en la del 17 de marzo, aunque los medios la presentaron como muy masiva como parte del otro componente de esta política agresiva hacia Cuba de máxima presión, que es por una parte la asfixia económica con el recrudecimiento del bloqueo, y por otra parte es la intoxicación mediática donde tratan de desacreditar a la Revolución Cubana, y donde hay una Cuba virtual y una Cuba real. Entonces, se han producido, en un grupo de lugares, reclamos populares.
¿Qué características han tenido los reclamos? La mayor parte de estos reclamos han transcurrido en una situación de reclamo pacífico, donde la mayor parte de la población que ha ido a reclamar lo que ha pedido es explicación. Fíjate, no son reclamos de ruptura con la Revolución, la gente ha ido a instituciones del Gobierno o a las instituciones del Partido.
Ignacio Ramonet.- Eso se vio muy bien en Santiago.
Miguel M. Díaz-Canel.- En Santiago.
Han ido a pedir explicación, a pedir que se les ratifique si la situación se debe a determinadas circunstancias, ¿y quiénes son los que han dado la cara? ¿Quiénes son los que han estado hablando con ese pueblo, porque son parte de ese pueblo? Han sido precisamente los dirigentes del Partido, los dirigentes del Gobierno y las administraciones en esos lugares, y sin represión policial, sin represión de ningún tipo.
También, en esos reclamos han existido pequeños grupos que no se han comportado de esa manera pacífica y es una de las cosas que trata de distorsionar la intoxicación mediática que promueve también el imperio. Muchas de esas personas han estado financiadas por proyectos subversivos del Gobierno de los Estados Unidos y reciben dinero con sistematicidad para aprovechar coyunturas como esa y manifestarse en contra de la Revolución. Por manifestarse en contra de la Revolución tampoco tienen una respuesta represiva.
Ignacio Ramonet.- La Constitución cubana garantiza el derecho a manifestarse.
Miguel M. Díaz-Canel.- No tiene una respuesta represiva, pueden tener una respuesta popular porque la población…, incluso ha pasado, hay personas en estos reclamos que dicen: “Espérate, que lo de nosotros es conversar con el Gobierno y conversar con el Partido”, y han enfrentado y no han permitido que estos vociferen consignas contrarrevolucionarias u otro tipo de cosas; pero, incluso, esa opinión que puede tener alguien que no esté con la Revolución no se reprime. Lo que pasa es que muchas veces, porque forma parte de la misma plataforma de subversión, estos que protestan de esta manera contra la Revolución, que son los menos, en esas protestas cometen hechos vandálicos y atentan contra propiedades estatales, contra propiedades sociales, alteran el orden público, y eso entonces sí lleva una respuesta que no es por ideología, es una respuesta judicial, una respuesta jurídica como lo harían en cualquier otro país, debido a que están alterando el orden público, están alterando la tranquilidad ciudadana, están cometiendo fechorías o están cometiendo hechos vandálicos.
Lo que pasa es que esto no se presenta así por los medios internacionales, se presenta de otra manera, porque hay un guion, un libreto de Guerra No Convencional que plantea: primero, estallido social, reclamos o protestas; segundo, el montaje de la represión policial; tercero, el montaje de presos políticos, o sea, represión con presos políticos entre comillas; después demostrar que por estas cosas hay un Estado fallido, y después la supuesta ayuda humanitaria y el cambio de régimen. Ese es el guion y el libreto de la Guerra No Convencional que hoy se aplica contra Cuba, que se aplica contra Nicaragua, que se aplica contra Venezuela.
Entonces, ahí hay una distorsión y, yo diría, ese tipo de protestas que han existido en Cuba, como tú dices, que es un hecho relativamente nuevo –también el mundo ha cambiado y nuestra sociedad ha cambiado, también las condiciones que provoca el recrudecimiento del bloqueo hacen cambiar nuestra vida– son atendidas, son explicadas, no provoca ruptura entre pueblo y Revolución, porque, además, nosotros tenemos un sistema también de trabajo donde estamos visitando los lugares, se está hablando constantemente con la población, se da información sobre estos problemas.
¿Por qué no se habla de las protestas en Estados Unidos, que generalmente terminan con brutalidad policial, sobre todo, en personas negras o en personas humildes? ¿Por qué no se habla de la brutalidad policial durante las protestas que en estos días han ocurrido en Estados Unidos, en las universidades, que sí fueron pacíficas, totalmente pacíficas, a favor de la causa palestina y contra el genocidio que comete Israel, apoyado por Estados Unidos, contra el pueblo palestino? ¿Y cuál ha sido la respuesta que ha dado el Gobierno de los Estados Unidos ante esos hechos? Represión policial, maltrato a estudiantes, maltrato incluso a profesores, con las botas en el cuello de la gente. Hemos visto escenas de una profesora, ya una persona entrada en edad, sometida, reducida, humillada en el piso. Eso no pasa en Cuba, ¡eso no pasa en Cuba!
¿Por qué no se criticaron las protestas que hubo en otros países europeos en que balearon también a los manifestantes o en las que en menos de dos días hubo más de 3 000 presos y que sí eran protestas pacíficas? ¿Por qué las de Cuba son las que se amplifican y por qué son las que toman esas dimensiones?
Por ejemplo, te digo, el 17 de marzo, que nosotros nos manteníamos en contacto directo con los tres lugares donde ocurrieron reclamos sociales, alrededor de las siete de la noche ya todo estaba en completo orden, y, además, ese día en el país había disímiles actividades en las que la gente estaba participando como parte de un domingo, y todavía a la una de la mañana las plataformas mediáticas de intoxicación estaban poniendo que en toda Cuba había una protesta masiva: una mentira total, una calumnia, una construcción.
Yo digo, Ramonet, ¿qué se puede esperar de un gobierno de la principal potencia del mundo que para agredir a un país, que su solo pecado puede ser que quiere la autodeterminación, la independencia, la soberanía y que quiere construir un modelo diferente al que le quiere imponer, como parte de su política hegemónica, el Gobierno de los Estados Unidos, que por esa razón esa potencia acuda a un bloqueo brutal durante tantos años y que para derrocar a la Revolución tenga que acudir a la mentira? Es tan perverso, son tan vulgares esas construcciones.
Yo digo, si nosotros estamos tan equivocados, si somos tan ineficientes, si de verdad somos tan fallidos, no me apliques ninguna sanción, deja que me caiga. Pero no, sé que el ejemplo de Cuba, y te lo digo sin ninguna expresión de vanagloriarnos ni mucho menos, sin ningún chovinismo cubano…, sabemos lo que representamos en ejemplo para América Latina, el Caribe y para el mundo, porque uno ve constantemente cuánta gente en el mundo ha hecho centro de su vida la solidaridad con Cuba, y eso no es por gusto, eso es porque hay un ejemplo, porque hay una confianza, porque hay una luz que guía, con la cual nosotros asumimos un compromiso tremendo, porque eso no lo podemos defraudar. Eso es lo único que explica que un gobierno tan poderoso tenga que acudir a esas prácticas para tratar de doblegar a un pequeño país.
Foto: Alejandro Azcuy
Ignacio Ramonet.- Ustedes arrancaron, en cierta medida, antes de que la COVID-19 se extendiera al mundo.
Miguel M. Díaz-Canel.- Prepararnos antes de que llegara el primer caso. Eso significó capacitación de nuestro personal en las experiencias que había en el mundo, estudiar la enfermedad y otras cosas que ahora te voy a explicar, que también son experiencias y que salen de esa; pero el concepto que más engloba lo que hicimos y el aprendizaje es esa visión del General de Ejército, que dijo: preparen una estrategia, preparen un programa, preparen un plan de enfrentamiento a la enfermedad.
Lo segundo, la cooperación internacional. Nosotros de inmediato mandamos brigadas médicas cubanas a más de 46 países, donde en esos momentos, en algunos, estaba el epicentro de la enfermedad.
Ignacio Ramonet.- En Italia, en Lombardía.
Miguel M. Díaz-Canel.- Italia, por ejemplo, en Lombardía. Eso nos permitió apoyar a esos pueblos, ayudar, cooperar.
Ignacio Ramonet.- Y a aprender.
Miguel M. Díaz-Canel.- Pero aprendimos también, ¡aprendimos!
Recuerdo que nosotros teníamos la práctica de que cada vez que una brigada regresaba nos reuníamos con ellos y nos aportaban todas esas experiencias, y todas esas experiencias las íbamos incorporando al plan.
Tercero, desarrollar una red de laboratorios de investigaciones moleculares, de biología molecular, que se convierten en elementos importantes para poder procesar todas las muestras, que en casos de estas epidemias son masivas en determinado momento, sobre todo, cuando están los picos pandémicos; pero que cuando no hay picos pandémicos se convierten en la posibilidad de tener referencias, datos con muestras para saber qué niveles de propagación tiene la enfermedad.
El papel de la epidemiología como ciencia dentro del Sistema de Salud, porque muchas de estas enfermedades hay que enfrentarlas también con conceptos...
Ignacio Ramonet.- Tienen una lógica particular.
Miguel M. Díaz-Canel.- Una lógica epidemiológica: cómo se corta la transmisión, cómo se evita, cómo se trabaja; el trabajo integral de todas las organizaciones de la sociedad y en particular el vínculo, en el caso cubano, del Sistema de Salud –que es un sistema robusto, tenemos que decir, en medio de la situación actual, fíjate que nosotros enfrentamos la COVID-19, como te decía, en medio del bloqueo recrudecido e incluidos ya en la lista de países patrocinadores del terrorismo–, la vinculación y la articulación del Sistema de Salud con la agencia reguladora cubana de medicamentos, CECMED, y con la industria biofarmacéutica, porque entonces eso acorta los plazos de ensayos clínicos, da capacidad de ensayos clínicos, da capacidad de generación de nuevos medicamentos o de propuesta de uso de los medicamentos existentes para ir perfeccionando los protocolos de atención a la enfermedad.
El Sistema de Gestión basado en Ciencia e Innovación. Eso fue un papel fundamental, nosotros sistematizamos un encuentro, que todavía lo mantenemos, todos los martes a las dos de la tarde o a las tres de la tarde, generalmente, con los expertos, los científicos y las instituciones que trabajaban en el enfrentamiento a la COVID-19, de ahí salieron todo un grupo de investigaciones científicas. Aquí hubo un programa de más de mil investigaciones científicas, temas de investigaciones científicas; evaluación de resultados de esas investigaciones, y de ahí salió la generación de nuestras vacunas.
Recuerdo que cuando empezamos a tener el pico pandémico con la cepa Delta, y que veíamos que los mecanismos de distribución de vacunas en el mundo eran totalmente desiguales y favorecían a los ricos y no a los pobres...
Ignacio Ramonet.- Además, había que comprarlas.
Miguel M. Díaz-Canel.- Había que comprarlas, y les pedimos a nuestros científicos: “Necesitamos vacunas cubanas para tener soberanía y enfrentar esto”. Y a los tres meses había el primer candidato vacunal, después la historia la conocemos: cinco candidatos vacunales, hoy tres son vacunas bien probadas en eficiencia y en eficacia; otras dos siguen en ensayos clínicos, y van a ser vacunas muy prometedoras, y desde que empezamos a aplicar... ¡Ah!, que es otra de las enseñanzas: tú puedes tener la capacidad de generar las vacunas, que no es muy frecuente, no más de diez países pudieron generar sus vacunas, ninguno del Sur.
Ignacio Ramonet.- Algunas potencias no lo consiguieron.
Miguel M. Díaz-Canel.- Hubo potencias que no lo consiguieron, y compartimos y transferimos esa tecnología a otros países y la compartimos con otras naciones.
Es tener esa capacidad de hacer tus vacunas, pero tener la capacidad de poder enfrentar una campaña de vacunación masiva en poco tiempo. Aplicamos 40 millones de dosis de vacunas en menos de dos años, para eso hay que tener un sistema organizado a nivel social, a nivel comunitario, porque no solo se vacunaba en los policlínicos, habían instituciones como escuelas donde casi se organizaron consultorios de vacunación y donde estaba el personal de la Salud, pero junto con las instituciones sociales para hacer esa vacunación.
Ignacio Ramonet.- Y eso en medio de este bloqueo recrudecido que usted describió anteriormente.
Miguel M. Díaz-Canel.- Hay un dato que no tengo, creo que para nosotros en esas condiciones era imposible calcularlo. Cuando yo veía y estudiaba –en ese tiempo estudiamos mucho lo que estaba pasando en el mundo con la COVID-19– los billones que se entregaban a compañías farmacéuticas para desarrollar la investigación, te aseguro que nosotros no pudimos ponerles ni más de 50 millones a las instituciones científicas nuestras.
Claro, tú me dices: “Eso no puede ser”, está lo que te explicaba antes, todo el conocimiento.
Ignacio Ramonet.- Aquí trabaja todo el aparato...
Miguel M. Díaz-Canel.- Todo el desarrollo pretérito producto de la idea visionaria del Comandante en Jefe, que después tiene una transformación cuando el General de Ejército, lo que había sido un sistema presupuestado del Polo Científico se convirtió también en un potente sistema empresarial de círculo cerrado de producción de medicamentos y en particular de medicamentos biotecnológicos.
Ignacio Ramonet.- Y de exportación también.
Miguel M. Díaz-Canel.- Si no hubiera existido toda esa preparación, no hubiéramos podido enfrentar eso, ¡y las vacunas salvaron al país! Cuando teníamos vacunado a más del 60 % de la población con una sola dosis, enseguida bajó el pico pandémico.
Ignacio Ramonet.- Bajó la curva de la...
Miguel M. Díaz-Canel.- Después abrimos las fronteras del país, entró la cepa Ómicron, que en el mundo provocó picos pandémicos más altos, en Cuba un tercio del pico pandémico anterior y solo duró dos o tres semanas, porque ya el nivel de inmunidad que tenía nuestra gente con los efectos de la vacuna eran altos.
Ignacio Ramonet.- Era alto.
Miguel M. Díaz-Canel.- Entonces, esos son otros aprendizajes.
El papel de las ciencias sociales, porque cuando tú enfrentas un tema como una epidemia…
Ignacio Ramonet.- La COVID-19, la misma epidemia.
Miguel M. Díaz-Canel.- Que no solo lo puedes ver como un problema de salud, hay afectaciones psicológicas, se mueve distinto la sociedad, en otras condiciones, en condiciones de aislamiento o distanciamiento físico, cómo tú atiendes a las personas con menos posibilidades, más vulnerables. Todo eso llevó propuestas.
Ignacio Ramonet.- Entonces, también la mortalidad, con lo que eso afecta.
Miguel M. Díaz-Canel.- Todo eso llevó análisis y propuestas desde las ciencias sociales, que se integraron a todo este sistema.
La información honesta, clara, oportuna y sistemática. Todos los días había un espacio en nuestros medios donde, incluso, uno de nuestros más brillantes epidemiólogos se convirtió en un líder de opinión.
Ignacio Ramonet.- Se transformó en una personalidad popular.
Miguel M. Díaz-Canel.- Todos los días explicaba qué estaba pasando, cuántas eran las muertes, cuántos eran los casos de ingresos, cómo subían o bajaban las tasas y cómo se tenían los comportamientos.
Ignacio Ramonet.- Cuba demostró o confirmó en ese momento que a pesar de todas las dificultades, de las que hemos hablado aquí, era una potencia en materia de salud. ¿Qué anuncios podría usted hacer a la humanidad de los aportes que los científicos cubanos podrían anunciar?
Miguel M. Díaz-Canel.- En estos momentos, a partir de estos aprendizajes, ¿qué nosotros nos hemos propuesto? Se elaboró un compendio con las experiencias y los aprendizajes, y estamos diseñando un ejercicio, que lo vamos a hacer a nivel nacional, para incluir esos aprendizajes en nuestro Sistema de Salud.
Segundo, se está defendiendo, y ya se ha ido presentando en estos mismos encuentros que hacemos sistemáticamente, el programa con el concepto de una sola salud, que vincula todo lo de diagnóstico, el tratamiento de emergencia y todo el análisis integral de las enfermedades.
Dentro de los aprendizajes hay cosas que lo que hicieron fue confirmarnos ideas, por ejemplo, el papel de la atención primaria, diseño también de Fidel con el concepto del médico de la familia.
Ignacio Ramonet.- Del barrio, de la familia.
Miguel M. Díaz-Canel.- La COVID-19 confirmó cuán útil es la atención primaria, y ahora estamos actualizando dentro de la atención primaria esos aprendizajes de la COVID-19.
Seguimos desarrollando la capacidad de medios de diagnóstico. Nosotros, además de usar los PCR y eso, llegamos, en el momento de la COVID-19, a diseñar con nuestras instituciones científicas mecanismos propios de diagnósticos y técnicas de diagnóstico que también apoyaron.
Hemos continuado y podemos compartir con el mundo los estudios de las secuelas que deja la COVID-19. El tema no era solo enfrentar la enfermedad, no era salvar las vidas, es cómo garantizamos calidad de vida a los que fueron pacientes de la COVID-19, y hay un grupo de investigaciones.
Ignacio Ramonet.- Los que sobrevivieron a la enfermedad.
Miguel M. Díaz-Canel.- Hemos mantenido el desarrollo del sistema de ciencia e innovación que aplicamos en la COVID-19, por eso mantenemos los encuentros y semanalmente se analizan y se actualizan determinadas temáticas.
Quiero decirte que hay avances importantes, llegarán los momentos de anunciarlos, esperaremos por los resultados clínicos; pero hay avances importantes en el estudio de muchas enfermedades y, sobre todo, de soluciones terapéuticas con medicamentos biotecnológicos y técnicas avanzadas para enfermedades, para diferentes tipos de cáncer. Estamos trabajando –nuestra población ha envejecido– los temas del Alzheimer, del mal de Parkinson, los estudios sobre un grupo importante de enfermedades degenerativas, o sea que hay toda una amplia gama de resultados científicos que creo que van a tener una repercusión a nivel de país para seguir fortaleciendo la calidad de la salud cubana pero también a nivel internacional.
En estos momentos, con licencias que ha dado dentro del recrudecimiento del bloqueo el Gobierno de los Estados Unidos, estamos haciendo, en conjunto con instituciones norteamericanas, dos ensayos clínicos importantes: uno de una vacuna contra el cáncer pulmonar que ya la tenemos probada en Cuba, que tiene muy buenos resultados, y se ha autorizado recientemente el estudio de un ensayo clínico con relación al medicamento del Heberprot-P, que es un medicamento que ayuda a las personas que padecen de diabetes, el tratamiento de la úlcera de pie diabético, a niveles impresionantes, de cómo logra curar la úlcera de pie diabético y evita una de las cosas más desagradables para una persona que es la amputación. Hoy en el mundo una amputación cuesta miles de dólares en cualquier país y, además, hay muchos pacientes con diabetes, muchos pacientes que la solución que encuentran al avance progresivo de esta enfermedad es lamentablemente la amputación. También son resultados importantes.
Ignacio Ramonet.- Estas palabras, creo que van a ser muy comentadas, es decir, les van a dar mucha esperanza a muchas personas en el mundo, y esperemos que la ciencia cubana consiga estos resultados, Presidente.
Miguel M. Díaz-Canel.- Que la ciencia cubana pueda desentrañar esos misterios. Y estamos trabajando también las investigaciones para llegar a la vacuna contra el dengue.
Ignacio Ramonet.- Hay una vacuna ya japonesa contra el dengue.
Miguel M. Díaz-Canel.- Aquí lo que estamos es trabajando una vacuna, hay alrededor de cuatro cepas, hay varias cepas del dengue, que no trabaje solo sobre una cepa sino que trabaje sobre todos los tipos de dengue que existen.
Ignacio Ramonet.- ¡Excelente!
Presidente, la última pregunta de este bloque sobre economía y tecnología.
Usted es un defensor del uso de la tecnología, y todos sabemos que la tecnología, la inteligencia artificial, la digitalización, están transformando nuestras sociedades. Usted ha apostado en particular por la informatización de la sociedad cubana. ¿Podría decirnos cómo está avanzando ese proyecto y qué le aporta la informatización de la sociedad a las ciudadanas y ciudadanos cubanos?
Miguel M. Díaz-Canel.- Nosotros definimos tres prioridades de la Gestión de Gobierno, que son: en un primer momento, Informatización de la Sociedad, que ahora hemos avanzado en el concepto y lo hemos llevado a Transformación Digital de la Sociedad, parece lo mismo pero no es igual, ya el tema no es solo de llevar todo a plataformas digitales sino de tener un concepto de la vida y una manera de actuar de manera digital. O sea, defendemos la transformación digital como un pilar de la Gestión de Gobierno en conjunto con la ciencia y la innovación y con la comunicación social. Son los tres pilares de Gobierno y están muy íntimamente relacionados.
Ignacio Ramonet.- En el sector financiero también es muy importante.
Miguel M. Díaz-Canel.- Fíjate que uno de los elementos que destaqué como un aprendizaje fue la comunicación social o institucional que se hizo con la COVID-19.
Entonces, ya yo diría que la transformación digital de la sociedad es una realidad. Nosotros tenemos 7,7 millones de personas registradas con la telefonía móvil y alrededor de 8 millones que acceden a Internet, hemos ampliado las redes móviles aunque todavía necesitamos lograr más cobertura, tiene que ver también con que lleva inversiones en tecnología y pasa por todos estos problemas, pero hemos logrado mantener un nivel.
Ignacio Ramonet.- Eso es costoso.
Miguel M. Díaz-Canel.- Hoy nosotros estamos por encima de la media a nivel mundial.
Ha existido un debate muy actualizado sobre los temas de transformación digital, inteligencia artificial, economía digital. Como parte de todo ese debate fundamos hace unos años la Unión de Informáticos de Cuba, donde están reunidos también todas las personas, los expertos sobre estos temas y ahí se promueve también mucho debate y también salidas para apoyar los procesos de transformación digital.
En las próximas semanas se van a presentar al Consejo de Ministros la actualización de la Política de Transformación Digital del País, la Agenda Digital del País y la Política de Uso de la Inteligencia Artificial, aquí con un enfoque holístico, o sea, no vemos solo la inteligencia artificial por los resultados que nos pueda dar en los procesos productivos de servicios a la población en materia de eficiencia, sino también en los aspectos éticos y todo un grupo de elementos que hay que tener en cuenta alrededor de la inteligencia artificial.
Estamos llevando la transformación digital y llevaremos también el aporte de la inteligencia artificial a los siguientes ámbitos: al ámbito del sector productivo de bienes y servicios, porque la transformación digital y la inteligencia artificial nos pueden ayudar mucho en lograr eficiencia en los procesos productivos y de servicios, sobre todo, cuando nosotros tenemos que enfrentar una dinámica demográfica donde el país cada vez envejece más, por lo tanto, tenemos que buscar que nuestros procesos productivos y de servicios sean más eficientes, que con menos personas tengamos más productividad para atender a la mayor parte de las personas, y de ahí que la automatización, la informatización, la digitalización son herramientas que dan un buen resultado.
La digitalización también llevada al ámbito de la administración pública, porque un elemento importante en el que estamos desarrollando la transformación digital es el Gobierno Electrónico, el que haya una interacción de los ciudadanos con toda la actividad de gobierno, que garantice también mayores espacios de participación ciudadana en la gestión de gobierno. Hemos logrado, por ejemplo, que todos los municipios del país, todas las provincias, todos los ministerios y la mayor parte de las instituciones tengan portales digitales o plataformas web con las cuales interactúan con la población.
En los últimos tiempos los proyectos de leyes que se han llevado a la aprobación de la Asamblea Nacional, antes se han podido ubicar en plataformas digitales, se han recogido con interacción los criterios de la población y eso nos ha llevado a la Asamblea Nacional con modificaciones que robustecen y perfeccionan ese proceso de creación normativa.
Próximamente lo haremos público, ya está a punto, se están dando los últimos resultados, vamos a presentar el Portal del Ciudadano Cubano. Será una plataforma donde el ciudadano cubano puede construir su perfil y por ahí acceder a una multitud importantísima de trámites sin tener que pasar por oficinas, sin papel y le van a hacer la vida mucho más factible.
De hecho, muchos de esos trámites están ya en plataformas de determinados organismos e instituciones, pero ahora vas a tener en una sola plataforma con tu perfil la posibilidad de todos esos trámites y, además, mucha información a la población también como parte de eso; que uno pueda buscar cualquier duda que tenga sobre un proceso, sobre un procedimiento, sobre una ley, sobre una determinada problemática, la pueda trabajar, y será otro salto en eso.
Todo ese proceso de transformación digital y de uso de la inteligencia artificial la estamos apoyando con el desarrollo de la ciberseguridad, para evitar los ataques cibernéticos, para tener seguridad en todas estas plataformas.
De una manera muy creativa, y son de las cosas que uno se impresiona constantemente y sobre todo por la actividad de los jóvenes, nuestro país hoy tiene toda una suite de aplicaciones informáticas, de aplicaciones para móviles desarrolladas localmente por cubanos, que funcionan perfectamente, incluso, ya tenemos la variante en nuestra tienda, que es una aplicación que se llama Apklis, donde ahí puedes bajar aplicaciones cubanas y aplicaciones de otros lugares, pero están ahí, hay varias aplicaciones cubanas, muchas de ellas se van convirtiendo en referente para la población.
Tenemos sistemas operativos cubanos, tenemos diseños y producciones limitadas todavía por los problemas de financiamiento, de equipamiento informático cubano, laptop, Tablet, PC.
Ignacio Ramonet.- Hay robotización.
Miguel M. Díaz-Canel.- Tenemos también experiencias de robotización. Uno de esos ejemplos lo podemos poner cuando la COVID-19. Cuando la COVID-19 quisimos ampliar las salas de cuidados intensivos para evitar que hubiera colapso en los hospitales, cada vez que íbamos a una compañía a comprarles ventiladores pulmonares nos los negaron, por las leyes del bloqueo. Le dimos la tarea a un grupo de científicos jóvenes de una de nuestras instituciones, y se lograron los prototipos y ya son hoy ventiladores pulmonares de altas prestaciones, con niveles de digitalización, te digo, brillantes, excelentes. Confirmado su uso, su calidad por los mejores expertos de cuidados intensivos, de anestesia en nuestro país, de personal médico sumamente calificado, y te digo que ese es otro de los orgullos que uno siente como cubano, que uno demande algo a nuestro personal científico, dentro de ellos a los jóvenes, y que haya respuestas inmediatas, pero respuestas elevadas, o sea, respuestas que están al nivel de cualquier desarrollo a nivel internacional.
Ignacio Ramonet.- ¿La inteligencia artificial, están desarrollando ustedes sus propias aplicaciones?
Miguel M. Díaz-Canel.- Sí, tenemos nuestras propias plataformas que se van desarrollando, nuestras propias aplicaciones, nuestros propios diseños para ir incorporándolos a procesos productivos y a procesos de servicios.
Ignacio Ramonet.- ¿En la informática cuántica ustedes están trabajando?
Miguel M. Díaz-Canel.- También. Claro, ya la adquisición de computadoras cuánticas y eso pasa por todos estos problemas, pero tenemos la preparación.
Ignacio Ramonet.- Tienen ustedes los especialistas.
Miguel M. Díaz-Canel.- Tenemos la preparación, tenemos a los especialistas formados, hay todo un nivel de conocimiento y actualización y de intercambio internacional.
Ignacio Ramonet.- ¿Usted piensa que se podría trabajar en el marco de la integración latinoamericana sobre esos temas en particular?
Miguel M. Díaz-Canel.- Yo creo que sí, fue una de las cosas que nos propusimos.
Ahora cuando estuvimos en el aniversario del ALBA y la Cumbre del ALBA, en Venezuela, se planteó la necesidad de crear las plataformas que integraran a América Latina y el Caribe, a los países del ALBA con relación al tema de la digitalización y la inteligencia artificial.
Nosotros, modestamente, dijimos que estábamos dispuestos a cooperar con los desarrollos que tenemos en el país.
Ignacio Ramonet.- Incluso con unidades docentes, ¿verdad?, sobre todo, universidades especializadas.
Miguel M. Díaz-Canel.- Unidades docentes, preparación, participar en proyectos conjuntos; poner nuestras aplicaciones también a disposición del resto de los países. Eso es una de las cosas que ya va teniendo efecto.
Hemos iniciado un proceso de bancarización, o sea, de digitalización de la banca cubana, que tiene que ver con estas cosas que vamos logrando.
Ignacio Ramonet.- Esto también financieramente ayuda a la desaparición del dinero material, que hay que fabricar, transportar, comprar.
Miguel M. Díaz-Canel.- Del dinero en efectivo. Tenemos también mucha aplicación en los sistemas de georreferenciación de procesos, geolocalización de procesos; el trabajo para los estimados de cosechas mediante el uso de estas tecnologías.
Hay una enorme avidez de conocimiento y desarrollo en jóvenes científicos cubanos y en profesionales cubanos.
Foto: Alejandro Azcuy
Ignacio Ramonet.- Aquí vamos a marcar una pausa, Presidente.
Presidente, vamos a abordar el segundo bloque de nuestra entrevista, que son preguntas sobre la economía, vamos a hacer esencialmente cuatro preguntas.
La primera es la siguiente: Quisiera saber qué evaluación hace usted del estado actual de la economía cubana y qué medidas está tomando su Gobierno para enfrentar algunos de los desafíos actuales, además del bloqueo, obviamente, como son, por ejemplo, la inflación, que usted ya abordó en parte; la dolarización parcial que se está produciendo, y también la falta de inversiones extranjeras directas importantes que se producen.
Miguel M. Díaz-Canel.- Ramonet, creo que una parte de la pregunta, como respuesta la avanzamos cuando hacíamos la descripción de lo que significaba el bloqueo, porque es precisamente ese bloqueo el que da la nueva situación económica, que es la descrita.
O sea que resumiéndola, para centrarnos más entonces en qué es lo que vamos a hacer para superar esa situación, hay que decir que es una economía que hoy funciona en condiciones de complejidad y donde hay todo un grupo de desequilibrios económicos.
Entonces, para enfrentar eso ¿qué nosotros estamos planteando? Primero, se ha diseñado un Programa de Estabilización Macroeconómica que se va a desarrollar durante un periodo prolongado, digamos, hasta el año 2030, y que habrá que estar ajustando constantemente para en el menor tiempo posible lograr los equilibrios macroeconómicos que necesita el país. Ahí atiende los problemas de la inflación, los problemas del mercado cambiario y, por supuesto, la tasa de cambio; atiende la política monetaria, la política fiscal, los incentivos para la producción nacional y las exportaciones; lleva también elementos de salarios, pensiones, empleo y todo el reordenamiento que debemos hacer del sistema económico, y las políticas que tienen que ver con el uso de nuestras finanzas, con la asignación de recursos, con el papel de la empresa estatal, con la relación entre la empresa estatal y el resto de los actores económicos.
Ahora, parte de varias premisas. Una premisa es que estamos buscando las maneras en que nosotros estimulamos la producción nacional, porque estimulando la producción nacional ganamos en soberanía económica; estimulando la producción nacional podemos lograr también satisfacer necesidades internas del país, que el mercado interno se convierta en una fuente de desarrollo.
Ignacio Ramonet.- ¿Usted piensa sobre todo en la agricultura, por ejemplo, para la soberanía alimentaria?
Miguel M. Díaz-Canel.- Estamos hablando precisamente de ella.
Nosotros podemos producir una parte importante de los alimentos que necesita el país e importar menos alimentos. Hoy tenemos que disponer de más de 2 000 millones de dólares para importar alimentos, que porque los inviertas no siempre importas ni la misma cantidad ni más; al contrario, importas menos porque suben los precios y suben los fletes.
Además, que de ese incremento de la producción nacional y de la eficiencia de esa producción nacional también logremos la competitividad en las exportaciones para ingresar divisas y hacer sostenible esa producción nacional.
Ese concepto de estimulación de la producción nacional y, sobre todo, de la agricultura lo estamos llevando no a la escala de país, sino que lo estamos llevando a que la escala país se construya desde la escala local: cómo cada municipio tiene un programa de autoabastecimiento municipal, cómo cada provincia tiene un programa de autoabastecimiento de la provincia, y que todos esos esfuerzos y toda esa construcción desde la comunidad, desde el barrio, por el municipio, la provincia, lleguen hasta el país y estabilicen la situación alimentaria del país.
Para eso hemos desarrollado una Política de Soberanía Alimentaria y hay una Ley de Soberanía Alimentaria.
Ignacio Ramonet.- ¿Está dando resultados? ¿Usted ve los resultados?
Miguel M. Díaz-Canel.- Yo tengo una vivencia. Desde enero estamos recorriendo todos los meses todas las provincias del país y en cada provincia estamos visitando un municipio diferente cada mes.
¿Qué hemos observado? Hemos observado buenas experiencias donde colectivos obreros y de trabajadores, con los liderazgos que tienen, hacen las cosas de manera diferente, y en condiciones de bloqueo recrudecido, igual que están todos los otros, encuentran respuestas para lo que tenemos que lograr, incluso, muchas de ellas en el plano de la producción de alimentos. He visto cosas interesantísimas en ese sentido.
Ignacio Ramonet.- Que se podrían extender a otros lugares del país.
Miguel M. Díaz-Canel.- Ajá, pero digamos que hoy son excepciones.
Entonces, tenemos otros lugares que hemos visitado también donde los desempeños no son los adecuados, y donde los colectivos tal vez están más abrumados por el peso de las restricciones del bloqueo y no por el pensamiento que queremos desarrollar que es el pensamiento de la resistencia creativa: “Yo por el bloqueo estoy afectado en esto y esto, pero en condiciones de bloqueo puedo hacer esto, esto, esto y superar y avanzar”.
Lo que pretendemos es que entonces esos sean inspiradores, estos inspirados en el ejemplo de esos que hacen las cosas distintas adquieran esa experiencia y vayan a un desempeño mejor, y entonces lo que hoy es excepción se convierta en regla.
Pero ya hay una cosa interesante, porque, te digo, estas convicciones y estos criterios que estoy compartiendo contigo no son una convocatoria ni es una propaganda nuestra, es que uno lo tiene como convicción precisamente por lo que está apreciando en esas visitas a cada lugar del país.
Entonces, por ejemplo, en los recorridos de marzo y abril qué empezamos a observar, que lugares que cerraron 2023, el pasado año, con desempeños improductivos, irrentables, ineficientes, empiezan a dejar atrás esta situación y empiezan a acercarse a esto. ¿Ahora qué tenemos que lograr? Que esa transformación sea sostenible en el tiempo. Creo que ahí están las respuestas, nosotros mismos tenemos las respuestas.
¿Qué les estamos diciendo después cuando compartimos con las direcciones de los territorios? Hay que llevar este que no lo hace bien a los conceptos de este que lo hace bien, la experiencia la tienen ahí mismo.
Es muy estimulante ver cómo en cada lugar del país hay cosas que todavía no tienen los niveles productivos de actividades, de aportes que necesitamos, pero hay también las luces en esos ejemplos.
Ignacio Ramonet.- Por parte del Estado se han hecho las reformas necesarias de leyes, para facilitar una nueva producción.
Miguel M. Díaz-Canel.- Todavía tenemos que garantizar que la empresa estatal pueda operar en las mismas condiciones con que trabaja el sector no estatal, pero hoy la empresa estatal tiene un grupo de facultades que se le han dado, lo que siempre no se aprovechan bien. En la misma medida en que se aproveche con una cultura empresarial más avanzada, más flexible, indudablemente va a tener un impacto.
Entonces, un concepto fundamental: ciencia e innovación. Un país pobre como el nuestro, con escasos recursos naturales pero con mucho talento, tiene una construcción que fundó el Comandante en Jefe, que le dio continuidad el General de Ejército y que se sigue ampliando y actualizando en medio de estas condiciones: que las respuestas a nuestros problemas hay que encontrarlas en la investigación científica, llevado todo eso a innovación. Por eso hemos apostado a un Sistema de Gestión de Gobierno basado en Ciencia e Innovación para aplicar en todos los ámbitos. Fue como enfrentamos la COVID-19 y ahora lo estamos llevando al campo de la agricultura, al ámbito de la industria, al tema de la producción de alimentos.
Está también la atención a las personas y a las familias en condiciones de vulnerabilidad. Cada una de las medidas que vayamos a aplicar tiene que tener un tratamiento para que las personas vulnerables y las familias en situaciones de vulnerabilidad no se afecten, porque el propósito de nosotros no es crear más desigualdades; al contrario, es reducir la brecha de desigualdades, y que seamos capaces de producir conscientes de que las riquezas que seamos capaces de generar son las que podemos distribuir y que las vamos a distribuir con justicia social.
Ignacio Ramonet.- Señor, Presidente, entre los cambios que ha habido en la economía en Cuba en estos últimos años está la aparición de un espacio de economía de mercado, ¿verdad? En particular, esto se ha ampliado últimamente con el desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas, que aquí se llaman mipymes. ¿Cuál es su evaluación de este fenómeno que está transformando el tejido económico de Cuba?
Miguel M. Díaz-Canel.- En este sentido creo que hay que hacer algunas aclaraciones.
Primero, nosotros tenemos una economía planificada que toma en cuenta las señales del mercado, pero no es una economía que está basada en economía pura de mercado, hay un concepto de justicia social donde las leyes de mercado no son las que conducen el desarrollo económico, porque sobre todo se piensa mucho en función de la gente. Y se critica a veces la eficiencia de la economía cubana desde una concepción puramente economicista, pero yo digo: esa economía bloqueada, que todavía no satisface todas nuestras necesidades, mantiene importantes conquistas sociales que hoy en Cuba se asumen como derecho; pero que en muchos lugares todavía no son una conquista. Entonces, creo que también hay un determinado nivel de injusticia al valorar exactamente el comportamiento de la economía cubana. Por una parte, es una economía planificada pero que toma en cuenta, reconoce las señales del mercado y las leyes del mercado.
Por otra parte, el sector de las mipymes. Primero, hay mipymes estatales y hay mipymes no estatales, privadas, o sea, no es un campo solo del sector privado. Y el sector privado existía en Cuba, aquí lo que se ha ampliado, porque una parte importante de la producción agropecuaria está en manos de campesinos privados y de cooperativas agropecuarias.
Estaba el trabajo por cuenta propia, lo que pasa es que al no tener el desarrollo de las mipymes, en el trabajo por cuenta propia se confundía el trabajo propio de oficio y ya generaba determinadas articulaciones o determinadas relaciones que eran más que trabajos por cuenta propia y se convertían en organizaciones.
Ignacio Ramonet.- Sí, ya eran pequeñas empresas con asalariados.
Miguel M. Díaz-Canel.- Empresas de esas que, aunque no se reconocieran, funcionaban así. O sea, lo que creo es que hicimos una actualización de la situación que teníamos, y que se ha planteado algo que es muy coherente, que es aprovechar todas las potencialidades que tiene el país. Entonces, es una empresa estatal que debe desempeñar el rol fundamental dentro de la construcción socialista, pero que tiene como complemento de la actividad económica un sector privado.
Ignacio Ramonet.- ¿Qué representa actualmente este sector de mercado privado?
Miguel M. Díaz-Canel.- Hoy cuando la gente habla de la dinámica que tienen las mipymes, dice: “No, pero están creciendo mucho”. Están creciendo, es un proceso relativamente nuevo, y digamos que ya tenemos en el entorno de las 10 mil mipymes; pero uno de nuestros conceptos, como parte de la construcción socialista, es que los principales medios de producción están en manos del Estado y lo representan las empresas estatales. Por lo tanto, el mayor peso de la economía está en el sector estatal, sin negar este aporte importante del sector no estatal.
Creo que también ha sido un ámbito relativamente nuevo en el perfeccionamiento de nuestro sistema económico-social. Ahora lo que tenemos es que corregir algunas distorsiones que hay en las relaciones entre la empresa estatal y las entidades estatales con las entidades no estatales, de manera tal que todos, como parte de un conjunto de actores económicos en nuestra sociedad, aporten y estén insertados en el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social. Y por eso, con intercambio con ese sector no estatal, con intercambio con el sector empresarial cubano, estamos ahora actualizando todo un grupo de normas para que esto funcione con más coherencia, y que realmente potencie la economía del país desde el aporte de lo estatal y desde el aporte de este sector no estatal.
Aquí estamos insistiendo también en que muchas de estas empresas se formen a partir del concepto de empresas de alta tecnología y de empresas innovadoras, y las podemos tener en el sector estatal; porque una de las características de las mipymes, sean estatales o privadas, es que son empresas que por su concepción, por la manera en que operan se adaptan más rápido a los cambios, tienen más capacidades para la innovación.
Ignacio Ramonet.- También son más pequeñitas.
Miguel M. Díaz-Canel.- Son más pequeñas, funcionan de una manera más flexible y, por lo tanto, los aportes y la dinámica que le pueden aportar a la economía son muy importantes.
Ignacio Ramonet.- ¿Usted piensa que este sector se va a seguir ampliando?
Miguel M. Díaz-Canel.- Creo que este sector va a seguir ampliándose, va a seguir formando parte de nuestro entramado de actores económicos, y va a ser un sector que no va a ser enemigo de la Revolución; es un sector que va a aportar, porque, además, es un sector que se ha creado en las condiciones de Revolución. Aunque hay una pretensión, que conocemos, muy directa del Gobierno de los Estados Unidos de tratar de convertir a este sector en un sector de oposición a la Revolución.
Ahora hay una enorme contradicción: hay senadores, congresistas, líderes de opinión en los Estados Unidos que dicen que hay que apoyar no al sector estatal, sino que hay que ponerle dinero para convertir en agentes de cambio a las mipymes. Hay otros que dicen que las mipymes, como son engendros del Estado cubano para lograr determinada fachada, hay que cortarlas. Hasta ellos mismos tienen una contradicción, contradicción que no se genera en Cuba, en Cuba forman parte de un tejido empresarial necesario para seguir avanzando en la construcción socialista, implicados y comprometidos con el Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social, y sí atentos a que no haya distorsiones en ese empeño.
Ignacio Ramonet.- Presidente, vamos a hablar de la COVID-19, aunque ya dijo usted antes unas palabras importantes; pero recordemos que Cuba, gracias a sus científicos, gracias a sus industrias biofarmacéuticas, fue de los pocos países del mundo que pudo vacunar a toda su población con vacunas propias, una proeza excepcional en el marco, sobre todo, de un país bloqueado y con recursos limitados. ¿Qué lecciones aprendió usted de esa crisis? También es importante, ¿qué nuevos aportes podría hacer Cuba al mundo en materia de salud?
Miguel M. Díaz-Canel.- Ramonet, primero creo que tenemos que hablar de que el mundo se estremeció con la COVID-19, y que el mundo debe sacar lecciones de la COVID-19. Creo que la primera lección que debe sacar el mundo de la COVID-19 es que hay que dedicar mayores medios, mayores financiamientos, mayor dinero a lograr en todos los países sistemas de salud potentes.
Ignacio Ramonet.- Públicos.
Miguel M. Díaz-Canel.- Públicos, resilientes y en función de todos y no de una minoría.
Por otra parte, es importante la cooperación internacional en materia de COVID-19 y no el egoísmo. Yo, tal vez un poco idealistamente –tiene que ver con las convicciones que uno tiene, con la formación dentro la Revolución– aspiraba a que después de la COVID-19 el mundo iba a ser más solidario, el mundo iba a cooperar más, el mundo se iba a complementar mejor, y ha sucedido todo lo contrario: el mundo ha ido a la guerra, al incremento de las sanciones, a los bloqueos, a la construcción de muros para resolver los problemas internacionales.
Ignacio Ramonet.- Discursos de odio, la extrema derecha.
Miguel M. Díaz-Canel.- Discursos de odio, todo el tema de las redes sociales donde hay asesinatos de reputación, el bullying, la saña, la mentira, la calumnia y, sobre todo, lo que tú destacabas: ese discurso de odio, ese discurso vulgar, ese discurso banal que no ayuda a una mejor relación a nivel internacional.
Esto nos demuestra que hace falta un Nuevo Orden Económico Internacional que sea inclusivo, que garantice equidad y que sea justo.
Ignacio Ramonet.- Que sea solidario.
Miguel M. Díaz-Canel.- Que sea solidario, que es lo contrario del actual Orden Económico Internacional.
¿Qué aprendimos nosotros con la COVID-19? Una primera enseñanza tiene que ver con el aprendizaje que tenemos del General de Ejército Raúl Castro. Andaba la COVID-19 por el mundo, ya empezaban las primeras noticias de la COVID-19, no había ningún caso en Cuba todavía –estamos hablando de enero de 2020–, y el General de Ejército nos dijo: hay que estudiar de inmediato lo que está pasando en el mundo y preparar un plan nacional de enfrentamiento a la epidemia. O sea, nosotros aprendimos que había que tener la capacidad de diseñar un programa integral de trabajo o una estrategia de enfrentamiento a la COVID-19 que implicara a todas las instituciones del Estado, a las instituciones también sociales, al sector no estatal de la economía, a fin de cuentas que como país asumiéramos un plan/país que nos permitiera adelantarnos y preparar condiciones para enfrentar esa situación. Ese es un primer aprendizaje, porque nosotros, por ese plan, por esa estrategia fue que pudimos adelantarnos.
Foto: Alejandro Azcuy
Ignacio Ramonet.- Señor Presidente, vamos a abordar el tercer bloque de esta entrevista, es sobre política internacional.
Desde hace años Cuba obtiene una gran victoria en la Asamblea General de las Naciones Unidas contra el ilegal bloqueo de Estados Unidos contra su país; pero claramente esa victoria no ha desembocado en resultados concretos, Estados Unidos no cede y no levanta el bloqueo. ¿Qué nuevas iniciativas podría usted anunciar para avanzar hacia el levantamiento del bloqueo? Yo le pregunto, por ejemplo, ¿ha tratado usted de conversar directamente con el Presidente Biden?
Miguel M. Díaz-Canel.- Ramonet, es cierta la visión que tú tienes del tema, que llama también a algunas reflexiones. ¿Cómo es posible que la principal potencia del mundo, o la potencia más poderosa del mundo no reciba ningún apoyo, un mínimo apoyo, solo del Estado de Israel; el resto de los países votan a favor de Cuba en relación con la resolución cubana contra el bloqueo, que se presenta año tras año en la Asamblea General de las Naciones Unidas, que el pasado año fue la 31 reunión en la cual se condena mayoritariamente el bloqueo, y que no haya una respuesta? Eso solo demuestra la prepotencia del imperio, y demuestra –algo que yo diría que es más serio y de lo cual todo el mundo debía tener un aprendizaje y una lección– el desprecio por lo que opina el resto del mundo. Es el desprecio a nuestros pueblos, cuando todo el mundo ve como un hecho bochornoso que un país pequeño esté sometido a un bloqueo criminal y genocida, como es el bloqueo del Gobierno de los Estado Unidos contra Cuba, que se hagan oídos sordos ante ese reclamo mundial.
Y, fíjate, ese reclamo no se expresa solamente en la votación en las Naciones Unidas, cada vez es más común la cantidad de países, organizaciones de países, bloques regionales e instituciones internacionales que, año por año, también aprueban resoluciones contra el bloqueo o medidas de condena al bloqueo. Cada vez son más los líderes de países que en la Asamblea General de las Naciones Unidas se pronuncian con nombre y apellidos en contra del bloqueo. Por ejemplo, en la última Asamblea General de las Naciones Unidas donde se debatió el tema del bloqueo, 44 líderes de países del mundo se pronunciaron…
Ignacio Ramonet.- De todo tipo de ideologías.
Miguel M. Díaz-Canel.- De todo tipo de ideologías, se pronunciaron en contra del bloqueo, por ejemplo, la Unión Africana, el Grupo de los 77, la CELAC, el ALBA, todos son bloques regionales. Un grupo de instituciones, incluso instituciones que dan recomendaciones al Informe del Secretario General de las Naciones Unidas apoyando la posición de Cuba en contra del bloqueo. Y cada vez más son los hechos, yo diría ya cotidianos, de actividades de protesta contra el bloqueo que día a día, semana a semana, fin de semana por fin de semana se gestan en el mundo. Nosotros tenemos registradas más de 2 000 manifestaciones de apoyo a Cuba, en este sentido, solo en el pasado año, y ya en los meses que han transcurrido en este año han existido innumerables momentos de apoyo contra el bloqueo.
Nosotros le hemos hecho llegar, por vías directas e indirectas, a la actual administración del Gobierno de los Estados Unidos que estamos dispuestos a sentarnos en una mesa en igualdad de condiciones, sin imposiciones y sin condicionamientos, para hablar de todos los temas que tienen que ver con la relación entre Cuba y los Estados Unidos, todos los temas que quieran discutir; pero sin condicionamientos y en igualdad de condiciones.
Porque, a fin de cuentas, en el bloqueo hay una relación, digamos, unilateral: Cuba no ha afectado a los Estados Unidos, Cuba no ha tomado ninguna medida en contra del Gobierno de los Estados Unidos; el Gobierno de los Estados Unidos fue el que impuso de manera unilateral el bloqueo, por lo tanto, el Gobierno de los Estados Unidos es el que tiene de manera unilateral que quitar el bloqueo. Nosotros no pedimos ni favores ni tenemos que tener ningún gesto para que nos quiten el bloqueo, sencillamente es un derecho del pueblo cubano. Un derecho del pueblo cubano a poder desarrollarse en un ambiente de paz, de igualdad, sin medidas coercitivas, sin imposiciones, y estamos dispuestos; pero el Gobierno de los Estados Unidos nunca ha dado respuesta a eso.
Ignacio Ramonet.- ¿Esta actual administración?
Miguel M. Díaz-Canel.- Esta actual administración.
Nosotros tenemos la convicción de que esta actual administración no tiene ninguna voluntad en cambiar la situación hacia Cuba, sobre todo porque ha priorizado mucho su política hacia los intereses de una minoría, que es la mafia cubanoamericana, que radica en la Florida, y eso aleja las posibilidades de tener una relación como nosotros queremos tener. Con diferencias ideológicas, que siempre las vamos a tener, pero una relación civilizada entre vecinos, donde podría haber cooperación, intercambio económico, comercial, científico, financiero, cultural, en todos los ámbitos de la vida. Podría ser una relación normal, como la tiene Estados Unidos con otro grupo de países que no comparten tampoco sus posiciones.
Ignacio Ramonet.- Países que fueron también grandes adversarios.
Miguel M. Díaz-Canel.- Grandes adversarios. Entonces, ¿por qué con Cuba este ensañamiento?
Y hemos planteado la voluntad, porque, además, nosotros hacemos una diferencia, no tenemos nada en contra del pueblo norteamericano, este es un tema con el Gobierno de los Estados Unidos.
Ignacio Ramonet.- ¿Cómo explica usted que el presidente Biden, que fue vicepresidente de Obama durante dos mandatos y Obama había cambiado un poco la atmósfera, digamos, de relaciones, se restablecieron relaciones, tenga esa posición?
Miguel M. Díaz-Canel.- Es inexplicable.
Obama empezó a construir una relación diferente.
Ignacio Ramonet.- La esposa de Biden estuvo en Cuba, tuvo una relación muy buena de experiencias, porque ella es profesora, ¿cómo se explica?
Miguel M. Díaz-Canel.- Eso solo lo explica que en los Estados Unidos el tema no es de partidos, un demócrata actúa igual que un republicano. Hay un complejo militar industrial, hay otra construcción de poder por detrás, en las sombras, que es la que decide las posiciones del Gobierno de los Estados Unidos, que son las posiciones imperiales. Y hay esta situación que es la subordinación a un grupo de intereses, sobre todo por temas electorales, a las posiciones de la mafia cubanonorteamericana.
Ignacio Ramonet.- ¿Y tiene usted alguna esperanza de que las próximas elecciones cambien esta situación, modifiquen esta situación?
Miguel M. Díaz-Canel.- Ojalá cambiaran y ojalá pudiéramos tener el espacio para discutir frente a frente todas nuestras posiciones y que hubiera otro tipo de relación y que se levantara el bloqueo; pero mi convicción es que el bloqueo nosotros lo tenemos que superar por nosotros mismos, con nuestra capacidad, con nuestro trabajo, con nuestro talento, con nuestra inteligencia y con nuestro esfuerzo, y esa sería la mejor respuesta a esta testarudez de mantener este bloqueo genocida durante tantos años contra nuestro pueblo.
Ignacio Ramonet.- En particular lo que sorprende es que Biden haya mantenido lo de la lista de países que ayudan al terrorismo, que Trump la adoptó minutos antes de salir de la Casa Blanca.
Miguel M. Díaz-Canel.- Todo, lo ha mantenido todo.
Pero, además, la administración Biden ha tenido expresiones y acciones muy perversas contra Cuba. Te comenté la de los ventiladores pulmonares en la COVID-19. En la COVID-19 a nosotros se nos afecta la planta de producción de oxígeno medicinal, y cuando salimos a comprar oxígeno medicinal a países del área, donde podíamos en menor tiempo tener el necesario producto en el país, el Gobierno de los Estados Unidos presionó a compañías que nos podían suministrar el oxígeno medicinal para que no llegara ese oxígeno a Cuba, esa es una acción totalmente criminal. Imagínate en medio de una pandemia, con salas de cuidados intensivos, con personas que tienen una afectación respiratoria, que se les negara el servicio a esas personas, los estaban condenando a la muerte. Nosotros tuvimos que hacer un esfuerzo tremendo, donde tuvimos la ayuda de otros países para superar esa situación.
Eso es algo que no se olvida, Ramonet, fue una acción tan perversa. La manera en que manipularon la situación de la COVID-19 en Cuba, cuando ellos tenían una situación más compleja que nosotros. Nosotros manejamos mejor la respuesta a la COVID-19 que el propio Gobierno de los Estados Unidos, que sí tiene dinero y tiene riquezas. Ellos convocaron el SOS Cuba, toda la manipulación mediática, todos los sucesos del 11 de julio.
Hoy tienen tanto cinismo que son capaces de afirmar que ellos no han ido a otro momento de la relación con Cuba por lo que sucedió el 11 de julio. Eso es un cinismo tremendo y es una mentira tremenda con la cual quieren justificar ante el mundo su posición.
Ignacio Ramonet.- Sobre todo lo que dice usted del oxígeno, ellos pretenden que el bloqueo no se aplica ni a los alimentos, ni a las medicinas, y evidentemente eso demuestra que tampoco es cierto.
Miguel M. Díaz-Canel.- Sí lo hay, el bloqueo es a todo.
Ignacio Ramonet.- Puede haber una esperanza en esta información que nosotros tenemos, que circula en estos momentos, y es que el presidente Biden anunciaría en las primarias quién sería su Vicepresidente, que ya no sería Kamala Harris, sino que sería Michelle Obama. ¿Piensa usted que eso, si fuese cierto, si se confirmase, dejaría ciertas esperanzas?
Miguel M. Díaz-Canel.- Creo que hoy todo es puramente especulativo, creo que hoy en la situación que hay en los Estados Unidos, en la situación interna del país no permite vaticinar con objetividad de qué lado está favorable o no la votación de la población que, además, hoy está muy golpeada por los hechos de la economía interna de los Estados Unidos; temas muy domésticos como el tema del aborto; temas internacionales como el de Palestina, el tema de la guerra en Ucrania. O sea, hay todo un grupo de situaciones que están en la opinión del pueblo norteamericano, en la vida del pueblo norteamericano, y no creo que hoy uno pueda con exactitud decir de qué lado puede estar una votación del pueblo norteamericano. Hay mucha gente indecisa, hay posiciones dentro de los propios partidos de aislarse de la posición. De todas maneras, un anuncio de una persona como Michelle Obama podría tener una lectura distinta.
Ignacio Ramonet.- Señor Presidente, usted está regresando de Moscú en donde además de participar en la ceremonia de conmemoración de la Victoria sobre el nazismo, estuvo usted también participando en la toma de posesión del presidente Putin e intervino en la Plenaria del Consejo Supremo Económico Euroasiático. ¿Está usted buscando nuevas alianzas económicas? ¿Cuba cuenta integrarse, de una manera u otra, en la plataforma BRICS?
Miguel M. Díaz-Canel.- Este fue un viaje muy interesante, porque fue un viaje de aniversarios, yo lo diría de alguna forma, ¿no?, y de sucesos interesantes, importantes.
Primero, nosotros llegamos a Moscú en el momento en que el presidente Putin estaba en la ceremonia de toma de posesión, ahí no fuimos invitados y ahí no se participó, o sea, fue una ceremonia muy interna.
Ignacio Ramonet.- Privada.
Miguel M. Díaz-Canel.- Muy privada del país, pero sí estábamos presentes en este viaje a Rusia por una invitación del presidente Putin.
Entonces, participamos en el Consejo Supremo de la Unión Económica Euroasiática por primera vez de manera presencial, porque todas las otras participaciones que habíamos tenido en el Consejo Supremo fueron en los años de COVID-19 y lo habíamos hecho de manera virtual a través de las posibilidades de la videoconferencia. Por lo tanto, no se trata de entrar en una nueva alianza, es una alianza en la que ya estamos hace tiempo. Y cuando estaba sesionando el Consejo Supremo se estaban cumpliendo diez años de la constitución de la Unión Económica Euroasiática. Por lo tanto, también era un momento de balance de los resultados de esa integración regional en la cual tenemos la condición de País Observador. Y era la misma fecha donde se estaban conmemorando el aniversario 64 del establecimiento de relaciones entre la Unión Soviética y Cuba, que son las relaciones que han continuado ahora con la Federación de Rusia, pero con un elemento importante: los países miembros de la Unión Euroasiática –y esa fue una observación que me hizo Lukashenko, el presidente de Bielorrusia– eran antiguas repúblicas de la Unión Soviética, por lo tanto me dice Lukashenko: “Este aniversario entonces es de todos, porque todos éramos también parte de la Unión Soviética”.
Ignacio Ramonet.- Miembros de la Unión Soviética.
Miguel M. Díaz-Canel.- Creo que la Unión Euroasiática en diez años ha demostrado una capacidad de dinámica económico-comercial importante, y ha crecido mucho el producto interno bruto entre estos países de la región, y defiende principios muy justos con relación al desarrollo económico y la complementariedad entre estos países.
Para nosotros es un espacio de oportunidades, porque podemos aportar sobre todo en temas como la biotecnología y la industria farmacéutica, podemos aprovechar ese espacio a partir de que se reconozcan nuestros medicamentos por las agencias reguladoras de esos países, y entrar en un mercado también que es más asequible para nosotros, que ellos también tienen intenciones y necesidades de esos medicamentos y de la transferencia de tecnologías y de hacer inversiones conjuntas. Abre también un espacio para que inversionistas de estos países participen en los programas de desarrollo económico y social en nuestro país. Y está muy presente el tema para compartir con ellos de la soberanía alimentaria, que es uno de los puntos de toda la Unión; el tema de la sostenibilidad medioambiental, o sea, el desarrollo sostenible y el respeto al medio ambiente y al desarrollo de una cultura de sostenibilidad, que es también un principio que tenemos en cuenta en nuestro desarrollo; la soberanía alimentaria y el desarrollo de las fuentes renovables de energía. Por lo tanto, es un espacio importante para nosotros.
Creo que los BRICS es una de las alternativas que hay hoy en el mundo, de un bloque de países que abre una expectativa de ruptura de la hegemonía norteamericana en las relaciones internacionales. Por lo tanto, los BRICS se convierten en un espacio alternativo, inclusivo, los BRICS están abiertos a los países del Sur.
Ignacio Ramonet.- Se acaban de ampliar el primero de enero pasado.
Miguel M. Díaz-Canel.- Se acaban de ampliar los BRICS, han mostrado una voluntad de relaciones con el continente africano, con América Latina y el Caribe; se establece sobre una relación de más consenso, de más equidad, de respeto. Por otra parte, los BRICS están planteando también una alternativa ante el dólar, y están potenciando los comercios con las monedas propias de cada país o los comercios compensados a partir del intercambio de productos, de servicios que generen cada uno de los países.
Ignacio Ramonet.- Tienen también un Banco de Desarrollo que preside Dilma Rousseff.
Miguel M. Díaz-Canel.- Tienen un Banco de Desarrollo que preside Dilma, quien es una líder reconocida y con una visión política hacia los problemas del Sur. Y los cinco países que encabezaron, fundadores de los BRICS, son países que mantienen una excelente relación con Cuba. Nosotros estamos estudiando, estamos observando, lo comentamos ahora también en el encuentro con el presidente Putin, que Cuba tiene la aspiración de poder entrar a los BRICS.
Ignacio Ramonet.- La próxima cumbre será en Rusia, precisamente en octubre, en Kazán, ¿usted piensa asistir, Presidente?
Miguel M. Díaz-Canel.- Todo depende ahora de cómo se desenvuelvan los acontecimientos.
Ignacio Ramonet.- Parece que ellos quieren crear un nuevo tipo de miembro, que sería el miembro socio o asociado, habría sitio para Cuba.
Miguel M. Díaz-Canel.- Habría sitio para Cuba y depende también del consenso al que se llegue con los países que tienen la dirección de los BRICS; pero, por ejemplo, ellos fueron muy consecuentes y permitieron que Cuba participara en la Cumbre de Sudáfrica ya no solo como país, sino representando al Grupo de los 77 y China, porque en ese momento nosotros éramos Presidente pro tempore, y hay que decir que dieron toda una atención a los planteamientos del Grupo de los 77 y China que expuso en su nombre Cuba, y también hacia la posición cubana. Creo que es un ambiente muy propicio para las relaciones Sur-Sur, y que abre una nueva perspectiva para, incluso, ese Nuevo Orden Económico Internacional que es necesario.
Foto: Alejandro Azcuy
Ignacio Ramonet.- Señor Presidente, llegamos al final de esta entrevista, es la última pregunta, es sobre América Latina.
Las crisis se están multiplicando en América Latina y el Caribe, hubo ese asalto a la Embajada de México en Ecuador; el Comando Sur de Estados Unidos está creando bases militares en Guyana, lo que representa una amenaza para Venezuela y para su reclamo histórico del Esequibo; en Argentina el presidente Javier Milei está destruyendo decenios de avances sociales; en Haití no se le ve fin a las dificultades. ¿Qué lectura hace usted de estas situaciones? ¿Y qué puede aportar Cuba para promover en esta región la soberanía, la paz y el progreso?
Miguel M. Díaz-Canel.- Esto es una expresión de todas las contradicciones que existen a nivel global y que se manifiestan también a nivel regional en el caso de América Latina y el Caribe. Creo que también es una expresión de la persistencia del imperio por mantener la Doctrina Monroe, con ese concepto imperialista de América para los americanos, que no es la América Latina y el Caribe para todos los que vivimos en el continente; es la América Latina y el Caribe subordinados a la América del Norte y al poder del imperio. Por lo tanto, también esto es expresión de la visión norteamericana de desprecio a nuestros pueblos, y de la visión norteamericana de América Latina y el Caribe como su traspatio.
Ahora, una América Latina y el Caribe que, por una parte, tiene un grupo de gobiernos que han mantenido procesos revolucionarios sometidos a los mayores contratiempos, a las presiones, a las sanciones, a las injurias, a las agresiones y a las injerencias, como son: Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Todo un grupo de gobiernos progresistas que también dan una correlación favorable de las fuerzas de izquierdas en la región latinoamericana, ahí tenemos: el Estado Plurinacional de Bolivia; Lula, en Brasil; López Obrador; Xiomara, en Honduras; Boric, en Chile; Petro, en Colombia, que ayudan a que haya una estabilidad y a una facilidad de cooperación, de intercambio. Pero los Estados Unidos no se quedan quietos con esto y constantemente están tratando de movilizar las fuerzas de derecha con mecanismos, yo diría, también muy sucios para provocar inestabilidad en estos países, para evitar que procesos de izquierda o gobiernos de izquierda se mantengan en el poder, y para alentar que donde la izquierda ha perdido el poder y se instaura la derecha, esa derecha no pierda el poder.
Ignacio Ramonet.- Se mantenga.
Miguel M. Díaz-Canel.- Y que esa derecha sea una derecha totalmente entreguista al Gobierno de los Estados Unidos y al designio de los Estados Unidos, y también atizando pugnas en determinados temas que tienen un componente histórico; alentando las rupturas, calumniando, alimentando divisiones para provocar la desunión de la región.
Eso lo que está explicando es que hoy hay algunos gobiernos que facilitan toda la política norteamericana en el continente, incluso gobiernos que están favoreciendo la presencia de tropas de la OTAN en el territorio de América Latina y el Caribe, gobiernos que están negando el derecho a la soberanía y a la autodeterminación de territorios de su propio país en los cuales han existido guerras y donde hay héroes y mártires que murieron por la independencia de esos territorios, por la soberanía de esos territorios, y lo que le hacen es el halago a las potencias que se convirtieron en metrópolis de esos espacios geográficos que pertenecen a la región, en algo que uno puede considerar totalmente absurdo, irracional y antipatriótico. Gobiernos que, además, tienen una proyección mediática donde expresan sus principios, pero totalmente de ofensa, de improperios contra los que pensamos diferentes, contra los que pensamos hacer las cosas de una manera diferente o contra los que defendemos otra manera de construir el mundo. Yo siempre aspiro y entregaremos todos nuestros esfuerzos a ese mundo mejor que es posible y al que Fidel nos convocó.
Nosotros tenemos una ética, no hablamos por la espalda de nadie, no injuriamos, cuando tenemos que defender una posición la defendemos de frente y cuando tenemos que discutir una posición la discutimos de frente; pero no somos dados al show mediático, a los improperios, a las ofensas, a ese tipo, yo diría, de vulgaridad política para el que se prestan otros en el mundo.
Como posición cubana nosotros siempre vamos a mantener y a defender, con los países de América Latina y el Caribe, el respeto a la soberanía y a la independencia de esos países; el respeto a la autodeterminación sobre el sistema sociopolítico que asuman ellos, y la disposición para, independientemente de sistemas e ideologías, tener la relación más respetuosa, más solidaría, más cooperativa con cualquiera de estos países, y lo tenemos así con la mayoría.
Nosotros no rompemos nunca relaciones con países latinoamericanos y tratamos de resolver, mediante el diálogo, mediante la discusión, mediante la argumentación cualquier tema en los que podamos tener alguna aspereza, en los que podamos tener posiciones divergentes.
Creo que las muestras de solidaridad de Cuba con América Latina y el Caribe son elocuentes de la coherencia con estas convicciones. Nosotros hemos enviado médicos y maestros, colaboradores internacionalista también en la ingeniería y en otros campos de la economía y la sociedad a varios países de América Latina y el Caribe.
A Haití no enviamos militares ni fuerzas armadas, ni hacemos invasiones; en Haití tenemos brigadas médicas. Hoy en medio de esta situación que hay en Haití, cuando muchos están pensando en la intervención a Haití o en la injerencia en los asuntos internos de Haití, nosotros tenemos una brigada médica brindándole servicio al pueblo haitiano, un pueblo que creo que merece el mayor respeto por todo lo que ha sufrido como consecuencia de haber sido la primera nación de la región que desarrolló una revolución.
Ignacio Ramonet.- Que se independizó.
Miguel M. Díaz-Canel.- Un pueblo digno, un pueblo que ha estado sometido a intervenciones durante mucho tiempo; un pueblo que tuvo que pagar por su libertad una deuda, lo cual es totalmente injusto. O sea, tiene que haber un reparo hacia Haití, como tiene que haber un reparo por la esclavitud hacia los pueblos del Caribe, que son sometidos constantemente a presiones del Gobierno de los Estados Unidos para romper la unidad con el resto de América Latina y el Caribe.
Tenemos una relación de agradecimiento, además, de una tremenda amistad y hermandad con el Gobierno de López Obrador y con México. La relación de Cuba y México es una relación entrañable, histórica, es una relación de hermanos, es una relación familiar. México fue el único país que no rompió las relaciones con Cuba cuando el Gobierno de los Estados Unidos convocó a toda la OEA para romper relaciones con Cuba.
Defendemos la causa de Venezuela, la Revolución chavista, la unidad cívico-militar y apoyamos al presidente Maduro, al cual incluso han tratado de asesinar.
Ignacio Ramonet.- De asesinar varias veces.
Miguel M. Díaz-Canel.- Algo que es insólito.
Apoyamos a la Revolución Sandinista; clamamos por la autodeterminación de Puerto Rico; defendemos los principios del Estado Plurinacional de Bolivia. Vemos con mucho interés el papel que desempeña Xiomara, en Honduras, y también el papel al frente de la CELAC; en estos momentos mantenemos una relación muy estrecha con Lula.
Ignacio Ramonet.- Con los países del CARICOM.
Miguel M. Díaz-Canel.- Con los países del CARICOM, a fin de cuentas, con toda América Latina y el Caribe; pero siempre sobre la base del respeto, la solidaridad, la amistad y el diálogo para resolver cualquier situación.
Por otra parte, nos planteamos defender la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, que se aprobó precisamente en una cumbre de la CELAC en La Habana.
También defendemos la integración latinoamericana y caribeña que responde a los sueños de nuestros próceres, responde a los ideales de integración latinoamericana más elevados, y estoy pensando en este momento en Martí y en Bolívar. Martí, que habló siempre con tanto respeto de Nuestra América y estaba definiendo muy bien cuál era Nuestra América; y Bolívar, que realizó toda una contienda por lograr la independencia de muchos de los países latinoamericanos.
Creo que predicar con el ejemplo es el mayor apoyo que podemos darle a esa unidad latinoamericana.
Ignacio Ramonet.- Que Fidel siempre defendió.
Miguel M. Díaz-Canel.- Que Fidel defendió siempre, nos enseñó a defenderla, y Raúl también la ha defendido.
Ramonet, cuando uno habla de sueños, de aspiraciones, tenemos una historia tan común, una cultura tan común, unos pueblos totalmente maravillosos, laboriosos, inteligentes, creativos. Yo te digo, las culturas precolombinas latinoamericanas no tienen nada que envidiar a las culturas mesopotámicas ni a las culturas de la antigua Grecia. Aquellas se conocieron primero, pero cuando uno va a la historia ve que las nuestras en su desarrollo, en cómo medían el tiempo, cómo canalizaban las aguas, cómo producían, su desarrollo, eran tan desarrolladas como esas, y son partes de nuestras raíces, y las puedes observar en cualquiera de los países latinoamericanos y caribeños.
Nuestra riqueza cultural, el pensamiento de avanzada que hay en América Latina y el Caribe, los enfoques de los pensadores latinoamericanos, de los filósofos latinoamericanos, del sector académico latinoamericano, son posiciones de avanzada, de mucho estudio, de mucha coherencia, de mucha defensa de las raíces de la identidad latinoamericana y caribeña, y, además, es un continente con recursos, que lamentablemente hoy es donde se manifiesta el mayor grado de desigualdad en sus pueblos.
Estoy convencido de que con todas esas virtudes, con toda esa riqueza –y es con lo que sueño– el continente latinoamericano podría tener una integración tal que pudiera ser un ejemplo para el mundo entero de lo que puede aportar a la condición humana, al futuro, a los sueños de emancipación, a la colocación del ser humano en el verdadero centro de todo lo que se hace para el mundo. Creo que ese momento más temprano que tarde va a llegar, porque nuestros pueblos reclaman mucha justicia porque han vivido muchas situaciones complejas: han vivido agresiones, han vivido desprecio, han vivido intervenciones, han vivido prácticas de desigualdad, han sido excluidos de procesos, han sido excluidos de posibilidades.
Hay mucho analfabetismo todavía por resolver en América Latina y el Caribe, hay mucho que avanzar en los temas de género, hay que lograr mucho por la emancipación de la maravillosa mujer latinoamericana y caribeña, hay mucho que conquistar en igualdad para todos nuestros pueblos y en justicia social.
Pero hay el potencial histórico, el potencial cultural.
Ignacio Ramonet.- Hay el deseo.
Miguel M. Díaz-Canel.- El deseo de hacerlo, y creo que seguiremos avanzando en la integración y que ese es el mensaje, la convicción, el apoyo y el ejemplo que puede dar Cuba.
Nunca un país latinoamericano podrá sentir que Cuba es un peligro para ellos, al contrario, en Cuba siempre van a encontrar el apoyo, la comprensión y la disposición para integrarnos y para avanzar.
Ignacio Ramonet.- Muchas gracias, señor Presidente, por su tiempo.
Miguel M. Díaz-Canel.- No, gracias a ti. Un gusto haber estado contigo.
Ignacio Ramonet.- Gracias.
Miguel M. Díaz-Canel.- En la próxima, yo te pregunto a ti (Risas y aplausos).